Evo Morales sentía el abrazo de los movimientos sociales y no tenía quejas. Pasó el tiempo y de a poco empezaron a surgir disidencias sindicales que hoy se convirtieron en una especie de oposición 

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21 de enero de 2018, 4:00 AM
21 de enero de 2018, 4:00 AM

Evo Morales llegó al poder el 22 de enero de 2006. Ese día estaba arropado de un respaldo total de los movimientos sociales. Trabajó con ellos durante su primera gestión y de a poco los sectores se fueron desmarcando del Movimiento Al Socialismo (MAS), una organización política que reúne varias corrientes, entre ellas la de las organizaciones. El desgaste de gestión obligó a que el mandatario boliviano se quede solo con sus dirigentes y mientras los conflictos crecen tambalea el apoyo sindical del país a su Gobierno. 

Evo viene de la lucha sindical. Sabe muy bien cómo encantar a las bases. Lo hizo sin problemas durante su primera gestión, pero ahora suma y suma a movimientos descontentos que, entre otros aspectos, quieren que Morales renuncie a la repostulación. 

Hay aún la base dura sindical que respalda a Evo sin mirar a sus costados. Está la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), que surgió a principios de 2007 para enfrentar las protestas de la oposición en contra del Gobierno de Evo Morales, es una especie de organización macro que aglutina a sectores afines al MAS.

Su base está en las dirigencias campesinas, indígenas, mujeres campesinas, interculturales, fabriles, gremiales, micro y pequeña empresa, transportistas, petroleros, mineros asalariados y cooperativistas, entre otros.

A este grupo oficialista le hace frente la Central Obrera Boliviana (COB), que en varios momentos se abrazó de Evo, pero ahora su dirigencia marcó una abismal distancia, aunque en el ente matriz hay afiliados que son parte de la estructura oficialista. 

La polarización ahora también se da en el ámbito sindical, algo que Evo Morales lo tenía controlado. Por un lado, sus afines, apoyan todo lo que el mandatario y sus allegados ejecuten, pero existe una oposición sectorial que hace frente a la política oficialista. A esto se suma la clase media y grupos de profesionales, que prefiere no contaminar su protesta mezclándose con la oposición. 
Diez sectores hacen un repaso sobre los 12 años de gestión de Evo Morales. Una mitad lo apoya, la otra lo desacredita, pero ambos ven tareas pendientes que se deben desarrollar.      

La visión profesional

El presidente del Colegio de Profesionales de Santa Cruz, Marcelo Arrázola, ve a la crisis judicial como la temática que el Gobierno no logró resolver. Además, observa que la aplicación de la nueva Carta Magna tiene un retraso por diversos factores. 

“Tenemos una nueva Constitución Política del Estado, que data de hace nueve años, y el espíritu de la Constitución hasta ahora no pudo ser implementado a través de las normas jurídicas, ni tampoco se han dado las condiciones necesarias para que el Órgano Judicial cumpla con la sociedad”, detalla Arrázola. 

El profesional también cuestiona que no se ejecutaron políticas para un empleo formal que cumpla con las normas de seguridad social, “para garantizar la estabilidad laboral y una vejez digna”.

Una mirada diferente la tiene Humberto Valdivieso, dirigente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa de Bolivia (Conamype). El sindicalista refuta al profesional cruceño y ve avances en la temática de empleo y apoyo a la mediana y pequeña empresa.

“Hay avances en diferentes rubros y solo el hermano Evo Morales puede garantizar esos resultados. En nuestro sector tenemos observaciones, pero también vemos logros gracias a las reuniones que tuvimos con el presidente”, dice Valdivieso.

El dirigente, dentro de los cuestionamientos, observa el ingreso de ropa usada al país, lo que perjudica a la pequeña y mediana empresa. Informa que este asunto no se pudo solucionar y que ahora se trabaja en mesas para lograr acuerdos. Otra observación —dice— es el valor costoso de la materia prima del país, lo que obliga a que ingresen productos, sobre todo textiles, chinos, brasileños y argentinos. 

David Montaño, dirigente de la Confederación de Maestros Urbanos de Bolivia, señala que en su sector existe mucho descontento con el Gobierno. A pesar de que logra destacar una “intención revolucionaria” en la educación con la aplicación de la Constitución, de la Ley Avelino Siñani-Elizardo Pérez y del modelo educativo con la educación gratuita, técnica, científica, comunitaria, dice que “son cosas que en teoría son buenas, pero queda mucha distancia en la realización”.

“Con la implementación de la ley (Avelino Siñani-Elizardo Pérez) solo hubo recarga laboral, no existe calidad educativa, solo papeleos, informes, exigencias y responsabilidades que no se traducen en calidad educativa”, cuestiona Montaño. 

El ámbito de educación
El dirigente destaca algunos aspectos positivos, como la dotación de equipos de computación a profesores y estudiantes, las olimpiadas científicas y los Juegos Plurinacionales. “Son cosas positivas, pero son como hechos aislados que no reflejan la universalidad de la educación que el pueblo la haya percibido”, dice.    

Freddy Mamani Laura es el ejecutivo de la Confederación Nacional de Maestros de Educación Rural de Bolivia. Él no comparte la posición de sus colegas urbanos y destaca que su sector trabaja con el Gobierno con un pliego petitorio muy diferente. 

“Las demandas son diferentes y por eso vemos avances en la educación rural. Claro, hay observaciones, como la tardía aplicación de la ley (Avelino Siñani-Elizardo Pérez), pero también tenemos logros, como la inclusión de estudiantes del área rural en competencias nacionales”, afirma Mamani Laura. 

En el sector salud la balanza se inclina hacia lo negativo. Robert Hurtado, dirigente de la Federación de Trabajadores de Salud del departamento de Santa Cruz, califica de regular la gestión del presidente Morales porque —dice—  no se han atendido muchos temas, principalmente el tema de ítems y de equipamiento. 

“Estamos a la espera de que el estatuto del funcionario público quede sin efecto, esa fue una promesa nacional que se hizo. También está pendiente el ingreso a la Ley General del Trabajo, que es nuestro mayor anhelo que tenemos. También siempre (Evo) habla de hospitales de cuarto nivel, pero hasta ahora no los vemos, pero no pueden atender con ítems los del primer, segundo ni el tercer nivel”, remarca Hurtado.
Jerson Auza es representante de la Confederación de Médicos de Bolivia, organización recién creada y afín al Gobierno. El galeno destaca los avances en materia de salud, sobre todo por la “incorporación de ítems y la construcción de hospitales”. 

En la Unión Juvenil Cruceñista no ven avances y se enfocan en la preferencia que tiene el Gobierno con el sector cocalero de Chapare. “Uno de los temas pendientes es el tema laboral para los jóvenes; en el tema productivo tampoco se ha visto nada, porque se pensó que con este Gobierno los sectores campesinos, agricultores y productores tendrían más incentivos y promoción en inyección de fondos, pero no es así”, considera Samuel Ruíz.   

Más empleos

Valdivieso destaca en este sector  la creación de empleos. Recuerda que se firmó un convenio para la generación de 20.000 nuevos puestos para jóvenes con un financiamiento de 26 millones de dólares. Además, el dirigente remarca que 19 empresas privadas se sumaron a esta iniciativa. 

La COB observa diferentes ámbitos en la política laboral y económica. El ejecutivo del ente matriz, Guido Mitma, enumera las observaciones. Dice que se rechazó la intervención al seguro social a corto plazo, vigencia de la acción popular y alza de las tarifas de energía eléctrica y de gas para el sector industrial. Además, cuestiona que no se atendió las demandas del pliego presentado. 

Una posición contraria la tiene el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Alfredo Rada, quien ve a parte de la COB con “afanes políticos” y cuestiona el rol que asumió Mitma. 

Así, Evo Morales suma paciencia para controlar los conflictos que se dan por sectores sociales que ahora lo cuestionan. Mientras, en Palacio Quemado tiene reuniones seguidas con sus aliados, a quienes los contenta con favores para sus sectores.  

La unión que lo ayudó 

Morales trabajó con diversos sectores sociales desde que era dirigente sindical y diputado. Como presidente logró unir las concepciones sindicales, pero ahora varios grupos se desmarcaron de su proyecto. 

Aglutinar a la dirigencia campesina e indígena con colonizadores y otros sectores fue un logro de Evo Morales. Lo hizo incluso antes de ser presidente, ya que al ser dirigente cocalero se unió con varias esferas excluidas. Logró relación con el oriente, con los Yungas de La Paz e incluso con dirigentes chaqueños. 

Llegó a Palacio Quemado el 22 de enero de 2006. Antes se había reunido no con sus colaboradores técnicos, sino con sus amigos sindicales.
Entre ellas estaba Leonilda Zurita, quien ahora es asambleísta departamental del MAS en Cochabamba. “Evo siempre tuvo mucho contacto con los sectores sociales, son su verdadero entorno. Se reúne cuando él puede, pero prioriza a los movimientos sociales”, relata. 

En 2006 Bolivia comenzó a transitar un nuevo camino que colocó a las mayorías históricamente excluidas, es decir sectores populares, indígenas y campesinos, en el epicentro de la escena política. Así, al menos discursivamente, Morales manifestaba que su Gobierno era “el Gobierno de los movimientos sociales”. 

Hoy, esa representación se queda simplemente en la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam) y hay muchos otros sectores que decidieron dar un paso al costado y ser críticos a la gestión de Evo Morales. 
Sin embargo, el mandatario logró unir esa difícil relación entre varios sectores, que aunque ahora sea representada por un grupo grande afín, se visibiliza una diversidad sindical. 

Otro aspecto que aplica el MAS es el paralelismo cuando hay conflictos. Pasó con los indígenas de tierras bajas cuando realizaron la marcha en defensa del Tipnis. 

Para saber

El trabajo del excanciller
El excanciller David Choquehuanca Céspedes, aunque no ocupó cargos dirigenciales, trabajó activamente junto a la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb). Además, formó parte de ONG que asesoraban a los pueblos indígenas y campesinos. 

El histórico
Un histórico en el Ejecutivo es Felipe Cáceres. Es el único viceministro de Defensa Social que tuvo Evo Morales en los 12 años de gestión. Cáceres fue dirigente cocalero de Chapare y ahora se dedica a las tareas de erradicación de coca y temas de narcotráfico. 

Yungueño y su viceministerio
Los cocaleros de Yungas de La Paz siempre tuvieron el Viceministerio de la Coca y Desarrollo Integral. Pasaron por ese despacho varios dirigentes yungueños como Félix Barra, Ernesto Cordero, Gerardo Pucho, Wilfredo Llojlla y el reciente Froilán Luna. Hoy existe división entre los cocaleros de Yungas de La Paz y los de Chapare por la promulgación de la Ley de la Coca. Aún así, los yungueños siguen en el viceministerio.