Casi todos los heridos fueron maltratados con mordiscos, fractura ósea, daño ocular y amenaza de violación

14 de diciembre de 2022, 11:13 AM
14 de diciembre de 2022, 11:13 AM

Sun Chel Kim, uno de los propietarios del Centro Turístico Kim, catalogó a los avasalladores de su predio como grupos irregulares.

Cuando se entrevistó junto a sus familiares a varios de los heridos (vecinos autoconvocados y trabajadores del Centro) en los enfrentamientos registrados en este predio, coincidieron en que no se trata de delincuentes comunes, sino de personas entrenadas para afrontar situaciones de violencia e incluso emplear técnicas de tortura.

Pedro Rojas, a quien se le cambió el nombre, contó que en el primer intento de desalojo le fracturaron la tibia y el peroné, le dieron un palazo en el oído para evitar que escuche lo que decían sus captores, y le cortaron el cuerpo a tres centímetros del ano,antes de decirle: “¿Y si a este también le sacamos el corazón?”.

Según Pedro, solo lo soltaron cuando sus secuestradores lo vieron convulsionar, ante el riesgo de que perdiera la vida.

A su vez, a uno de los trabajadores de la familia Kim, que pidió no dar su nombre, le levantaron el párpado y le metieron el dedo al ojo por unos minutos para obligarlo a que entregue el celular tras recibir un machetazo en la cabeza para obligarlo

Poco antes, había grabado las caras de varios de los avasalladores que estaban sin capucha. Reconoció a dos y dice que uno de ellos era un dirigente de micros, el otro un policía de un barrio vecino. Los nombres de ambos quedaron registrados en la denuncia.

Nancy Kim, otra de las propietarias del predio, también dijo públicamente que no solo la golpearon, también le rompieron la ropa y le dislocaron la mandíbula y hasta amenazaron con violarla.

En el segundo intento de desalojo, tres de los autoconvocados fueron secuestrados por los avasalladores. Uno de ellos, conocido como ‘Mecherito’, tiene los huesos de una mano fracturados y debe someterse a una cirugía. 

Según su esposa, tiene todo el cuerpo mordido, y también la mano. No sabe si le arrancaron algún trozo de la mano. “No he podido ver porque (la mano) está vendada, solo sé que la persona que le mordió parecía un demonio”, refirió.

Diosnel Esquivel perdió el ojo derecho y ahora los especialistas luchan por salvarlo de alguna infección más grave, incluso de un daño cerebral.

Según uno de sus amigos que los acompañó en el segundo intento de desalojo, este bombero acudió ante la posibilidad de que se desatara un nuevo incendio de pastizales. “Suplicó, les dijo que era bombero forestal, pero igual lo atraparon mientras trataba de escapar en su camioneta”, contó, pidiendo mantener su nombre en reserva.

Dijo que lo apalearon y le tiraron un hondazo en el ojo “a quemarropa”, hasta que una voz de mando dio la orden de soltarlo.

“No son avasalladores comunes; ante los cohetes, ellos se abrían y volvían a formarse, mientras avanzaban. Eran una primera lìnea, la de choque, y la segunda lìnea parecía de policías de civil, estaban armados, Cacique (Diosnel) los vio”.

El trabajador de la propiedad Kim dijo que cuando tocó una inspección, junto a una diputada, los avasalladores les aseguraban que contaban con la protección de un coronel.

Asimismo, antes del avasallamiento, la familia Kim grabó a una persona dirigiéndose a inspeccionar el predio, argumentando que a los policías les ofrecieron terrenos en la zona.

DATOS

AYER | Celular en mano, los Kim filmaron a los policías dejando que un avasallador recogiera sus cosas, y aceptándoles comida.

‘CAMARADAS’ | Según el trabajador de la familia Kim, en una de las inspecciones, uno de los avasalladores saludó al oficial por su nombre, llamándolo ‘camarada’.

BARRIO POLICIAL | El Fortín se llama un barrio aledaño de policías, que también está en la zona acuífera.