El salesiano es recordado por impulsar diversas obras, entre ellas la radio y televisión Ichilo, con las que buscaba que la misa llegara a más fieles

5 de marzo de 2023, 17:15 PM
5 de marzo de 2023, 17:15 PM

El padre Arturo Bergamasco falleció en Santa Cruz de la Sierra, el viernes 3 de marzo, a la edad de 89 años; llevaba 65 años de vida salesiana, 54 como sacerdote y 35 años de servicio misionero en Bolivia. Este domingo fue enterrado en el templo de María Auxiliadora, de Yapacaní, donde era párroco. A pedido de la población, desde el Municipio han decretado tres días de duelo sin suspensión de actividades; la bandera de Yapacaní deberá izarse con un crespón negro.

El padre Arturo llegó a Bolivia el año 1988, coincidiendo con la celebración del centenario de Don Bosco, San Carlos fue su destino; pero Yapacaní, donde trabajó con toda su alma, decidido a dejar las enseñanzas de Don Bosco.

Desde que llegó al municipio impulsó varias obras de ayuda a los más necesitados, como el hogar de ancianos Don Bosco, el comedor de ancianos; la radio y Tv Ichilo; alcohólicos anónimos Chálice, entre otras obras de la comunidad salesiana en la provincia Ichilo.

El cuerpo del sacerdote salesiano llegó a San Carlos para ser velado la noche del pasado viernes y, posteriormente, fue trasladado a Yapacaní, para su velorio en medio de misas, una de ellas presidida por monseñor René Leigue, arzobispo de Santa Cruz, quien lamentó no solo la pérdida del padre Arturo, sino también la del padre Rolando Franco Cuéllar, que murió con dengue el mismo 3 de marzo, en Cotoca.

Es una pena; una gran pérdida. Cuando el padre (Arturo) ya estaba aquí, empecé el seminario…Encomendamos el alma de los padres a Dios y oramos para que tengamos más sacerdotes, porque la población de Santa Cruz crece”, lamentó Monseñor Leigue, en entrevista con EL DEBER.

El domingo por la mañana, en el coliseo de la iglesia continuaron las despedidas y los actos de homenaje, a los que acudieron vecinos y autoridades para darle el último adiós.



Con cariño, recuerdan al Padre Arturo Bergamasco en Yapacaní/Foto: Soledad Prado


Desde la Arquidiócesis de Santa Cruz, el padre Carlos Longo, quien lo acompañó por varios años, escribe una semblanza que destaca la constancia de trabajo a pesar de los conflictos sociales que vivió la región en distintas épocas:

“Le quemaron, en dos fechas diversas, la Radio y TV Don Bosco; le hicieron guerra sus enemigos, lo persiguieron. Pero la bondad y la constancia de este sacerdote pudo más contra los enemigos, interesados en partidos políticos del momento. En tiempos de grandes luchas y peleas entre la población, la única autoridad era el Padre Arturo. Y efectivamente, con su bondad, su buen criterio, su palabra suave, sus acertadas intuiciones, se iban calmando los ánimos adversos y se iba proyectando un camino de solución en el enredado problema que enemistaba los ánimos”.

Yapacaní fue el hogar del padre Arturo durante 35 años. Allí celebró sus bodas de oro, 50 años de sacerdocio, el 12 de abril de 2019, en su parroquia María Auxiliadora.

Se dirigía a cuanto lugar podía para llevar la palabra de Dios; su presencia era infaltable en todas las actividades importantes del municipio, se encargaba de dar las bendiciones. Las personas -sin importar la edad ni la condición social ni económica- acudían a él para solicitarle apoyo moral o también para salir adelante durante alguna enfermedad o accidente. Y él escuchaba, siempre dispuesto para dar un buen consejo, una palabra oportuna, narran los pobladores de la zona.

Esta labor fue reconocida en varias oportunidades, tanto por instituciones como por autoridades con plaquetas, homenajes y regalos.

Monseñor Tito Solari, también salesiano, llegó hasta Yapacaní para darle el último adiós al padre Arturo.

"Procuren descubrir el secreto de estas personas que llegan al corazón de una comunidad y marcan la vida de una comunidad. Como dice el Evangelio, ellos han dejado todo, no han venido con ningún interés. Su único interés es de servir, porque aman a la gente", manifestó Monseñor Tito Solari.


Nació en Medeuzza (Norte de Italia), en 1934. A los 19 años decidió formarse con los salesianos y, en 1969 fue ordenado sacerdote. Una vez en Bolivia, destinado a San Carlos, hizo suya la misión de llevar la misa a todos los fieles, a través de radio Ichilo, y después con la televisión, obra que fundó con ayuda de los jóvenes y vecinos del pueblo.