Hay locales que no cuentan con licencias de funcionamiento y atienden fuera del horario permitido. La Alcaldía realiza operativos, pero la gente exige endurecer más los controles para evitar inseguridad

14 de agosto de 2023, 7:34 AM
14 de agosto de 2023, 7:34 AM


Los boliches fuera de norma proliferan en todos los sectores de la ciudad, pero hay cuatro zonas rojas donde estos negocios se han vuelto un dolor de cabeza para los vecinos, por el bullicio, la borrachera y la inseguridad. El municipio los clausura y vuelven a atender sin licencia y al margen del horario establecido, por lo que a toda hora hay personas consumiendo bebidas alcohólicas.

Estos locales se ven sobre las avenidas Jenecherú, La Colorada, Che Guevara y Virgen de Luján, entre otras. En estas zonas los propietarios de los negocios burlan las normas y ‘juegan al gato y al ratón’ con los operativos, porque el municipio los cierra, pero a los pocos días nuevamente están atendiendo. Los vecinos ya no saben qué hacer ante la proliferación de estos boliches que generan inseguridad en sus zonas.

A más de uno le toca presenciar peleas, personas agresivas en estado de ebriedad o malvivientes borrachos que también protagonizan asaltos.
Las autoridades del municipio tienen identificados estos sectores, por eso hacen constantes operativos, principalmente para vigilar el horario de atención, porque hay quejas de la gente. La atención es a toda hora y no se respeta ni siquiera la cercanía de unidades educativas y centros hospitalarios, donde no pueden funcionar estos locales.

En la avenida La Colorada, a pocas cuadras del mercado Primavera, a plena luz del día, estos locales atienden con normalidad.

Al atardecer las rockolas aún se ven vacías, pero no faltan clientes que empiezan a destapar las botellas de bebidas alcohólicas al son de la música, cuyo sonido se puede escuchar desde lejos.

“Los lenocinios también funcionan a toda hora. Las trabajadoras sexuales salen con poca ropa a las puertas a captar clientes y no dan buen ejemplo para los niños que pasan al colegio”, se quejó uno de los vecinos.

Sobre la avenida Che Guevara, zona de la Villa Primero de Mayo, el panorama es similar. Al caer la noche se forma una hilera de luces multicolores que iluminan ambos lados de la avenida. A poca distancia, un grupo de niños con sus uniformes escolares esperan el micro para dirigirse a sus casas en medio del peligro que representa este tipo de locales, por el excesivo consumo de alcohol y porque también hay antisociales.

“Esto es una mala imagen que se le da a la avenida, por eso identifican este sector como zona roja. Es una pena por los niños que se ven obligados a observar cosas que no deberían”, señaló Paola Aguilera, una vecina.

María Claros, otra vecina de la zona, dijo que a cierta hora no se puede cruzar por este lugar porque hay peleas y las trabajadoras sexuales salen a la puerta de sus locales desde tempranas horas y esas actividades se prolongan hasta el día siguiente. “Viene la Alcaldía a realizar los controles y los cierran, pero a los tres días nuevamente sus dueños los abren. También son en vano las protestas que hemos realizado los vecinos para que se clausuren definitivamente estos locales porque a pocas cuadras hay dos unidades educativas", indicó.

En la avenida Jenecherú, zona de la Pampa de la Isla, en el horario de salida de clases ya hay personas acomodadas en las mesas que se colocan sobre la acera, por lo que los escolares se deben dar el modo para cruzar estas cuadras.

En la entrada a la avenida Virgen de Luján proliferan rockolas que desde muy temprano están atendiendo. A las 19:00 muchas están casi llenas de clientes. Según los vecinos, los fines de semana el panorama es peor, porque es imposible pasar en medio de todo el bullicio e inseguridad que generan, lo que perturba la paz y la tranquilidad de la zona.

Controles

El jefe de Operativos de Expendio de Bebidas Alcohólicas, Marcelo Calderón, informó que se hacen controles permanentes junto a la Policía para evitar los hechos violentos y se coordina con la Secretaría de Administración Tributaria (SAT), porque si el propietario es reincidente y rompe el precinto se le quita la licencia de funcionamiento.

“Prácticamente jugamos al gato y al ratón con ellos, porque los cerramos y nos vamos a otro lado a hacer inspección, pero cuando volvemos ya han vuelto a abrir con otro nombre ese negocio”, dijo el funcionario municipal.

Entre las faltas frecuentes que cometen está el permitir entre sus clientes a menores de edad y no ajustarse a la norma.

Los horarios permitidos de atención de domingo a jueves es de 19:00 a 02:00, y de viernes a sábado se extiende una hora.

Los controles se realizan de lunes a lunes y se acude a atender denuncias que llegan a través del centro de llamadas 800-12 5700.

Los boliches fuera de norma proliferan en todos los sectores de la ciudad, pero hay cuatro zonas rojas donde estos negocios se han vuelto un dolor de cabeza para los vecinos, por el bullicio, la borrachera y la inseguridad. El municipio los clausura y vuelven a atender sin licencia y al margen del horario establecido, por lo que a toda hora hay personas consumiendo bebidas alcohólicas.

Estos locales se ven sobre las avenidas Jenecherú, La Colorada, Che Guevara y Virgen de Luján, entre otras. En estas zonas los propietarios de los negocios burlan las normas y ‘juegan al gato y al ratón’ con los operativos, porque el municipio los cierra, pero a los pocos días nuevamente están atendiendo. Los vecinos ya no saben qué hacer ante la proliferación de estos boliches que generan inseguridad en sus zonas.

A más de uno le toca presenciar peleas, personas agresivas en estado de ebriedad o malvivientes borrachos que también protagonizan asaltos.

Las autoridades del municipio tienen identificados estos sectores, por eso hacen constantes operativos, principalmente para vigilar el horario de atención, porque hay quejas de la gente.

La atención es a toda hora y no se respeta ni siquiera la cercanía de unidades educativas y centros hospitalarios, donde no pueden funcionar estos locales.

En la avenida La Colorada, a pocas cuadras del mercado Primavera, a plena luz del día, estos locales atienden con normalidad.

Al atardecer las rockolas aún se ven vacías, pero no faltan clientes que empiezan a destapar las botellas de bebidas alcohólicas al son de la música, cuyo sonido se puede escuchar desde lejos.

“Los lenocinios también funcionan a toda hora. Las trabajadoras sexuales salen con poca ropa a las puertas a captar clientes y no dan buen ejemplo para los niños que pasan al colegio”, se quejó uno de los vecinos.

Sobre la avenida Che Guevara, zona de la Villa Primero de Mayo, el panorama es similar. Al caer la noche se forma una hilera de luces multicolores que iluminan ambos lados de la avenida. A poca distancia, un grupo de niños con sus uniformes escolares esperan el micro para dirigirse a sus casas en medio del peligro que representa este tipo de locales, por el excesivo consumo de alcohol y porque también hay antisociales.

“Esto es una mala imagen que se le da a la avenida, por eso identifican este sector como zona roja. Es una pena por los niños que se ven obligados a observar cosas que no deberían”, señaló Paola Aguilera, una vecina.

María Claros, otra vecina de la zona, dijo que a cierta hora no se puede cruzar por este lugar porque hay peleas y las trabajadoras sexuales salen a la puerta de sus locales desde tempranas horas y esas actividades se prolongan hasta el día siguiente. “Viene la Alcaldía a realizar los controles y los cierran, pero a los tres días nuevamente sus dueños los abren. También son en vano las protestas que hemos realizado los vecinos para que se clausuren definitivamente estos locales porque a pocas cuadras hay dos unidades educativas", indicó.

En la avenida Jenecherú, zona de la Pampa de la Isla, en el horario de salida de clases ya hay personas acomodadas en las mesas que se colocan sobre la acera, por lo que los escolares se deben dar el modo para cruzar estas cuadras.
En la entrada a la avenida Virgen de Luján proliferan rockolas que desde muy temprano están atendiendo. A las 19:00 muchas están casi llenas de clientes. Según los vecinos, los fines de semana el panorama es peor, porque es imposible pasar en medio de todo el bullicio e inseguridad que generan, lo que perturba la paz y la tranquilidad de la zona.

Controles

El jefe de Operativos de Expendio de Bebidas Alcohólicas, Marcelo Calderón, informó que se hacen controles permanentes junto a la Policía para evitar los hechos violentos y se coordina con la Secretaría de Administración Tributaria (SAT), porque si el propietario es reincidente y rompe el precinto se le quita la licencia de funcionamiento.

“Prácticamente jugamos al gato y al ratón con ellos, porque los cerramos y nos vamos a otro lado a hacer inspección, pero cuando volvemos ya han vuelto a abrir con otro nombre ese negocio”, dijo el funcionario municipal.
Entre las faltas frecuentes que cometen está el permitir entre sus clientes a menores de edad y no ajustarse a la norma.

Los horarios permitidos de atención de domingo a jueves es de 19:00 a 02:00, y de viernes a sábado se extiende una hora.

Los controles se realizan de lunes a lunes y se acude a atender denuncias que llegan a través del centro de llamadas 800-12 5700.