Luego de dos años de política de oposición sin rostro, seis líderes se unieron en un pronunciamiento. Es un inicio, dicen. No quieren ser inhabilitados judicialmente

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16 de abril de 2017, 5:00 AM
16 de abril de 2017, 5:00 AM

No hay apuros. “Es un primer paso positivo”, dice Samuel Doria Medina, líder de Unidad Nacional. “No es una alianza electoral. Se abren puertas al futuro”, aclara Vladimir Peña, vocero de Rubén Costas.

“Es exactamente lo que es, una acción de unidad en defensa de la democracia y la justicia”, escribe, lacónico y preciso el expresidente Carlos Mesa. “Si hay otros temas que merezcan otro pronunciamiento, nos reuniremos, los analizaremos y haremos conocer nuestros puntos de vista”, anuncia el exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas. “Es prematuro y ocioso comenzar a especular sobre alianzas políticas. Si no defendemos la democracia hoy, si no garantizamos una justicia independiente, que este régimen no intente prorrogarse, que se detenga la persecución política, vamos a estar todos inhabilitados en dos años”, resume y explica el expresidente Tuto Quiroga.  

Después de dos años en los que la oposición era una idea difusa que se expresaba más a través de jóvenes en las redes sociales que en las testeras o en los documentos, seis figuras contrarias al Gobierno de Evo Morales aparecieron en un hotel de La Paz y dejaron un documento que pide parar con la judicialización de la política (suman más de 100 juicios entre los seis), la designación de un órgano electoral independiente, respetar los resultados del referendo del 21-F (que Evo Morales no intente ser candidato en 2019 porque la CPE se lo impide) y que las elecciones judiciales se lleven a cabo entre gente elegida por alguien más que la Asamblea Legislativa Plurinacional, hoy controlada en más de dos tercios por el MAS.

“La población está contenta. En el Gobierno están tristes, nerviosos, desconcertados. Ahora que nos unimos se preocupan en Palacio”, dice, sereno, Doria Medina. 

Al día siguiente del pronunciamiento, había satisfacción en cinco de los seis firmantes de la declaración conjunta -Luis Revilla no contestó nuestras preguntas porque se estaba preparando para viajar a España en Viernes Santo-. Tuto Quiroga confesaba que en las calles de La Paz y Cochabamba se le acercaban para decirle que fue una “buena señal”, una suerte de que “el alma ha vuelto al cuerpo”, que cree que ya ha terminado el tiempo en el que lo interceptaban para gritarle “¡viva el MAS!”, o “¡Viva Evo”.

Para el vocero de Rubén Costas, hubo tres tipos de reacciones. La gente que está de lado de la oposición recibió la declaración como una señal alentadora; la neutra vio importante que aunque no necesariamente los líderes converjan en las mismas ideas políticas, es bueno que coincidan en temas fundamentales y principistas. Del lado del Gobierno, Peña ve una actitud repetitiva, de ataque y descalificación. En esto -la agresividad del Gobierno-coinciden los firmantes del documento.

Víctor Hugo Cárdenas ve unos matices, eso sí. Ve como positiva la disposición del vicepresidente Álvaro García Linera de discutir y debatir los temas del documento, aunque no sabe si esto es una posición personal o se trata de una postura gubernamental. “Nunca han sido muy amigos del debate, siempre han preferido la agresión”, dice el exvicepresidente (1993-1997). 

La médula
Pese a que a Carlos Mesa se le envió un cuestionario en el que se le preguntaba qué lo unía y qué lo separaba de sus cinco compañeros de firma, el expresidente prefirió ceñirse a lo que hoy los une: “El contenido de la declaración es exactamente lo que nos ha unido -escribió-. La democracia y su defensa, los problemas de la justicia y la necesidad de cambiarla, la judicialización de la política como algo inaceptable, el imperativo de nuestros mandatarios de respetar la voluntad popular expresada el 21 de febrero”.

Doria Medina cree que esta declaración puede ser un cimiento, pero de momento es lo que hay. Existen diferencias ideológicas, aspiraciones distintas, pero la han dejado de lado para defender estos puntos.
Cárdenas añade que las deliberaciones para establecer los cinco puntos hechos públicos el miércoles, les demandó más de un mes de reuniones y que en ningún momento los firmantes hablaron de sus aspiraciones electorales.

Mientras el ministro de la Presidencia, René Martínez, aseguraba que este pronunciamiento conjunto pretendía robarle al soberano su decisión final y que era un exceso de cinismo, Vladimir Peña creía lo contrario. Consideraba que los seis tienen la suficiente vocación democrática para dejar de lado sus intereses partidarios y aspiraciones personales para centrarse en tres temas centrales: democracia, justicia y persecución judicial.  “Lucho tiene 40 juicios en su contra, Rubén, 30. Creo que Tuto supera los 10 y todos han decidido quedarse en Bolivia y dar la cara para enfrentar a este régimen”, asegura.

El que mejor explica el tuétano del documento y la intencionalidad política de la reunión es Tuto Quiroga. El expresidente (2001-2002) señala que lo primero es que Morales acepte el resultado democrático del 21-F, que imite al ecuatoriano Rafael Correa, que decidió nombrar sucesor y ganó las elecciones en su país. Que haga como Lula Da Silva con Dilma Rousseff o como Cristina Kirchner con
Daniel Scioli o Álvaro Uribe con Juan Manuel Santos. 

El segundo punto es un desafío que plantea Tuto a García Linera. Le recuerda que cuando él fue vicepresidente de Hugo Banzer echó a andar el defensor del pueblo con Ana María Romero a la cabeza, que también implementó el Tribunal Constitucional con los mejores juristas y que a la Corte Suprema llegaron algunos de los juristas más destacados del país y lo reta a que le nombre una figura judicial destacada nombrada por el MAS. 

Ahí, en la independencia judicial, es donde Quiroga y el grupo de las cabezas de oposición creen que se jugará la previa de la contienda electoral. Tuto recuerda que el intento de cerrar el Congreso en Venezuela no vino de la mano de las Fuerzas Armadas o de una asonada popular, sino a través de fallos judiciales. Para él -y para el grupo- es vital asegurar una elección judicial transparente, con gente de trayectoria en los órganos de justicia, caso contrario no solo quedarán inhabilitados de participar en política, sino que además tendrá en sus manos la interpretación de la Constitución para decir si Morales puede o no ser otra vez candidato a la Presidencia  

  La declaración

Judicialización de la política
El Gobierno ha roto la independencia de poderes, ha transformado el órgano judicial en un instrumento de persecución política.  Estamos sometidos a procesos y juicios cuyo único objetivo es descabezar a quienes expresamos ideas y posiciones distintas y críticas a quienes gobiernan. 

Órgano electoral
Expresar nuestra preocupación por el reciente nombramiento de miembros de los tribunales departamentales, que un número significativo tienen afinidad con el MAS y sus dirigentes.

Respeto al voto
El 21 de febrero de 2016, el pueblo de Bolivia se expresó con claridad en contra del intento de una postulación del presidente Evo Morales. Exhortamos con vehemencia a los gobernantes a respetar el voto del pueblo. 

Elecciones judiciales
Gobernantes y gobernados coincidimos en el fracaso del Órgano Judicial. Proponemos que la Asamblea nombre una comisión independiente que haga una selección meritocrática de candidatos.