(VEA EL VIDEO) El camarógrafo de ATB relata cómo pasaron las siete horas retenidos. Unas 300 personas se encontraban en los predios avasallados. Policía compromete investigación para hallar responsables materiales e intelectuales

29 de octubre de 2021, 8:50 AM
29 de octubre de 2021, 8:50 AM

En su mano sostiene la cámara filmadora, su herramienta de trabajo. La muestra con dolor, quizá más aún que el dolor que siente en la cabeza por el cachazo con un arma de fuego que recibió cuando los tomaron como rehenes. Percy Suárez, camarógrafo de ATB, relata las horas de terror que vivieron en manos de los avasalladores. Un agujero de bala en la cámara evidencia el riesgo al que expusieron sus vidas.


"Nos emboscaron al estilo de una película, a bala pura. Salieron del monte disparando sus armas. Nos disparaban a los pies para que no nos movamos", comenta Suárez al señalar cómo fueron retenidos por una veintena de avasalladores encapuchados y armados cuando se dirigían a la propiedad Las Londras, en la provincia Guarayos.

 


Anapo organizó un viaje con periodistas de diversos medios de comunicación para mostrar los avasallamientos que sufren los productores en la zona limítrofe entre El Puente y San Julián. Un contingente policial encabezado por el comandante de la Chiquitania, Rolando Torrico, aguardaba a los reporteros.

"El comandante nos dijo: 'Por su seguridad no vayan; yo voy a ir a charlar con ellos' para así solicitar que nos dejen pasar". Desde el inicio, los periodistas supieron el riesgo de ingresar a la zona. Suárez señala que aguardaron la conversación del comandante con los avasalladores para saber si podrían o no ingresar.

Ese tiempo de diálogo fue aprovechado por el grupo irregular armado para rodear al grupo amparado en el monte que rodea la vía. "De la nada salieron 20 tipos encapuchados con bala, directo", cuenta el camarógrafo. De inmediato, con el grupo reducido, "quisieron quitarnos los equipos de trabajo. Como no se la di (la cámara) a la primera, me dieron un cachazo en la cabeza", manifiesta.

Percy Suárez relata ante las cámaras de un colega periodista, Milton Montero, las diversas etapas del secuestro. A veces se frota encima de la oreja izquierda, donde recibió el golpe, y dice que le duele, que debe hacerse ver. Otras veces muestra la cámara, siempre sujeta a su mano, con un enorme agujero de bala que la atraviesa.

A partir de ese momento inicial, 17 personas, entre ellas seis periodistas y cuatro policías, fueron trasladados a un campamento donde los esperaban unas 300 personas. Tres integrantes de la comitiva lograron escapar antes de la emboscada. Róger Ticona, camarógrafo de PAT, dio la alerta sobre el secuestro en curso.

Una vez seguro, Ticona, junto a un piloto y el chofer que logró retroceder antes de caer en la emboscada sobrevolaron la zona para ubicar a sus compañeros. "Los secuestradores pararon el vehículo para disparar a la avioneta", resalta Suárez, que vivió la escena mientras permanecía retenido.

Suárez relata las torturas que vivieron tanto en el traslado al campamento como en el lugar mismo. "Nos tiraron en el suelo y nos golpearon, nos patearon". Uno de los policías tendría varias costillas rotas, otros golpes en la cabeza. "Fue un momento dramático. No sabíamos qué pasaría con nosotros, no respetaron a nadie". 

Durante las torturas, "nos preguntaban '¿cuánto te han pagado, ¿Cuánto has cobrado por venir aquí?'. También nos grabaron haciendo declaraciones", cuenta Suárez.

"Después de todo todo el martirio, parece que alguien los llamó y les advirtió. Nos empezaron a tratar de otra manera. Hasta nos dieron de comer". El periodista de la red ATB detalla que a partir de ese momento se suavizó el trato, pero continuaron las humillaciones.

También fue el momento para las negociaciones. Suárez revela que el comandante de la policía habría advertido a los avasalladores que tenía un gran contingente de unos 500 uniformados para intervenir la zona.

Suárez recuerda que durante las siete horas que duró el secuestro los avasalladores se referían a la Única, en alusión a la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos Indígenas Originarios. También hacían alusión a San Julián, municipio que colinda con las zonas avasalladas.

Antes de liberarlos, los secuestradores devolvieron los equipos y los teléfonos a los periodistas. "Lo que más costó es que devuelvan las armas de los policías", detalló Suárez.

Durante la jornada de este viernes, el gremio de periodistas realizará una concentración de protesta en el atrio de la catedral para denunciar las agresiones sufridas por los reporteros.