Transporte público opera con el 50% de los micros por falta de diésel; el precio lo paga el usuario

La escasez de combustible golpea al transporte público, que opera con el 50% de sus unidades porque la mitad no puede abastecerse regularmente de diésel. El precio lo paga el usuario, que debe aguardar hasta una hora para poder tomar un bus y trasladarse hasta su destino. La larga espera agobia a la población, ya afectada por el alza de precios de los productos de primera necesidad.

“Cada vez hay menos unidades. Estamos trabajando con el 50% de las unidades. La frecuencia entre micro en micro es cada vez más larga. Estamos en una situación crítica”, señaló el dirigente del transporte, Segundo Ricaldi, al indicar que la falta de combustible afecta directamente al sector. 

​Explicó que, de los más de 7.000 microbuses que prestan servicio en la capital cruceña, el 50% funciona a diésel; es decir que ahora solo 3.500 micros están cubriendo las distintas rutas. Esta situación llevó a los choferes y propietarios a salir a protestar, pues aseguran que deben permanecer hasta tres días en las filas de los surtidores para cargar combustible.

La falta de micros la siente la población, que espera más tiempo para trasladarse de un lugar a otro. En distintos puntos de la ciudad se observan aglomeraciones en las paradas, y el agobio de la gente es evidente.

“Los pocos micros que hay pasan llenos. No están trabajando todos. Llevo una hora y han pasado tres, pero todos llenos. Con esta crisis no da para tomar un taxi; son por lo menos Bs 30”, indicó María Suárez que, en la zona de La Ramada, aguardaba un bus para trasladarse hasta el mercado mayorista Abasto. Cuando el micro se asomó, se acercó a carrera para subir y, por más que atinó a empujar la puerta, el chofer no la abrió, porque el bus ya estaba repleto de pasajeros.

Daniel Hurtado, vecino del barrio 24 de Septiembre, estaba resignado a llegar tarde a su trabajo. Tomó el teléfono para avisar que estaba retrasado por falta de transporte. “No hay micros. Esta situación está cada vez peor”, lamentó Hurtado, un padre de familia que todos los días toma dos micros para llegar a su trabajo. Hace trasbordo en el centro, donde ahora le está costando tomar un bus.

“Normalmente espero, a rajar, 15 minutos; pero ya voy más de media hora y solo han pasado dos llenos. Peor es en las noches, cuando hay que aguardar hasta una hora”, se quejó.

Choferes hacen fila en los surtidores

Durante la protesta de este viernes, los choferes se quejaron porque deben esperar hasta tres días en los surtidores para cargar combustible. “El fin de semana estuvimos dos noches durmiendo en un surtidor y el diésel no llegaba”, indicó un conductor.

“No hay cómo salir a prestar el servicio, porque no hay combustible. La gente se enoja con nosotros, pero no es nuestra culpa, no hay diésel", indicó otro conductor que también esperó dos días para abastecerse de combustible.

​