Wilfredo Rojo - Presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia

El Deber logo
3 de septiembre de 2017, 4:00 AM
3 de septiembre de 2017, 4:00 AM

El presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb) habla de las puertas del desarrollo del país y en qué áreas de la economía debe apostar el Gobierno.

El Gobierno informó de que en el primer semestre del año el país tuvo un crecimiento del 3,3%, el más bajo en la presidencia de Evo Morales, pero uno de los mejores en la región. ¿Cómo están los exportadores en el país?
Los exportadores no estamos bien. Recientemente el economista Gonzalo Chávez escribió un artículo en el que decía el fetichismo del Producto Bruto Interno.

El PBI es solo un indicador de la economía, pero no muestra cómo se está redistribuyendo la riqueza ni dice si hay desarrollo económico en el país o no hay, para eso tendríamos que ver el índice de Gini (una medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini) y lo que vemos, y preocupa a los exportadores, es que si bien el 3,3% es un buen índice, imagínese en 11 años de este Gobierno hemos crecido una media del 4,48%, entonces hay un problema y de la forma como se mueve la economía no da para seguir en el mismo ritmo de gastos porque vemos de que, por ejemplo, las empresas estatales que han sido creadas están con déficit de alrededor de $us 1.371 millones en el primer cuatrimestre de este año, entonces hay que pararse, reflexionar y decir estamos viviendo otra época. No es lo mismo vivir con un gas a un precio de $us 12 o 13 el millar de pie cúbico a uno de $us 4, que está actualmente. Lo peor es que no vemos ningún tipo de cambio de política de parte del Gobierno para aguantar este nuevo ciclo económico que enfrentamos.  

¿Qué se debe cambiar?
En principio, como en toda economía de cualquier parte del mundo, hay que empezar a restringir el gasto; hay que medirlo y rentabilizarlo al máximo. No puede haber supernumerarios, hay que eliminar los gastos superfluos, algunos ministerios deberían de fusionarse y no tendría que haber empresas deficitarias. El otro tema es que la inversión debe ser enfocada directamente a aquellos que produzcan más rentabilidad y entre ellos promover un mayor desarrollo económico en el corto plazo, con sus efectos multiplicadores.

El vicepresidente Álvaro García Linera dijo que es momento de ajustarse la clavija, ¿usted le devuelve lo dicho al Gobierno?
En mi criterio, él (García Linera) debería pensar en que primero hay que ajustar las clavijas desde el más alto nivel hasta el más bajo nivel del Gobierno, porque los gobernantes deberían dar el ejemplo. Eso no se logra tratando de elevar (el precio) la electricidad o del gas a las empresas que están produciendo para el país, o elevar los tributos o la presión tributaria a los que están produciendo. Hay que empezar a ajustar las clavijas por casa, y eso significa disminuir gastos; si uno está comiendo 250 gramos de carne habrá que disminuirlo a 200 o a 100 gramos; o si se está comiendo un saladito demás, pues ya no lo hará. Es como hacemos en el hogar cuando empiezan a decaer los ingresos, en lugar de ir una vez al cine por semana voy una vez al mes; y en lugar de comer todos los días sopa con racha, como dicen en la jerga militar, o algún día nomás sopita arralada, eso es lo que debe suceder en el Gobierno, muy fácil, no hay mucho que inventar.

Usted fue cuestionado por el Gobierno por pedir la reducción de los viajes del presidente Morales. 

- Sí, han querido convertir en un hecho político una crítica que hice en el sentido económico. Creo que en lugar de preguntarme a mí, pregúntenle a los economistas cómo hacen aquí en Bolivia, en la China, en Estados Unidos o en cualquier parte del mundo. Es parte de un raciocinio totalmente económico, no tengo nada que ver con el asunto político, a pesar de que uno hace política institucional, pero además hay un tema que es muy importante, en un Gobierno socialista, como este, no hay que apartar nunca la economía de la política, siempre tiene una interrelación y una correlación muy importante. Desde el Gobierno han intentado que los empresarios no nos metamos en política, eso es una irracionalidad, es una falta a la verdad.

Y usted, ¿es más político o más empresario?
Yo soy empresario, estoy ejerciendo una función de empresario, tengo un credo político, como me asiste la Constitución y los que me eligieron (en la Caneb) sabían a quiénes estaban eligiendo. 

¿Usted ha militado en varios partidos?
No. Ese señor (el viceministro Hugo Siles) no tiene la moral para decirlo. Seguramente salió a hablar porque alguien le dijo anda y decí esto. Yo soy adenista toda mi vida, y si el dice que alguna vez participé en el UN, si él tiene la capacidad de investigación, pregúntele a Samuel Doria Medina si yo he sido militante del UN; nunca milité en ese partido, nunca participé de una elección de Podemos, toda mi vida he sido adenista y cuando participé en UN lo hice como adenista, entonces a veces las cosas superfluas llevan a crear falacias e indicar que yo he tenido un pasado superpolítico.

He sido militante político cuando me correspondió, hoy estoy en una institución, además siempre participé en la institucionalidad, no soy un oportunista de la institucionalidad. 

Y usted que se ha manejado en anteriores Gobiernos, ¿cuál genera más riqueza, el liberal, el neoliberal o el socialista?
Soy partidario del liberal; yo no creo que hubiesen existido gobiernos neoliberales en Bolivia, lo han bautizado así para darle un mote de extrema derecha. Si usted estaba manejando una capitalización en el tiempo del MNR no podía haber sido neoliberal; si ustedes miran el (Decreto Supremo) 21060 se verá que no es neoliberal, es liberal que es totalmente distinto en los conceptos económicos, por lo tanto se utiliza mal el neoliberalismo con respecto al libre mercado. Creo en el libre mercado y si yo soy adenista es porque en sus principios adenistas y en su estatuto dice que no hay que tratar de llegar a una economía social de mercado que es con la que tuvo éxito fundamentalmente Alemania y los países bajos de Europa.

El vicepresidente ha dicho que le da clase de economía a los políticos y a los empresarios, ¿qué opina?
Este Gobierno recibió un país sin deuda. Juan Pablo II hizo todas las gestiones con los IPIC I, II y III, y los gobiernos liberales estuvieron trabajando sobre eso. Cuando el presidente Evo Morales asumió el poder solamente habían $us 2.200 millones en deuda externa porque lo demás se lo habían liberado.

En segundo lugar, habían descubierto todos los pozos de petróleo y de gas que existen, inclusive Incahuasi y se los ha estado explotando y de los cuales hemos vivido durante todo este tiempo, incluyendo Margarita y demás, porque se creó esa riqueza. No es lo mismo estar sentado en un sillón de oro y no saber para qué sirve. Después se fueron creando todas las reservas que nos dio la confianza para que Brasil nos pueda comprar gas, porque había una reserva probada y Argentina, Chile y Perú querían comprar gas. Creo que por algunas políticas desacertadas no se les vendió a esos países y ahora estamos dependiendo de que Brasil decida si compra o no después de 20 años. La primera conclusión es que la libertad de empresa, la libertad de la economía da, por supuesto que crea una mayor riqueza que las economías socialistas, más si no están bien administradas.

¿Las exportaciones tienen un componente de incentivo, de apoyo o es un esfuerzo empresarial solamente? 
En primer lugar, en los productos no tradicionales no hay esfuerzo del Gobierno, y eso me he cansado de decirlo durante cinco años. Hace tres años le pregunté a un viceministro de Exportaciones por qué no trabajamos en un plan para mejorar las exportaciones no tradicionales, se nos va a acabar todo el auge que hay en estos momentos, y él me respondió: de que te preocupás si el gas está bien. Un poco más y hago la de condorito, casi me caigo de espaldas.

Hoy por hoy, increíble, han pasado cerca de tres ministros de Producción y Exportaciones, y el único que verdaderamente nos ha dado oído y en este momento estamos trabajando con él es el ministro Eugenio Rojas. Él inclusive ha puesto un equipo de expertos trabajando codo a codo y nos hemos puesto hasta noviembre que será el encuentro nacional de exportadores de donde tiene que salir un decreto para incentivar las exportaciones no tradicionales. 

¿A los bolivianos les conviene exportar por Ilo, mantener el puerto chileno o reactivar Puerto Busch.?
Actualmente hay que mantener los puertos chilenos porque no hay alternativa. En estos momentos es más rentable utilizar Puerto Busch, pero si se quiere hacer en Puerto Ilo, hay que hacerlo, por qué no, pero después que hagan Puerto Busch, que requiere una inversión de casi $us 600 millones; pero Ilo significa casi $us 10.000 millones y es en otro país.

Acá en cambio estamos usando nuestras aguas naturales y no necesariamente tiene que ser Puerto Busch, puede ser en los alrededores, pero debe ser un puerto que tenga la capacidad como para manejar alrededor de unas ocho millones de toneladas que es el potencial en el mediano plazo que puede tener.

En estos momentos se usa parte de la hidrovía Paraguay-Paraná, se está usando el canal Tamengo que se exporta alrededor de 1.200.000 toneladas pero no es suficiente para el potencial que tiene. Necesitamos hacer un mejor puerto con todas las condiciones necesarias para que nos podamos convertir en un estado.  

¿Usted cree que la carretera por el Tipnis va a favorecer al desarrollo del país o al desarrollo del Beni y de las comunidades indígenas?
-Yo soy desarrollista. Si hay que hacer la carretera, hay que hacerla por el lugar que más conviene, pero hay que crear una ley especial para sancionar severamente a los que hagan una tala irracional o que se dediquen al cultivo de coca. Hay que meterlos a la cárcel, y a toda su descendencia, para que nunca más vuelvan a salir y que sean súper castigados. También soy partidario de que  si quieren dejar al Tipnis tal como está, entonces cóbrele una factura al mundo para que nuestros indígenas reciban educación, mejor salud, tengan todo, y con esa factura se la entreguen en un salario mínimo mundial, de tal manera de que cuando quieran salir de allá, pueda poner un bonito smoking como el que tenemos nosotros, puedan salir con sus mochilas al hombro, con su computadora al hombro, y pueda irse a dar unas vacaciones a Cancún, a Tailandia o a Dubái,  donde sea, pero no lo podemos dejar en las condiciones en que están esos señores. De la forma como se lo está queriendo hacer sin ningún tipo de protección, no está bien.

¿Los empresarios cruceños se oponen a la carretera porque afectará sus intereses?
Esa frase es una canallada, de parte de quien lo dijo, de parte de quienes lo piensan. Los empresarios cruceños amamos la libertad de mercado y si usted mira el libro de Bismark Cuéllar, el último que ha hecho, desde 1600 nosotros exportábamos productos, le llevábamos a Tucumán, a Salta, a la parte norte de Argentina, le llevábamos en carretas empanizao, azúcar, alcohol; entonces pensar de que nos queramos oponer a nuestros hermanos benianos es una canallada. Es un mal pensamiento y lo digo así.