Este barrio implementó su olla común. Está ubicado frente a Guaracal (también tiene olla común desde la semana pasada), están divididos por la Radial 13. Tres personas se unieron para hacer posible esta acción loable, gracias a las donaciones de gente de buen corazón

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25 de abril de 2020, 16:33 PM
25 de abril de 2020, 16:33 PM

Sandra Égüez ha sentido en carne propia cuando el bolsillo no alcanza y la barriga suena de hambre. Ella tuvo una vida sacrificada para sacar adelante a sus hijos. Hoy se gana la vida como peluquera, oficio al que se dedica y le apasiona después de que, de rodillas, le pidiera a Dios mostrar su vocación. Hasta entonces llevaba el sustento diario a su casa trabajando en una fábrica dedicada a confección de hombreras. 

Égüez, junto al abogado Robert Suárez y el médico Esteban Enríquez, todos moradores del barrio La Morita decidieron unir fuerzas para llevar adelante la olla común. Inmediatamente enviaron mensajes por WhatsApp a los vecinos de La Morita y también de Guaracal, que conozcan o sepan de alguien que no cuenta con un plato de comida, se aproxime hasta la calle Humberto Salinas. El menú fue un jugoso majadito batido de pollo. Todos los ingredientes fueron donados por vecinos del mismo barrio y amigos de buen corazón de estos tres voluntarios. 


"Ojalá que todos aprendamos a ser mejores personas y más humanos y solidarios, que valoremos la vida y al ser humano", dijo Suárez mientras acomodaba la mesa para colocar las ollas en el portón de su casa. A los pocos minutos empezó a llegar la gente con olla en mano y se retiraba agradecida por la ayuda. 

Ermelinda Surubí (58 años), junto a uno de sus tres hijos, fue la primera en recibir sus platos de majadito. "Es una gran ayuda, por la cuarentena no puedo salir a trabajar, hago limpieza en las viviendas", dijo a tiempo de expresar su agradecimiento por la comida. 

A los pocos minutos llegó Sandra Solano (26 años) y madre de un niño de un año. "La olla común es de gran ayuda para las familias pobres, los ahorros se han acabado y ya no hay dinero para alimentarse", sostuvo. 

Égüez dijo que es la segunda vez que hacen olla común para las personas de condición humilde de su zona, especialmente las familias que son inquilinos y que por la cuarentena no pueden salir a trabajar, además se siente muy agradecida con Dios por la salud de ella, sus hijos y nietos.