Hoy retorna Sebastián Piñera a La Moneda. Su discurso contra Bolivia se mantiene, pero el lazo comercial entre ambos países se afianza cada vez más

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11 de marzo de 2018, 7:28 AM
11 de marzo de 2018, 7:28 AM

Las relaciones entre Bolivia y Chile poco cambiarán a partir de hoy. Sebastián Piñera retorna al palacio de La Moneda tras cuatro años de liderar la oposición con Michelle Bachelet como presidenta. Más allá del conflicto marítimo y del tema de las aguas del Silala hay una fuerte relación comercial entre ambos países que tiene una nula mirada a los dilemas jurídicos. Pero a la vez existen temas pendientes, como el contrabando y narcotráfico.    

Piñera vuelve a ser presidente de Chile con el mismo discurso sobre Bolivia que cuando salió de La Moneda, en 2014. Se cerró en el tema marítimo, pero ahora tiene un reto que fue emprendido por Bachelet: la demanda por las aguas del Silala. Ante esos dos temas que concentran la relación La Paz-Santiago, existen otros ámbitos que siguen su curso sin mirar las diferencias. La temática económica-comercial es primordial, sobre todo para Chile, ya que Bolivia tiene saldo negativo en la balanza en los últimos 10 años.

Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), en la última década Bolivia importó más productos de Chile de lo que exportó a ese país. Entre 2007 y 2016, el país vendió a Chile $us 1.095 millones, pero en el mismo periodo la nación compró en el vecino país productos por un valor de $us 3.605 millones.

“El comercio bilateral con Chile ha sido históricamente negativo para los bolivianos (...) Bolivia exporta menos de 300 productos, los principales son torta de soya, aceite refinado de soya, alcohol etílico, mineral de plata y palmito en conserva, eso representa el grueso de las exportaciones que no llegan a los 300 productos. Sin embargo, a Chile le compramos cada año cerca de 1.600 productos”, explica el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez.

Estas estadísticas se enmarcan en la relación comercial legal, ya que por la amplia frontera existe el comercio ilegal que pasa, sobre todo, de Chile hacia Bolivia.

En Santiago la perspectiva de la relación bilateral se enfrasca en el tema marítimo y las aguas del Silala. Lo demás queda como tema secundario, pero aclaran que el crecimiento económico de Bolivia no depende del comercio con Chile.

El analista chileno Joan Salazar cree que el ‘subdesarrollo’ de Bolivia no es culpa de Chile y que La Paz no aprovecha los beneficios portuarios que recibe de Perú y de otros países vecinos con salida al Atlántico. 

“No es responsabilidad chilena que Bolivia no haya aprovechado las alternativas ofrecidas por Perú en la ciudad de Ilo o la utilización de Puerto Busch en el río Paraguay para la salida al océano Atlántico, ni las concesiones portuarias y zonas francas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay sobre el río Paraná”, remarca Salazar, quien sostiene que la relación comercial trae más beneficios a Chile.

Sin afectar lo comercial

Máximo Quitral es experto en el análisis de la relación entre Bolivia y Chile. El analista sostiene que ambas naciones supieron llevar desde hace varias décadas una ‘exitosa’ relación económica a pesar de las diferencias ideológicas y del diferendo marítimo. 

“La historia diplomática entre Chile y Bolivia ha estado dominada por el conflicto, pero se logró mantener y fortalecer una vinculación económica valiosa, impulsada, principalmente, por actores privados y, de alguna u otra forma, por el aparato estatal”, opina Quitral.

El experto añade que el factor económico “estuvo y estará” presente en las relaciones internacionales de ambos países, “contribuyendo a la aproximación bilateral, a reforzar los nexos económicos existentes y, con ello, a contribuir para acabar con los prejuicios y chauvinismos de uno u otro lado de la frontera”.

Bolivia y Chile mantienen una tensa relación bilateral por el diferendo marítimo. La Paz decidió en 2013 enjuiciar a Santiago ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). La parte demandante exige al tribunal que obligue a Chile a negociar de buena fe un acceso soberano al mar tomando en cuenta las negociaciones de años pasados.

A este proceso se suma otro litigio: el de las aguas del Silala. Chile, esta vez, demandó a Bolivia ante la CIJ y pide a la Corte que establezca si el Silala es o no un río internacional. La Paz mantiene que este caudal proviene de manantiales y que fue desviado por chilenos con fines comerciales en la ciudad de Calama.

José Rodríguez Elizondo es director del programa de Relaciones Internacionales de la Universidad de Chile. El experto espera un periodo, “una tregua”, tras el fallo que puede conocerse esta gestión respecto a la demanda marítima. “Esta tregua, sin ningún tipo de agresividad, puede permitir establecer bases de la relación de provecho mutuo, autosustentable, con una plataforma de gobernantes sabios y una diplomacia de negociación realista”, dice.

El analista de temas internacionales y viceministro de Autonomías, Hugo Siles, señala que entre Chile y Bolivia, aparte del diferendo marítimo y de las aguas del Silala, existen temas de agenda bilateral, de integración fronteriza y de comercio que deben desarrollarse. “El próximo gobierno en La Moneda tendrá que proyectar una agenda para la región, pero también una política exterior que esté orientada a nuestro país”, destaca la autoridad.  

Evo en Chile

El presidente Evo Morales asistió a los tres cambios de mando presidenciales en Chile. Dos veces con Michelle Bachelet y en 2010 con Sebastián Piñera. Hoy, el jefe de Estado estará en su cuarta transmisión de mando en Santiago y prevé cambiar comentarios con el nuevo presidente chileno, aunque no existe una reunión oficial. El canciller Fernando Huanacuni acompañará al mandatario nacional.   

En el trajín por el tema marítimo, el canciller elegido por Piñera, Roberto Ampuero, manifiesta su intención de construir una “agenda del futuro” después de conocerse el fallo de la CIJ. El diplomático cree que el tema marítimo no debe limitar la relación entre ambas naciones.

“Hay agenda de lo que es hoy posible y estamos avanzando. Siempre los países tienen temas que pueden ir más rápido y otros que pueden ir más lento. Es muy importante que este ritmo de colaboración con estos mecanismos siga adelante, porque acá se va a beneficiar a ambos países, a ciudadanos chilenos y bolivianos. Esto va al interés de los ciudadanos chilenos. Para mí en este sentido las palabras de Patricio Aylwin me resultan inspiradoras. Avanzar en la medida de lo posible la relación con Bolivia”, recalca Ampuero en una entrevista al diario La Tercera.

Y es en esa línea que en Bolivia se maneja la situación. El vocero de la demanda marítima, Carlos Mesa, admite que luego del fallo de la CIJ la relación entre Bolivia y Chile “dará un giro de 180 grados” debido a la negociación de otros temas que no sean el mar ni las aguas del Silala.

“Que el nombre del canciller sea (Alfredo) Moreno, que el nombre del canciller sea (Heraldo) Muñoz o que el nombre del canciller sea (Roberto) Ampuero no creo que modifique la esencia de lo que Chile intenta lograr, que es que la Corte Internacional de Justicia falle en contra de Bolivia”, remarca el expresidente. 

Narcotráfico y contrabando, las tareas pendientes

El contrabando y el narcotráfico en la frontera entre Bolivia y Chile se pasea con un mínimo control policial y militar. Es por eso que ambos gobiernos —en medio del conflicto marítimo— decidieron reanudar las negociaciones del comité de fronteras, instancia que revisa estos y otros delitos en el amplio límite. 

El año pasado se renovó el comité de fronteras. Ya pasaron dos reuniones, una en Santa Cruz de la Sierra y otra en Arica, y los acuerdos todavía esperan para ser pulidos. Los puntos centrales son la lucha contra el narcotráfico y el contrabando.

Además, según el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, existen varios acuerdos en tema antidrogas con Chile. El último que se firmó fue en Santiago en septiembre del año pasado.

“Existe la necesidad de suscribir acuerdos estratégicos con países vecinos, como Chile, para asestar duros golpes al contrabando y el narcotráfico. Con Chile se avanza igual que con Perú, Brasil o Argentina. La idea es luchar contra el narcotráfico y el contrabando”, dice Cáceres.

La autoridad explica que la última cita fue la décima reunión de la Comisión Mixta Chile-Bolivia sobre Drogas y Delitos Conexos. Este evento se realizó el 28 y 29 de septiembre de 2017 en la capital chilena.

Este año la reunión será en Bolivia. Se estima que Santa Cruz de la Sierra sea la sede de la undécima cita sobre estos delitos.

El Gobierno de Chile se queja por la cantidad de droga que ingresa desde Bolivia, burlando controles en frontera. Pero La Paz tiene un duro discurso por el contrabando que llega del norte chileno.

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Opinión

Ramiro Prudencio
historiador y diplomático

“Existen temas con Chile que se pueden intensificar”

Es muy positivo que el nuevo gobierno de Chile haya invitado a nuestro presidente (Evo Morales) a la transmisión de mando en Santiago, esto es un punto positivo. Ahora veremos cómo es el encuentro entre Morales y Sebastián Piñera, si es amistoso, si es protocolar y frío, de eso depende mucho el futuro de las relaciones. Luego, serán importantes las declaraciones que haga nuestro presidente allá, si son amistosas, si son integradoras, evidentemente será un punto muy favorable para las futuras conversaciones, pero si la situación es muy protocolar, si es muy fría, naturalmente no ganaremos nada con esta visita. 

El eje central de la relación con Chile siempre será el mar. Ahora no creo que el presidente Evo Morales pueda hablar del asunto marítimo en su visita a Chile, ya que este tema está instalado en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y habrá pronto las presentaciones verbales, por lo tanto ese tema ni el de las aguas manantiales del Silala se tratarán en esta visita de Morales a Santiago. 

Los temas de contrabando y narcotráfico, y otros que están contemplados en la agenda de 13 puntos, ya están medio reanudados con la gestión de la presidenta Michelle Bachelet, estos temas se pueden intensificar. Otro tema importante es del comercio y de la Aduana, que tanto nos preocupa. Yo creo que esos puntos pueden ser los primeros que se puedan tratar con el nuevo gobierno de Sebastián Piñera. 

Esperemos que las relaciones entre Piñera y Morales sean las más cordiales posibles para poder avanzar en el ámbito diplomático. Ahora, sabemos que lo central, por lo menos este año, será la demanda marítima, pero se puede avanzar en los otros temas, como se lo hizo el año pasado con la reanudación del comité de fronteras o la comisión bilateral de lucha contra el narcotráfico y el contrabando. 

Cabe señalar que no es necesario esperar el término del proceso en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para reanudar las conversaciones con Chile, pero estas deben ser confidenciales. Pero, además, sería también importante demostrar al gobierno de Sebastián Piñera que un entendimiento con Bolivia podría ser muy conveniente para Chile. Comenzando nuevamente con el ofrecimiento de venta de gas a ese país que lo debe adquirir en ultramar a precios muy superiores; y también con el proyecto de un tren transcontinental. La agenda con Chile es muy extensa.