Sabina Martínez, una mujer de la tercera edad y que trabaja lavando ropa, recibe amenazas a diario porque tiene una deuda que contrajo para salvar la vida de sus hijos; uno murió y el otro requiere atención médica

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22 de diciembre de 2021, 16:57 PM
22 de diciembre de 2021, 16:57 PM

Por: Eduardo Ruilowa

Sabina Martínez Donaire, de 60 años, se prestó dinero en un momento de extrema necesidad para curar a sus dos hijos que se encontraban enfermos. Lastimosamente, el primero falleció y el otro aún se encuentra en recuperación.

La señora Sabina comenta que su hijo mayor trabajó en Argentina para juntar dinero y poder comprar el lote y construir la casa donde ella vive actualmente, pero luego enfermó y tuvo que regresar al país para tratarse. Sin embargo, a los pocos meses falleció a causa de una extraña enfermedad.

“Él volvió a Bolivia porque tenía fuertes dolores de barriga y cabeza, los médicos nunca supieron explicar el diagnóstico. Hasta ahora no sé de qué enfermedad murió”, expresó la madre con la voz entrecortada.

Cuenta que cuando su hijo falleció, le quedaron grandes deudas en tres hospitales de la ciudad, pero poco a poco pudo pagar la mayoría de ellas.

La segunda desgracia le ocurrió el año pasado, cuando su otro hijo se accidentó en moto mientras se dirigía a su trabajo.

“Se accidentó muy grave, se quebró la pierna y se fracturó casi todo el cuerpo, nosotros ya no teníamos dinero para hacerlo curar así que me tuve que prestarme para salvarle la vida”, contó.

Una de sus vecinas que atiende una venta por su barrio, le prestó 18.000 Bs con un interés del 15%. Al no tener otra alternativa en ese momento, se vio obligada a aceptar el dinero con el elevado interés mensual.

“Se aprovechó que estábamos en un momento de necesidad y nos prestó con un interés altísimo pero una madre hace todo por sus hijos así que tuve que aceptar, no tenía otra opción”, indicó.

Hasta la fecha, entre el dinero capital y los intereses suman una deuda de más de 40.000 Bs. y recibe amenazas diarias de que le quitarán su casa si es que no devuelve todo el dinero que debe.

Sabina trabaja lavando ropa y ayudando a una señora en el mercado del municipio General Saavedra. Ella es quien lleva el alimento hasta a su hogar debido a que su esposo es enfermo de la próstata y su hijo aún requiere atención médica.

“El día que no salgo a trabajar, mi familia no come. Es triste mi vida, a veces no nos alcanza ni para comer, peor para pagar las deudas”, dijo llegando a las lágrimas.

El mayor deseo de Sabina en esta Navidad es pagar sus deudas, ya que teme perder la casa que su difunto hijo le obsequió después de tanto sacrificio.

“Me da mucho miedo pasar esta Navidad en la calle, no tengo a dónde ir. No quiero perder mi casita, es lo único que nos queda”, dijo con el rostro lleno de lágrimas.

Sabina pide la colaboración de las autoridades y las personas de buen corazón que deseen aportar para que no pase una navidad triste y pierda uno de los recuerdos más valiosos que le queda de su hijo.

Su número de celular para cualquier tipo de ayuda es el 78138237.