Monseñor y la Navidad: “Sin el Niño Jesús, las fiestas no tienen sentido. Hoy más que las iglesias, los supermercados y mercados son los frecuentados”
“Las fiestas navideñas sin Dios nos hacen solitarios”, reflexionó durante la homilía
A las puertas de la Navidad, el monseñor Estanislao Dowlaszewic, arzobispo auxiliar, reflexionó sobre el significado de esta festividad, invitando a los fieles a preparar no solo los adornos y las celebraciones, sino también sus corazones.
“Ya se termina el tiempo de Adviento, el tiempo de espera. En nuestras casas todo está casi listo. Los árboles navideños adornados, nacimientos desempolvados, nuestras ciudades, con sus barrios, lucen con miles de luces. Sin embargo, hoy más que las iglesias, los supermercados y mercados son frecuentados”, señaló el prelado.
En su mensaje, Dowlaszewic señaló que, en medio de los preparativos, muchas personas olvidan lo esencial: prepararse espiritualmente y preparar el corazón. “La lista de los regalos, la comida, el nuevo vestido, todo eso no importa a pesar de la crisis. Sería bueno, que hagamos cada una una breve evaluación de cómo nos preparamos y presentamos a la Navidad. No basta organizar la fiesta, lo importante es que es nosotros nos preparemos y estemos listos”, reflexionó.
“No nos olvidemos, en estas fiestas navideñas, no puede faltar el gran protagonista, la persona más importante, a la que no se puede reemplazar con nadie ni con nada: esa persona es el Niño Jesús, que es el mismo Dios, sin Él las fiestas no tienen sentido. Las luces brillantes solo de mostrarán gran oscuridad”, complementó.
El arzobispo insistió en que el gran protagonista de la Navidad es el Niño Dios, el Salvador, y sin él, las fiestas pierden sentido. “Los árboles, aunque bien adornados, no tendrán raíces bien puestas. Los regalos perderán su valor, y los nuevos vestidos cubrirán un vacío interior. Las fiestas navideñas sin Dios nos hacen solitarios”, reflexionó.
Monseñor Dowlaszewic hizo un llamado a la reconciliación espiritual. “El Niño Dios quiere ocupar un lugar central en nuestras vidas, familias y sociedad. No tengamos a Dios”, dijo.