La azafata contó en su testimonio al Ministerio Público cómo se vivieron los momentos previos a la caía del avión. Dice que nunca se avisó la emergencia 

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31 de enero de 2017, 4:00 AM
31 de enero de 2017, 4:00 AM

Dos meses después del accidente del avión de LaMia, que se cayó en Colombia el 28 de noviembre de 2016, EL DEBER pudo conocer la declaración informativa que brindó a la Fiscalía la superviviente del siniestro, Ximena Suárez. 


En su testimonio, la joven señaló que ella pensó que el vuelo a Medellín se haría en dos tramos, que nadie hizo conocer la emergencia que tenía la nave antes del accidente y que el empresario Ricardo Albacete era el dueño de la empresa aérea, junto con Marco Antonio Rocha y Miguel Quiroga, el piloto que murió en el siniestro.  


Suárez, que se presentó a la Fiscalía el 29 de diciembre, a las 10:00, reveló que cuando ellos viajaron a Cochabamba allí le avisaron que viajarían hasta San Pablo para recoger al equipo de Chapecoense, situación que al final no se dio y sobre la que tampoco le explicaron nada, solo que se volverían a Santa Cruz para esperar a la delegación deportiva.


Suárez hizo un relato detallado de los momentos previos a la salida del avión de LaMia del aeropuerto de Viru Viru, ya que cuenta que llegaron a la terminal aérea pasado el mediodía del 28 de noviembre, que realizaron todos los controles de rutina y que un vuelo de BoA que trajo al Chapecoense lo hizo con retraso.


Ella dice no recordar si algún inspector de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) hizo algún chequeo de la nave, ni menciona a nadie de Aasana, institución encargada de los servicios aéreos que tiene a uno de sus controladores de tránsito aéreo, (Joons Teodovich) preso por este caso, ya que el Ministerio Público lo sindicó de tener responsabilidad en haber permitido que la nave que se cayó en Colombia salga con serias observaciones en su plan de vuelo.

Antes de la caída
Suárez contó que minutos antes de que el avión se estrelle, nadie se percató de la emergencia que se estaba viviendo ni de los pedidos de auxilio que hizo el capitán fallecido, Miguel Quiroga, a la torre de control del aeropuerto Río Negro en Medellín.


“Casi llegando (al aeropuerto Río Negro) fue cuando uno de los capitanes dijo por altavoz que nos estábamos aproximando, no se quién, no recuerdo, entonces yo agarré y revisé a todos los pasajeros que estén asegurados, los respaldos y las mesitas. Después le di conformidad a David (Vacaflores, jefe de la tripulación), me senté y me aseguré. Después el chico (Edwin) Tumiri, que estaba a mi lado, me dijo que estaba goteando agua de arriba y yo le respondí que debe ser por la condensación por la ventana... Cuando miré encendieron las luces de emergencia, pero fue como que encendía y apagaban un interruptor.

Lo único que le dije al chico (Tumiri) fue que se asegure y en cuestión de segundos pasó el accidente, no se escuchó nada por el altavoz, era como un vuelo normal, yo fui, me senté y me aseguré y se apagaron las luces”, así le contó Suárez a la Fiscalía los momentos previos al siniestro, que acabó con la vida de 71 personas y que ahora la tienen a ella recibiendo tratamiento médico y sicológico por el trauma ocurrido.

Albacete y Rocha
Suárez, en su testimonio, aseguró que Albacete era dueño de LaMia y que una hija de este empresario español-venezolano “se metía mucho en el negocio, pero nunca la vi en la oficina”. 


La superviviente indicó que conoció a Albacete en los inicios de la empresa en una reunión en el país y reveló que Marco Antonio Rocha, el socio de LaMia que está prófugo, la visitó en la clínica en Colombia luego del accidente.


Finalmente, Suárez dijo que la piloto Sisy Arias viajó como observadora del vuelo y que LaMia alquilaba la nave que se cayó en Colombia para vuelos de Ecojet