Doña 'Pitu' se propuso, en 2010, aprender a leer y escribir mediante el programa de alfabetización. Ahora busca completar la secundaria

El Deber logo
22 de septiembre de 2022, 9:45 AM
22 de septiembre de 2022, 9:45 AM

Los agasajos a los estudiantes inundaron las unidades educativas en su día. En Ascensión de Guarayos, doña Petronila Aguilera, de 68 años, disfrutó la jornada estudiantil como una más. Doña 'Pitu', como la conocen, carga sus cuadernos a diario para acudir al Centro de Educación Alternativa Ascensión. El miércoles, 21 de septiembre, junto a sus compañeros, participó de los festejos con la ilusión de cumplir una meta.

Petronila no tuvo la oportunidad de ingresar a la escuela durante su infancia, en su Charagua natal. "La escuela quedaba lejos, mis padres trabajaban labrando la tierra y yo, que era la mayor, tenía que cocinar para esperarlos y para mis demás hermanos", contó.

Doña 'Pitu' es madre de ocho y ya disfruta de sus 20 nietos. A ellos se suman sus compañeros de aula, de 16 y 17 años, que le tienen un especial cariño y la respetan como a una abuelita.

En 2010, una vecina, Maricela Ágreda, la invitó a participar en un programa de alfabetización. Ágreda, profesora, alentó a Petronila para que se sume a los cursos y cumpla el sueño postergado. Se anotó en los cursos "Yo sí puedo" para aprender a escribir y leer.

No se detuvo. Tras concluir la primera fase, 'Pitu' se inscribió inmediatamente a la segunda parte del programa "Yo sí puedo seguir". Al completar ambos ciclos, Petronila había superado los seis cursos de primaria.

El sueño permaneció y una vez concluida la primaria, se registró en el Centro de Educación Alternativa Ascensión, CEA, que funciona en el horario nocturno. La nueva meta de doña 'Pitu' apunta a culminar la secundaria.

Pero, ¿cómo se comporta en el aula? La directora del CEA, Nany Arandia, señala que "es un ejemplo a seguir, está entre las más aplicadas del curso, es participativa y en los actos cívicos baila, canta y declama".

A pesar de la diferencia de edad, Petronila interactúa con los jóvenes cuando así corresponde. "No me da vergüenza, no me siento menos, todos me respetan y me tienen consideración", dijo.

Más allá de los estudios, 'Pitu' trabaja mediodía en el Centro de Educación Espacial TAO, donde asiste a una hija con capacidad diferente.

En una mirada retrospectiva, Petronila es agradecida con los profesores que le ayudaron a cumplir este sueño que arrastraba desde la infancia. Gracias a ellos, asegura, ya sabe leer y escribir, y por ende a firmar. " Ahora ya nadie me engaña", concluye.