Picolés Pato Roca: referente irresistible del norte cruceño

Quien visite o esté de paso por Montero, ciudad ubicada aproximadamente a 50 kilómetros al norte de la capital cruceña, es difícil quedarse con las ganas de degustar los tradicionales picolés ‘Pato Roca’.

Los sabores de este producto artesanal se han convertido en un referente de una población, que en tiempos de calor cuenta con un oasis para aliviarse.

Desde su fundación, hace más de 50 años, jamás cambió de lugar. Don Rolando ‘Pato’ Roca fue quien puso en marcha el negocio cuando las calles del centro de Montero carecían de pavimento. Hoy, ante la ausencia del impulsor, su hija Teresa Roca asumió el mando.

“No tenemos sucursales y los picolés se fabrican de manera artesanal y con máquinas que dejó don Rolando”, cuenta Douglas Herrera, quien está a cargo de la tienda desde hace seis años.

El dato es importante. Es tienda única y se sitúa sobre la calle Independencia, al frente de la plaza principal 2 de Diciembre. Está abierta todo el día y permanentemente hay dos y hasta tres personas que atienden pedidos de cientos de clientes que se acercan al lugar para elegir entre los nuevos y clásicos sabores de los productos.

Regys Medina, que en mayo de este año asumió como alcalde de Montero, hizo notar que, a partir de la iniciativa de los Roca, el picolé se ha convertido en un símbolo de un pueblo que convive entre la tradición y la modernidad.

“Somos la primera ciudad industrial del país, pero también somos una sociedad orgullosa de sus tradiciones y costumbres. Entre esas tradiciones es muy importante la del picolé. Yo invito a todo el país a conocer y probar este símbolo de la tradición y de la mesa montereña”, expresó la máxima autoridad de Montero.

Es parte de la identidad de la ciudad norteña. Un ejemplo fue lo que se vio el pasado 19 de septiembre, cuando se celebró el Día de la Tradición en esa capital de la provincia Obispo Santistevan.