Piden a la comuna que haga respetar las leyes y no permita que siga funcionando el local nocturno Fabrik, local nocturno en el que se produjo una balacera con muerte

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21 de septiembre de 2016, 15:39 PM
21 de septiembre de 2016, 15:39 PM

Los vecinos del sector oeste de la UV-1, barrio Máquina Vieja, se han organizado para pedir a la Alcaldía que haga cumplir sus propias leyes y no permita que siga funcionando el local nocturno Fabrik, situado enfrente de la plaza Abaroa, donde la madrugada del domingo se registró una balacera que dejó una persona herida.

Comandados por el abogado Mario Serrate, los residentes cuestionan la licencia de funcionamiento del boliche, cuya razón social dice que es restobar, pero la actividad que desarrolla es servicios de bar.

“Según el nuevo Código de Urbanismo y Obra dentro del segundo anillo no pueden funcionar actividades como discotecas, boites, cabarés, lenocinios, bares, etc. y este barrio está dentro de esa zona prohibida”, recordó Serrate.

El vecindario reveló que son cuatro los locales que incumplen las normas y que al parecer la municipalidad se hace de la vista gorda que no los clausura ni sanciona.

“Los dueños de Fabrik niegan que sea discoteca, pero desde hace seis meses que la música estridente no deja en paz al vecindario de viernes a domingo, con decibeles que hieren los oídos”, dijo Marta Égüez.

El responsable de la Secretaría de Recaudaciones y Gestión Catastral (SER), Joaquín Crapuzzi, dijo que la licencia del local denunciado ha sido anulada y si quiere volver a funcionar debe ajustarse a la actividad económica permitida en la zona, que es restaurante.

“El informe de SER ha pasado a manos de la Secretaría Jurídica para que tome las acciones legales que sean convenientes, también haremos una serie de controles de boliches que están en la misma situación de Fabrik”, aseguró Crapuzzi.

Por su parte, Óscar Aniya, administrador de una residencia estudiantil en la zona, pidió seguridad porque debido a la presencia de estos locales corren riesgo, cada vez que salen a estudiar, los jóvenes provenientes de Okinawa y San Juan.

“Hemos detectado que los infractores han incurrido en siete delitos, uno de ellos es que han vuelto a funcionar luego de que en 2010 hicimos clausurar el local llamado Ámsterdam por venta de bebidas alcohólicas y por meter tanta bulla”, acotó Serrate.