Hoy se cumple el día 30 de la marcha indígena que viene desde Trinidad. Jenny Chuqui, indígena takana, es parte del numeroso grupo. Ha recorrido un largo trayecto con sus hijos, para exigir que respeten su tierra

23 de septiembre de 2021, 14:41 PM
23 de septiembre de 2021, 14:41 PM

Tuvo que viajar durante un día en canoa para llegar a Rurrenabaque (Beni). Luego fue hasta Trinidad y de ahí partió, hace 30 días, como parte de la undécima marcha indígena, que está por arribar a la capital cruceña en estos días.

Jenny Chuqui, indígena takana, viene de la TCO Takana 3, comunidad Nuevo Reyes, acompañada por su cuñado y tres hijos, una de 15 años, otro de uno, y el que lleva en el vientre.

Jenny ha cumplido cinco meses de gestación en el recorrido, salió de cuatro meses. En su tierra dejó a su esposo y a su hijo de nueve años, no pudieron viajar porque el pequeño está en clases y su esposo aguardaba al INRA, ya que es de los pocos comunarios que conoce los puntos en el monte.

Según Jenny, tuvo que hacer el sacrificio para exigir respeto a su territorio, que ha sido declarado reserva municipal, cosa que les afecta, primero porque no fueron consultados, a pesar de ser territorio indígena reconocido, y segundo porque de ese modo empiezan a imponerles una serie de medidas, como los cupos en la pesca, etc., que afectan su forma de vida, ya que los ingresos que generan para sobrevivir provienen de sus chacos y de la pesca.

Chuqui se quejó, además, de que pretenden arrinconarlos junto al río Beni, que los inunda de forma constante.

A pesar del sacrificio, y de que no se ha realizado control médico alguno, la indígena dice que no tiene opción, y que tampoco ha sufrido grandes molestias, excepto un poco de dolor a la altura del vientre, pero aseguró que cuando esto sucede, se sube al vehículo. En su tierra no hay centros médicos, tiene que viajar a los centros más poblados para eso; pensaba realizarse chequeos, pero con la marcha no fue posible.