Santa Cruz: Bomberos voluntarios luchan con trajes rotos y el fuego amenaza la vida silvestre
Las llamas amenazan al santuario animales silvestres Ambue Ari, que alberga a animales rescatados de los incendios y de la caza ilegal. El paisaje verde se ha vuelto gris por la devastación, relatan los que han acudido a llevar ayuda
El panorama es desolador. Lo que solía ser una región verde, llena de vida, ahora solo muestra cenizas y árboles derribados por el fuego, relata la periodista Linda González que recorrió 326 kilómetros al noroeste de Santa Cruz, con destino a Urubichá, junto a la diseñadora Ingrid Holters con el objetivo de llevar ayuda para los bomberos que luchan contra el fuego.
Al llegar, inmediatamente sintieron que el humo impregnaba. “Nuestra posada fue el convento de la Iglesia católica, donde intentamos mantenernos alejadas de la multitud que aguardaba en la plaza con la esperanza de recibir la ayuda prometida por las autoridades. Sin embargo, nuestra misión era clara: entregar las donaciones de manera organizada, con la asistencia de Alas Chiquitanas”, comenta González, al complementar que en el primer día de estadía se enteró que había 19 bomberos voluntarios y 33 soldados militares luchando contra los incendios en la zona.
Fuego
Foto: Linda González
“Visité a los bomberos voluntarios. Lo que encontré me llenó de tristeza: jóvenes durmiendo en el suelo, con uniformes rotos y sin el equipo necesario para protegerse. A pesar de las dificultades, su determinación era inquebrantable: cuidar los bosques”, manifiesta.
Compartió videos que revelan la realidad de los bomberos voluntarios, quienes en su descanso deben remendar su ropa desgastada de tanto uso. Con aguja en mano, uno de ellos cambiaba los botones de su camisa, quebrajados por el calor. Otro mostraba su bota, abierta por la punta, casi deshecha. “Parece que va hablar”, decía entre bromas. También se veía a otro bombero con sus botines remendados.
Fuego
Entre Ascensión de Guarayos y Urubichá, Holters no pudo contener las lágrimas al observar tanta destrucción y recordar la belleza que solía existir en ese lugar. Lo que antes era un paraíso natural, ahora era un desierto gris. Los donativos que llevaron los repartieron a las comunidades Cururú, Salvatierra, Urubichá, Yaguarú y Santa Ana.
Gonzáles cuenta que la expectativa en la plaza de Urubichá crecía con la llegada de camiones de donaciones, incluido una enviada por un tiktoker español. Mientras tanto, las vagonetas lujosas anunciaban la llegada del presidente Luis Arce que estuvo el fin de semana en este municipio, lo que atrajo la curiosidad de los comunarios.
Aunque llevaron alimentos, maquinarias de última generación y uniformes para los bomberos, “me impactó enterarme luego que nada de lo prometido fue entregado a los jóvenes voluntarios”, señala.
Según su relato, cuando se dirigían a la comunidad de Santa Ana observaron unos troncos que todavía ardían. “Bajamos del vehículo y con las botellas de agua que teníamos, logramos extinguir el fuego. En el camino, también notamos a lo lejos incendios activos. Llegamos a Santa Ana, donde los niños recibieron con alegría las donaciones. Al regresar a Santa Cruz, la lluvia apareció en el camino por Yotaú. En Ascensión de Guarayos, dejamos las últimas donaciones en manos de las religiosas y el padre Hugo, quienes las distribuirían a los bomberos locales”, describe.
En este viaje, a Gonzáles le quedó claro que hace falta más empatía y solidaridad. “Muchas autoridades parecen perder de vista su verdadero propósito, usando a las personas para sus propios intereses, dejando a los más vulnerables en la incertidumbre y el dolor. Se dicen mentiras que parecen verdades, y al final, los más vulnerables sufren, sin saber qué creer. La pobreza es evidente, y mientras la flora y fauna desaparecen en silencio, el grito de dolor de la Chiquitania se hace cada vez más fuerte”, señala.
El fuego acorrala
Desde la tarde del lunes, voluntarios del santuario de animales silvestres Ambue Ari (otro día en guarayos), de la Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY), están movilizados ante el avance del fuego que amenaza a dicho parque que alberga a animales rescatados de los incendios y de la caza ilegal. En medio de la vegetación quemada, este refugio es también una mancha verde donde los animales que huyen de las llamas encuentran refugio en una zona del municipio de Ascensión de Guarayos, que lleva dos meses azotado por los incendios forestales.
Voluntarios que administran el albergue de 1.000 hectáreas piden apoyo aéreo para controlar las llamas que surgieron la tarde del lunes en la cima de la montaña y han cobrado fuerza, y ahora están a un kilómetro y medio del refugio.
“Lamentablemente el fuego nos está rodeando. Ayer en la tarde (lunes) apareció de la nada un fuego en la cima de la montaña, bomberos de Policía vinieron y nos ayudaron, el equipo del santuario se quedó toda la noche (luchando), pero fuego ha crecido bastante. Necesitamos ayuda aérea, estamos esperando que pueda llegar pronto”, manifestó Nena Baltazar, cofundadora de CIWY.
Señaló que el refugio es de 1.000 hectáreas, pero también está en riesgo el corredor del jaguar. El parque alberga a más de 80 animales rescatados del tráfico ilegal, entre jaguares, pumas, monos aulladores, coatis, paraba, pavas de monte, loros y otros.
Pero, además este espacio verde es muy importante porque “en todo Guarayos se han quemado miles de hectáreas y ese lugar es como una mancha de selva, donde muchos animales, escapando de los incendios, han encontrado un refugio”, dice Baltazar.
Señala que en esta época ya han recibido 15 animales rescatados de los incendios, entre ellos un jaguar hembra, dos pejis, perezosos, tortugas, un momo aullador y otros. “La verdad está siendo muy duro este tiempo con los incendios para los animales silvestres”, lamentó Baltazar.
La jaguar tiene aproximadamente siete meses y fue capturada en Nueva Jerusalén, mientras huía de los incendios con su hermanito. Llegó a una hacienda ganadera, donde la enlazaron para capturarla. Su hermanito logró escapar. Notificaron a las autoridades, quienes la entregaron inmediatamente al santuario Ambue Ari. Llegó extremadamente deshidratada y asustada por los incendios, pero con su espíritu salvaje intacto, dicen los voluntarios.
Los voluntarios de CIWY también realizan rastrillaje en los alrededores del parque para ayudar a los animales que sufren por los incendios, pero lamentablemente muchos son encontrados calcinados. Hace algunos días, encontraron cinco animales muertos en solo 20 metros. Subieron un video para mostrar la magnitud de los daños. En sus inspecciones también han colocado platos con agua en los árboles y en el piso para que los animales que sobreviven puedan beber e hidratarse.
“Llevamos dos meses con temor al fuego, hemos estado luchando y combatiendo para que no entre al refugio. Dos veces hemos estado en riesgo y hemos logrado controlar, pero este fuego ha sido algo sorpresivo y nos amenaza”, lamentó.
Mientras tanto, guardaparques del ANMI San Matías recorren la zona llevando agua en cisternas que proveer del líquido vital a los animales silvestre, informó el guardaparque Ricardo Barbery.