El líder del grupo empresarial Roda cree que es momento de invertir y de apuntalar el crecimiento económico del país. Considera que el país debe apostar al biocombustible. Ve conveniente una renovación de autoridades políticas

El Deber logo
5 de noviembre de 2017, 4:00 AM
5 de noviembre de 2017, 4:00 AM

Se acaba de anunciar que el país tuvo un crecimiento económico del 3,94%; es menos de lo esperado. ¿Cómo lo interpreta usted? 
La buena noticia es que seguimos con un interesante nivel de crecimiento porque arriba del 3% en los países latinoamericanos es un buen nivel. Lo malo es que hemos bajado del 4% y del 5%  que estábamos; sin embargo dentro de las generalidades de los países de América Latina nuestro crecimiento de alguna manera es sostenible.

Lo importante es que no sigamos bajando y que podamos, de alguna manera crecer, que nos volvamos a recuperar. No obstante, es necesario que las inversiones (públicas) se hagan correctamente, porque preocupa que el Estado ha hecho grandes inversiones en empresas deficitarias, también preocupa la corrupción y el tremendo volumen de dinero que se gasta en la importación de combustibles cuando ese dinero podemos generarlo en el país. También preocupa, un poco, la estabilidad política. Creo que hay cosas buenas y cosas malas.

En el caso del doble aguinaldo, que ha sido tema de mucha conversación, también hay el lado bueno y el lado malo. El bueno, es que las empresas están con un nivel de iliquidez que preocupa, por lo tanto, esto va a ayudar al pequeño, al mediano y, también, al gran productor. Lo lamentable es que ese segundo aguinaldo también genera circulante, por ese lado está mal, pero las empresas venimos sufriendo y debemos reconocer que estamos un poco debilitadas.  

En este momento, ¿se debe invertir o mantener la cautela?
Creo que siempre hay que invertir; es muy difícil dejar de invertir. Se puede tener una cierta cautela, una cierta disminución, pero las oportunidades siempre están, hay que aprovecharlas, lógicamente que depende un poco de las arcas de cada empresa para avanzar más rápido o más lento. Confío en que vamos a recuperarnos en el corto plazo.

Hay dos factores que han incidido mucho en la disminución del crecimiento: el tema agrícola y el tema hidrocarburos. En el tema agrícola es más una reacción inmediata porque los cultivos son anuales, son semestrales, una buena cosecha de soya o de caña nos puede permitir reaccionar más rápido. Lo que no está en nuestras manos son los precios internacionales y en el tema hidrocarburo es un poco más complicado porque las reacciones son más lentas.

No sabemos cuánto demandará Brasil de gas natural y el precio internacional de los hidrocarburos tampoco está en nuestras manos, por lo tanto, ahí tenemos poca posibilidad de hacer algún cambio, pero confío mucho, especialmente en Santa Cruz, que no va a dejar ese plan de crecimiento.

¿Qué falta al empresario o al industrial boliviano para apuntalar el crecimiento económico del país?
Hay algo que nos engloba a todos, especialmente a los que estamos en el sector exportador, el tipo de cambio es un freno en el desarrollo del país.

Todo lo que produce hoy el boliviano es muy caro y hemos perdido competitividad a nivel internacional. Hemos visto en los países vecinos una devaluación sistemática de la moneda, lo que permite que el producto sea más barato. Estamos en contraposición, nuestra producción es cara y el mercado nacional se llena de productos muy baratos de los países vecinos. Lamentablemente hemos perdido competitividad.

¿Hay que dejar de importar? 
Creo que el Gobierno tiene que tomar algunas medidas con relación al tipo de cambio, quien sabe alguna flexibilización en una forma gradual para volver a crecer con un tipo de cambio más interesante. Una de las formas de ahorrar es con la importación de combustible, para eso existe un proyecto de incorporar el 20% de etanol al combustible. 

¿En qué anda ese proyecto?
En el sector agropecuario o agroindustrial cañero vemos que este proyecto de la mezcla de los alcoholes o el etanol a la gasolina, es un proyecto en el que ganamos todos, no hay un punto negativo.

Todos los parámetros que hemos estudiado son positivos, y basta analizar que ocurre con los países vecinos, no hablemos de Brasil, porque es campeón de la mezcla y lo viene haciendo desde 1975; pero si analizamos a Paraguay o Perú, que cuentan con economías muy similares a las nuestras, vemos que Paraguay desde 1999 viene mezclando los alcoholes a la gasolina y hoy día, si no estoy mal, está cerca del 25% de cada litro de gasolina es alcohol o etanol; la diferencia del alcohol y etanol es simplemente el 4% de pureza; el alcohol es 96 grados cuatro de agua, y el etanol es 100% alcohol.

Perú está con 7,3% de mezcla; Colombia, el 8,5%, Argentina con el 12,5% y Bolivia, 0%. Estados Unidos tiene una mezcla obligatoria del 10% del etanol en las gasolineras y nadie se da cuenta. La pregunta es,  por qué otros países lo han hecho y Bolivia no, siendo que es un gran productor de caña de azúcar, tenemos una tremenda potencialidad, tenemos una industria instalada y  un conocimiento en el campo agrícola como en el campo industrial.

Si ganan todos los sectores, como usted dice, ¿por qué no se avanza?
En los grandes países siempre se opina que los principales opositores a estos programas de mezclas son las petroleras, porque van perdiendo, pero en el caso de Bolivia esa petrolera es nuestra (YPFB). Hemos venido insistiendo con las actuales autoridades, y estoy hablando desde el presidente del Estado, del vicepresidente y los diferentes ministros, en mostrarles las bondades de este proyecto y pareciera ser, no quiero asegurar, que se han dado cuenta de que hoy con una balanza deficitaria y pagando un precio caro en importar un litro de gasolina, parece ser que es el momento en que Bolivia puede entrar a la era del etanol.

¿Cuánto se ahorraría el Estado?
Suponiendo que no ahorre un peso, la gran diferencia está en sacar un dólar de exportación e invertirlo en el país. Somos conscientes de que importar un litro de gasolina cuesta mucho más caro que producir un litro de etanol en el país y los beneficios son por todos lados: primero, hay generación de empleos; segundo, se podrá duplicar la superficie de cultivos de caña; tercero, un efecto multiplicador en la economía, y cuarto, es un aditivo de recursos renovables que elevará la calidad de nuestras malas gasolinas porque aumenta el octanaje. Además, permitirá que con el subproducto, que es el bagazo, se genere energía eléctrica adicional, se ahorrarán divisas para el país, ayudará en la balanza comercial y el efecto del mediombiente es bárbaro, usaríamos una capacidad instalada que existe en Bolivia, en los ingenios azucareros, en fin, no hay punto negativo, y cuesta entender que nuestras autoridades no se hayan dado cuenta. 

¿Qué falta para convencer a los gobernantes?
Hemos tenido conversaciones con la parte del Ministerio (de Hidrocarburos), hemos tenido charlas con el vicepresidente del Estado, particularmente teníamos un compromiso con el vicepresidente que una vez se abastezca de azúcar a plenitud del mercado nacional entraríamos a hablar del alcohol carburante. Y este año Bolivia vuelve a tener excedentes azucareros y vuelve a ser exportador y al año que viene con más razón.  Para exportar una azúcar barata conviene más producir etanol para el mercado nacional, esa es la relación. Un ejemplo clásico es Colombia, que siempre fue un país exportador de azúcar, hoy qué hace, ya no exporta esa azúcar la convierte en etanol para su mercado interno, y el desarrollo es mayor.

¿Cuánto tiempo demandaría introducir el etanol en el mercado?
Llegar a una mezcla del 10% de toda la gasolina en el país  es algo que lo podemos hacer en un año. Hay una inversión en el sector industrial y para el sector agrícola qué mejor noticia de tener la posibilidad de crecimiento, de ampliar los cultivos en un producto que ya conocemos y en el que tenemos experiencia. Ojalá que las autoridades nacionales sean conscientes del gran beneficio, creo que es el momento oportuno, por lo tanto, las condiciones están dadas para que en los próximos 90 días podamos definir y que el 2018 podamos comenzar a introducir algo de etanol que es un recurso renovable.

Un dato más que es fundamental, la era de los combustibles fósiles se ha acabado en el mundo entero, ya en los países desarrollados comienzan a introducirse al mercado de los vehículos eléctricos. Las grandes empresas hoy día son eléctricas, entonces toda energía renovable, sea eólica, solar, de biomasa se van a orientar a la producción de energía eléctrica, por lo tanto el mundo se va a volver eléctrico y vamos a dejar de consumir combustibles fósiles, el alcohol está dentro de ese proyecto y es una energía que la podemos sembrar, cosechar y producir en vez de extraerla del subsuelo. 

¿Se puede hacer un plan piloto en Santa Cruz?
El plan piloto ya lo hicieron todos los países del mundo, no hay que descubrir la pólvora, esta es una decisión política y está en manos del presidente del Estado decidir si entramos o no a esa era; el saldo es una cuestión de negociar un punto de equilibrio entre el agricultor, el sector industrial y el Estado. Lo más importante, el control de calidad, distribución, mezcla, facturación y comercialización, seguirá con Yacimientos porque este es un producto que lo va a manejar YPFB.

¿Cómo ve la desaceleración económica en momentos en que el oficialismo insiste en la re-reelección? 
La falta de renovación de las autoridades es un tema que se ha visto en el mundo entero, incluso en países con mayor tradición democrática. La renovación en toda índole es demasiado importante, y ahí vemos, por ejemplo  lo que ha ocurrido en el Banco Unión  y en las grandes empresas, el Gobierno con tantos años en el poder está perdiendo el control de su gente, hace falta escobita nueva, la escobita nueva barre bien, esa renovación permanente en las esferas estatales y del Gobierno es indispensable para cualquier  perfeccionamiento de la democracia.    
¿Cuál debe ser el perfil de las nuevas autoridades regionales? 
Lo mismo que pedimos a las autoridades nacionales, tiene que ocurrir con las departamentales, tal como lo vemos en las grandes democracias de Europa y en todos lados. Rubén Costas manifestó que cumplió con su ciclo en la Gobernación, que busque otros horizontes; el alcalde Percy Fernández lo mismo, tiene muy buen nivel de aceptación, y lo lindo es escribir la historia con un buen nivel de popularidad.

Creo que es momento de dar pasos a las nuevas generaciones, a nuevas ideas, es importante hacer cosas diferentes para obtener resultados diferentes y nuestras principales autoridades tienen que dar el ejemplo, desde el presidente del Estado hasta la última autoridad. 

¿Usted cree que es momento que Santa Cruz tenga más protagonismo en la  política nacional? 
El peso específico que tiene Santa Cruz en la economía del país es demasiado grande, creo que el peso político va a caer de maduro hacia el oriente. Debemos reconocer que ha existido poco interés del cruceño para participar en los grandes temas nacionales, pero aparecerán nuevos líderes. Considero que cada vez nuestra presencia a nivel del manejo de la economía del país será fundamental.    

¿Usted ha sido tentado alguna oportunidad por la política? 
No, siempre he estado en el área empresarial, que es nuestra especialidad. Hay gente que está dispuesta, que tiene conocimientos, habilidades y dones para la política. Mi campo siempre fue el empresarial, del desarrollo, de la creación de fuentes de trabajo, de la generación de riquezas. Estoy muy bien donde estoy y sé cómo manejarme. No he tenido ninguna propuesta de lanzarme en el área política.  

En países vecinos varios empresarios han asumido la Presidencia. ¿Esa tendencia se puede repetir en Bolivia?
Puede ocurrir, y creo que tenemos líderes  cruceños del área empresarial con ciertos dones y aptitudes para el área política; ojalá  que así sea. No es mi caso, pero sí considero de que todo ciudadano tiene completa libertad de postularse.  Imagino que la democracia nos permite jugar el rol que querramos. 

Si usted pudiera tomar decisiones en el país, ¿qué sectores mejoraría? 
La era del conocimiento, la educación. Recuerdo en el año 85 u 84, cuando  el sector privado inició el proyecto de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (Upsa),  si no estoy mal fue la segunda o tercera, después de la Uagrm, pero hoy Santa Cruz cuenta con  17 universidades. Es un cambio positivo, pero nos falta mejorar en la calidad de ese plantel y, lógicamente, que no lo vamos hacer de la noche a la mañana, van a pasar algunos años,  pero vemos cada vez diferentes autoridades apostando a la excelencia universitaria  y esa es la era del conocimiento que Bolivia necesita. Los grandes países que han sobresalido no han sido por sus recursos naturales, sino básicamente por el conocimiento, lo vemos en Europa y en América Latina. Un caso opuesto es Venezuela, un país con grandes riquezas naturales y mire la posición que está.

Hemos visto que el gobernador Costas está yendo a España,  justamente, por un tema de educación, para firmar convenios de posgrados, a tratar de ayudar al ciudadano boliviano en formación, y eso es fundamental.

¿Cómo mejorará el nivel de las universidades? 
El nivel nacional de las universidades se mide por la cantidad de profesores con posgrados, por las horas de investigación, de relación con otras casas de estudios, por la cantidad de patentes que salen de las universidades y, lógicamente, Bolivia es uno de los países con menor vía de desarrollo a nivel  latinoamericano, debemos reconocer que no somos de los primeros, somos de los últimos, pero estamos creciendo.

Lamentablemente los otros países crecen a un ritmo mayor que el nuestro, por lo tanto  siempre nos vamos rezagando,  pero ya vemos muchas universidades que están invirtiendo, están sacando títulos de doble titulación tanto aquí como en el inglés, por lo tanto, hay avances, no en el ritmo que quisiéramos, pero hay un avance importante.

¿Cómo ve el futuro de Santa Cruz? 
Hace tres meses  fue publicado un artículo en la revista The Economic, un medio de mucho renombre en América, que mostraba a Santa Cruz de la Sierra liderando el ranking de las tres ciudades que tendrán mayor crecimiento en  América Latina entre 2016 y 2030. Era seguida, por increíble que parezca, por Cochabamba y La Paz.

Lo importante que no solo hablaba del crecimiento poblacional, sino de los ingresos per cápita por habitantes, es decir que nuestra clase pobre va ascender a clase media y de la media se migrará a la media alta. Santa Cruz se ha caracterizado por mantener un nivel de crecimiento permanente  en los últimos 15 años y no va a parar porque tiene una gran ventaja: es una área geográfica con múltiples actividades.

Santa Cruz es agrícola, es ganadera, es forestal, es gasífera, es petrolera, minera, industrial y captamos mucho turismo, no siempre estarán bien todas en el mismo momento, pero unas ayudan a otras, entonces el crecimiento por los próximos 20 o 30 años está asegurado. ¿Qué nos hace falta? Tratar de que la planificación urbana se ajuste al crecimiento porque hay un crecimiento muchas veces desordenado. Ahora, internacionalmente no tenemos la mejor imagen, eso hay que reconocerlo, pero creo que en los últimos años dentro de una estabilidad económica, Bolivia ha sobresalido.