El exministro de la Presidencia atribuye el Caso Zapata a la embajada de Estados Unidos

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4 de junio de 2017, 4:00 AM
4 de junio de 2017, 4:00 AM

La mayoría de los libros que están en las cuatro paredes de su oficina tienen que ver con Estados Unidos. Se apasiona al hablar del rol de Washington en América Latina y de los medios de comunicación, que son los ejes de este diálogo con el exministro Juan Ramón Quintana, que el viernes viajó a Cuba donde asumirá como embajador de Bolivia. Anunció su retorno a la política “con más entusiasmo que nunca”.  

Tantos años en la estructura del MAS y del Gobierno y ahora va a Cuba como diplomático. ¿Cómo surge esto?
Es una decisión política del presidente Evo Morales para trabajar en el ámbito de la política exterior y, en particular, en Cuba, pero también es una decisión que tiene que ver con el trabajo que se plantea de fortalecer las excelentes relaciones que se lograron construir en los últimos años, tanto con el comandante Fidel Castro con el presidente Morales, y ahora con el presidente Raúl Castro.

¿Cuál es la agenda que tendrá en Cuba como embajador?
La agenda es muy amplia; está fuertemente enfocada en la solidaridad cubana con Bolivia en el campo social. Las estadísticas expresan de una manera extraordinaria la contribución del pueblo cubano en favor del pueblo boliviano.

Tenemos más de 60 millones de atenciones médicas que realizaron las brigadas cubanas, tenemos más de 700.000 operaciones gratuitas en el ámbito oftalmológico, hemos logrado superar uno de los mayores desafíos educativos, vencimos el lastre del analfabetismo, hemos logrado instalar una atención muy sólida a las personas con discapacidad y ahora estamos trabajando en la asistencia tecnológica en la producción de alimentos. Además, se capacita a más de 5.000 médicos bolivianos.

Y desde el lado boliviano, tenemos al mandato de abrir oportunidades comerciales, tenemos productos alimenticios que pueden ser colocados en la oferta turística, desde cereales andinos hasta productos cárnicos, además de vinos y singanis. Y revisaremos la franja de productos que sustituyan las importaciones o de Norteamérica o de Europa y que puedan estar siendo producidos en Cuba.

¿En el ámbito político?
Hay una agenda muy nutrida. Primero fortalecer el trabajo de la ALBA-TCP, tenemos que proteger, contener este ataque violento del imperio estadounidense contra Venezuela como un miembro estratégico de la ALBA, tenemos que aplicar la diplomacia de contención, una diplomacia de afirmación de soberanía de nuestros pueblos, una diplomacia que tenga que ver con el desvelamiento de los planes conspirativos y trabajar en el campo comunicacional para dar a conocer lo que verdaderamente está ocurriendo en Venezuela.

¿Cómo cree que Estados Unidos aplica estrategias en Latinoamérica?
Las estrategias de intervención, particularmente de Estados Unidos frente a los países de América Latina, hoy día no son uniformes, no tendrían por qué serlos. En algunos pueden ser similares, pero en otros tienen una panoplia, tienen un conjunto de instrumentos de desestabilización, de injerencia; hoy se aplica a Venezuela una estrategia de estrangulamiento económico y, por otro lado, de provocación hacia una guerra civil, de conflicto y de violencia con el acompañamiento con los medios hegemónicos internacionales, como CNN, El Miami Herald y medios hegemónicos colombianos. Y por otro lado tienes esta opereta de un secretario general de la OEA (Luis Almagro) monitoreado por Washington. 

¿Por qué se hace difícil para EEUU ingresar ahora a Bolivia?
El presidente Morales ha dado la vuelta la página de la intervención arrogante, agresiva del Gobierno estadounidense. Estamos viviendo otra historia, lo cual no quiere que estemos libres de otras expresiones intervencionistas, pero el presidente Evo puso límite a la impunidad con la que el Gobierno norteamericano, sus agencias de cooperación y seguridad hacían en el país.

El hecho de expulsar al embajador (2008) fue una decisión absolutamente importante para el ejercicio de la soberanía del pueblo boliviano, el hecho de expulsar a Usaid, o de expulsar a la DEA, a la CIA, al Cuerpo de Paz, son decisiones que se corresponden con la voluntad del pueblo boliviano, no con el capricho del presidente Evo, el presidente está interpretando la voluntad del pueblo boliviano. Eso pasa para frenar cualquier tipo de injerencia, llámese Estados Unidos, Alemania o cualquier otro país.

¿Estamos libres de la injerencia de Estados Unidos en esta coyuntura?
Que se ha reducido la intervención extranjera, está absolutamente claro, ya no tienes un (embajador Phillip) Goldberg que tenga que decidir el destino de nuestro país; ya no tenemos un gerente de Usaid decidiendo el programa social que tiene que aplicarse en la provincia Cordillera, no tenemos el agente de la DEA que tiene que decidir dónde tiene que ir la Policía a hacer interdicción, se redujo dramáticamente la injerencia, lo cual no quiere decir que se haya eliminado la estrategia de desestabilización...

¿Qué riesgos había?
Los mismos riesgos que hoy está corriendo Venezuela, los mismos riesgos que corren aquellos países que tienen la posibilidad de tomar el destino por sus propias manos, el riesgo permanente de la desestabilización, pero mira, aquellos gobiernos que históricamente no comulgaron con las políticas del imperio norteamericano, sus presidentes, o han sido asesinados,  se ha inducido al suicidio o al asesinato o sufrieron estrategias de desestabilización.

Te doy tres ejemplos del siglo XX: el del presidente Germán Busch, que terminó asediado por la influencia de la Standard Oil al ser nacionalizada; el presidente Gualberto Villarroel terminó colgado en plaza Murillo, él tomó decisiones contra el imperio por el precio justo de los minerales, lo que provocó que los norteamericanos ejecuten una estrategia de desestabilización; y la tercera experiencia terminó con el asesinato del presidente (Juan José) Torres en los suburbios de Argentina por agentes del Plan Cóndor, que tuvo como fin eliminar este tipo de proyectos nacionalistas. Y esto nos trae la lección de que los gobiernos nacionalistas se convierten en enemigos del imperialismo.

Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Venezuela, ¿son los gobiernos más asediados por Estados Unidos?
No te imaginas los intentos de golpe que sufrió el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y a pesar de esos golpes ganó las elecciones una y otra vez. Fíjate los cables de la embajada de Estados Unidos en Nicaragua, extrañamente el señor que está acá de encargado de negocios (Peter Brennan) fue el conspirador número dos de la embajada norteamericana contra el presidente Ortega.

Y sabes cuál fue la estrategia desde la embajada de EEUU para desprestigiar al presidente Ortega, la estrategia fue la misma que se utilizó el 21 de febrero del año pasado. Qué casualidad que esa estrategia de difamación contra el presidente Ortega con este encargado de negocios, en esa época funcionario con rango altísimo en Nicaragua, con este mismo funcionario, en Bolivia, se aplica la misma estrategia de difamación contra el presidente Evo con el caso Zapata. ¿Te suena una casualidad? 

¿Está demostrado?
Te lo demuestro con cables, Peter Brennan pedía plata al departamento de Estado, pregúntale por qué pedía plata al Departamento de Estado para alimentar a partidos políticos de derecha, con quién se reunió allá, con qué compañías se reunió para minar estrategias de campaña contra el presidente Ortega.

¿Hizo lo mismo acá?
Pero claro, acá hizo una réplica de lo que realizó con Ortega, porque ahora podemos leer los informes de Brennan del 2006 ejecutando la misma estrategia que luego la replicó con el crápula de (Carlos) Valverde para el 21 de febrero. 

¿Cómo actuó Brennan en Nicaragua y en Bolivia?
La embajada articuló partidos políticos, Iglesia, pueblos indígenas y medios de comunicación. Te doy los cables diplomáticos firmados por Brennan. Te invito a que leas el informe de Brennan respecto a la estrategia que él solicitó al Departamento de Estado para que se aplique contra el Gobierno de Ortega.

Qué son los embajadores en países de América Latina, no son una extensión de la diplomacia benigna y civilizada que requieren los pueblos, los embajadores son jefes de las campañas políticas de las maquinarias de guerra contra gobiernos progresistas. Las embajadas de EEUU son una maquinaria de guerra porque disponen de aparato militar, disponen de Usaid como un aparato de financiamiento político, disponen de la DEA como un aparato de injerencia política, disponen de periodistas. 

¿Por qué marcó diferencia con algunos medios de comunicación?
Los medios de comunicación tienen que hacer una labor pedagógica en aras de la democracia, de la soberanía y de la independencia del país. Qué clases de medios hemos tenido, o tenemos o vamos a tener cuando el responsable de prensa de la embajada te pega una llamada y te dice que tienes que hacer una editorial contra Quintana, o que tengas que desarrollar una línea editorial  contra el prestigio del Gobierno o del presidente o contra un ministro. Eso es intolerable...

¿Lo puede demostrar?
Por eso a Quintana le dedicaron 400 cables en los últimos años...
Lo veo molesto contra nuestra labor...

Es que eso no me genera molestia, el problema de la mentira no tiene nada que ver con el estado del humor, el problema de la mentira tiene que ver con la ética profesional, con un principio democrático, con un principio constitucional que es la libertad de expresión, la libertad de información, y si algunos medios de prensa distorsionan, se inventan mentiras para lastimar la reputación de un presidente, de un ciudadano, eso es intolerable en la democracia, no es un problema del estado del humor, del enojo, es un problema político que un grupo de medios hayan decidido seguir una línea que les dio la embajada norteamericana para atacar al prestigio del presidente Evo Morales...

Pero Evo Morales aceptó que tuvo un hijo con Gabriela Zapata...
Esta historia del cártel de la mentira, este episodio será uno de los capítulos más funestos del periodismo nacional. No hay posibilidad de que el periodismo se haya involucrado en este complot contra el Gobierno, contra el presidente, contra algunos ministros, no hay posibilidad de que salga impune...

Pero, ¿cómo lo puede demostrar?

Está demostrado hasta el cansancio que está fue una maniobra artera construida desde la embajada de Estados Unidos, operada por un sicario político como Carlos Valverde y replicada y multiplicada por algunos medios. Ningún medio hizo una investigación rigurosa sobre este caso, esto no es problema de que yo esté molesto, no, este es un problema que tiene que ver con la historia y la maniobra política a la que se someten algunos medios de comunicación...

O sea, ¿los periodistas estamos sometidos?

No estoy acusando a los periodistas, porque acá hay una definición política de los medios, de sus dueños, de sus jefes de redacción. Acá hubo una orquesta política, mediática, que desafortunadamente obedeció la dirección política de la embajada de Estados Unidos. 
Si sabían que Peter Brennan hizo un trabajo similar en Nicaragua, ¿por qué no contraatacaron?

Es que se hizo un trabajo post operación encubierta de Brennan. Si hubiéramos sabido que Brennan es experto en el campo de la desinformación, del ataque artero, del uso de redes sociales, por supuesto que íbamos a reaccionar contra este señor. A partir del 21 de febrero hemos actuado. 
Entonces, continúa la injerencia...

Por supuesto, todos los días, y sabemos lo que están haciendo y ya en su oportunidad informaremos lo que hacen. Sabemos a quienes pagan, lo sabemos.

¿Se va a Cuba y la investigación contra Estados Unidos se cae?
No personalice esto, este conocimiento no es exclusivo de Juan Ramón Quintana...
Pero es el que más sale al frente...
Esa fue mi obligación, no puedo ser cómplice de esta agresión. 

¿Volverá a la política?
Con más entusiasmo que nunca.