(VEA EL VIDEO) Su dueña era una mujer que murió de cáncer poco después del inicio de la pandemia en 2020. Llegó siendo un pequeño polluelo y hoy es muy querido por las personas que trabajan en el hospital

12 de julio de 2022, 14:16 PM
12 de julio de 2022, 14:16 PM

El ruido de los vehículos que circulan por la avenida y la cercanía de la gente que transita a diario forma parte de la cotidianeidad de Martín, un gallo que llegó al hospital Oncológico siendo aún un polluelo y en compañía de su dueña, una mujer que se trataba de cáncer y llevaba pollos para vender y tener ingresos para costear los gastos de la enfermedad.

Se rumorea que la mujer era de Vallegrande y que perdió la vida en una de sus visitas, dejando a dos pollos bebés en las afueras del ingreso principal de dicho nosocomio. Fue poco después del inicio de la pandemia, en 2020. El gallo fue bautizado como Martín y creció gracias al cuidado de los trabajadores del hospital y del personal externo, que todos los días lo vigilan celosamente y le dan de comer.

Kathya Fernández es una de ellas. Tiene un puesto ambulante de dulces desde hace 4 años, al frente de la puerta principal del Oncológico, sobre la vereda y bajo la sombra de un frondoso árbol. “Martín es bien caballero, no come maíz, le doy maní picado. No se deja alzar”, comenta cuando le consultamos sobre el pequeño animal, aunque nos advierte: “No es para que se lo lleve”.

Jesús Aguilera, propietario del Kiosco Negro, que está al lado del hospital, es quien consiente a Martin cuando se acerca a pedir comida. ¿Y qué come?, le preguntamos. Responde: "Come tomate y lechuga, a veces le damos pollo picado".

A decir de Jesús, Martín es como un reloj, muy temprano lo visita para comer y luego continúa paseando por los alrededores, y, al caer la tarde, se sube a uno de los árboles hasta el día siguiente. Han intentado llevárselo, pero canta fuerte y no permitimos que nadie se lo lleve. Es muy querido, Martín”, asegura.

Vea el video:


El guardia de seguridad, Carmelo Noza, lo llama Martincito. Este hombre es otro que lo cuida durante el día y cuando sale de trabajar a veces lo encuentra en la cima de un árbol de ciruelo en el lugar.

Y sí hablamos de las personas que acuden a diario al Oncológico, quienes ya lo conocen miran sus pasos y picoteos, otros comparten su historia a sus acompañantes y los que recién lo ven por primera vez, lo observan igual con detenimiento. Frente a todos ellos, Martín vive día a día en lo que considera su casa, el lugar que lo acogió desde polluelo en medio de la ciudad.


Con un hermoso plumaje, Martín tiene unos 3 años / Foto: Juan Carlos Torrejón



El gallo Martín ya está acostumbrado al ruido. "No se deja alzar", dicen quienes lo cuidan/Foto: Elizabeth La Fuente