Un centenar de profesores son eméritos y bordean los Bs 24.000 al mes, entre estos, 15 ejercen más de 40 años. En el otro extremo están los que ingresan con el compromiso ser regularizados. Los más jóvenes aseguran que no abren espacios

El Deber logo
1 de agosto de 2021, 4:45 AM
1 de agosto de 2021, 4:45 AM

En la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm) hay unos 200 docentes que pasan clases sin ganar sueldos. En algunos casos enseñan gratis y en otros se les paga un monto menor a la cantidad de horas que tienen asignadas. 

En el otro extremo están los docentes eméritos que son los que llevan más de 25 años ejerciendo la docencia por lo que alcanzaron el techo salarial, es decir, bordean los Bs 24.000 al mes, un sueldo similar al del presidente del país.

Según la Federación Universitaria de Profesores (FUP) en este último grupo hay 136 docentes que están distribuidos en las distintas carreras que ofrece la universidad. Hasta la fecha, de acuerdo con el vicerrectorado, ningún docente ha sido retirado por recibir una mala evaluación. Cuando un profesional ingresa a la universidad es muy difícil que sea apartado. 

Sin sueldo 

El vicerrector y actual candidato a rector, Oswaldo Ulloa, reconoció que hay alrededor de 200 profesiones que no están regularizados, es decir, que trabajan y por distintas situaciones no se les paga sueldo. 

Atribuyó esta situación a varias razones. Una de ellas es que hay carreras que aumentaron estudiantes y subdividieron grupos sin tener el presupuesto para pagar a los catedráticos.

 Por esta situación se invita a “un docente interno o externo a la universidad para que imparta clases gratis, situación que sellan por escrito. El docente acepta ese trato con la esperanza de que algún día lo incorporen a la planilla, pero no hay presupuesto para pagarles. 

Ulloa dijo que otra forma de aumentar los docentes con carga horaria cero (sin sueldo) es la creación de más carreras. Citó como ejemplo a la carrera de Comercio Internacional, de la Facultad de Ciencias Económicas que se creó con cero horas disponibles, pues se asumió que serían cubiertas por las horas de otras carreras de la misma facultad“Las mismas facultades generan eso, pese a que conocen que no hay presupuesto para asignarles”, remarcó. 

El presidente de la Federación Universitaria de Profesores (FUP), Rogelio Espinoza, explicó que la cantidad de carga horaria cero varía por semestre, pues en cada uno se siguen invitando docentes. Añadió que el caso de cada uno de estos docentes es particular, pues unos dictan una sola materia y no se les paga, en otros casos se les cancela por una cantidad de horas y otras no. 

Dijo que en este grupo también hay docentes que ya alcanzaron el techo salarial, por lo que no se les puede pagar más horas. 

Espinoza manifestó que hay un reglamento que permite a los docentes invitados que luego sean regularizados, un proceso que no debe durar más de dos años. Aunque, según el testimonio de algunos docentes invitados, hay quienes dictan clases desde hace más de cinco años sin sueldo. 

Horas impagas 

Desde el vicerrectorado informaron que de las 420.000 horas de clases que tiene la universidad en las distintas carreras, un total de 100.000 no se pagan, es decir, los docentes trabajan gratis. 

El vicerrector Ulloa señaló que para subsanar esta situación cada año se suelen crear un promedio de 3.000 y 5.000 horas para distribuirlas entre las distintas carreras. Sin embargo, reconoció que en los dos últimos años la universidad no distribuyó ninguna hora y justificó que esto se debe a la crisis económica que disminuyó los ingresos. 

Por su lado, Espinoza explicó que la carga horaria cero está, principalmente, en las facultades o unidades desconcentradas de provincia, como la Facultad Integral del Norte que es una de las más afectadas. 

A su vez, el presidente del último congreso universitario, Rolando López, coincidió que estas situaciones se registran más en facultades de provincias y apuntó como la principal causa al desdoblamiento de grupos por la mayor cantidad de estudiantes. 

Agregó que el congreso universitario, en septiembre del 2018, emitió una resolución en la que se instruía que está prohibido que se contraten docentes con carga horaria cero. “En el congreso universitario se reguló todo esto, pero se sigue haciendo. Están transgrediendo la norma”, lamentó. 

De acuerdo a la FUP hay 1.647 docentes regularizados y más de 200 sin regularizar. Aunque, según el vicerrectorado son 1.825 los regularizados y 200 sin regularizar. 

El candidato a rector, Waldo López, indicó que hay carga horaria cero en todas las facultades, porque no se exigió los ingresos que por derecho corresponden del Tesoro General de la Nación (TGN) y tampoco se incrementó los ingresos propios por consultorías realizadas por docentes, venta de patentes y tampoco se aplicó criterios de eficiencia y transparencia en las unidades empresariales. “Se puede pagar la carga horaria total potenciando económicamente la universidad”, insistió. 

El igual candidato a rector, Germán Cardona, sostuvo que tiene 240 horas trabajadas, con seis grupos, pero recién le aumentaron 32 horas y aun así le pagan 103 horas. }

Docentes eméritos 

Según Espinoza hay 134 docentes eméritos, que es la máxima categoría, y para alcanzarla deben ejercer al menos 25 años de docencia y en estos casos ya tienen 240 horas de clases, es decir, carga completa. 

Espinoza detalló que en total hay 15 docentes que tienen más de 40 años de ejercicio, entre estos algunos alcanzan los 44 y 47 años de servicios, sin jubilarse. 

“En algunos de los casos, en la docencia no hay una edad definida para la jubilación. Era a los 65 años, pero hay una reglamentación especial que permite seguir a los que tengan las condiciones. El docente emérito gana igual que el rector cerca de 24.000 bolivianos que es el sueldo más elevado en el sistema público”, confirmó. 

El delegado al Ilustre Consejo Universitario (ICU), Cristhian Luque, aclaró que el sueldo del docente no se define por la facultad en la que dicte clases, sino por la categoría del escalafón y en esta pueden ascender cada cinco años. 

Remarcó que todos los docentes regularizados o invitados, según el Estatuto Orgánico de la universidad, deben tener maestría en el área en la que dictan clases.

Convocatoria y experiencias 

Espinoza remarcó que cuando hay acefalía en alguna materia, porque el docente falleció o se jubiló, para cubrirla primero se realiza una convocatoria interna, es decir, entre los docentes que ya dictan clases y si no se cubre de esta manera, recién se hace una convocatoria pública. 

El vicerrector Ulloa reconoció que la universidad se convirtió en “una institución codiciada”, porque es una de las que mejores salarios oferta, en relación a las privadas y otras instituciones. 

Decenas de profesionales intentaron, sin éxito ingresar como docentes a la universidad. Una de ellas, Yaqueline Maldonado, profesional con dos carreras y tres maestrías (en tecnología de la educación, periodismo y periodismo digital), además del diplomado en metodología de la investigación, educación superior por competencias, no la dejaron dar el examen. 

“En mi época universitaria tenía compañeros que participaban haciendo campaña, apoyando a un candidato y cuándo retorné de mis estudios en el extranjero, ellos ya estaban ocupando cargos administrativos o docentes, todo por política y sin mayor formación”, cuestionó. 

“El tema de la renovación docente es cuestionable. Desde mis épocas de periodismo están los mismos docentes, que siguen enseñando en pizarra, sin innovación en contenido. Hay docentes que llevan 30 años con la misma metodología y con el riesgo de que formen estudiantes que no estén actualizados con las nuevas tecnologías”, sostuvo. 

Otra postulante, que prefirió no identificarse, dijo que “las facultades funcionan como feudos, las mismas autoridades rotan desde hace años y priman las conexiones, más que la academia. Es muy difícil para los docentes jóvenes entrar, y por supuesto hay que pagar un derecho de piso equivalente a cinco años mínimos de dar clases gratis”. 

Ella aseguró que, la primera vez que postuló, no se le permitió dar el examen porque no validaron su maestría en España, luego siguió un proceso de convalidación y mientras esperaba otro concurso dictó clases gratis por cuatro semestres. “Conozco a muchos docentes que llevan trabajando más de cinco años de forma gratuita con la esperanza de ser contratados algún día”, lamentó.