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9 de abril de 2017, 4:00 AM
9 de abril de 2017, 4:00 AM

 Si una convención nacional del MNR no terminaba con escándalo, pelea campal y sillas volando por los aires, no era una convención nacional del MNR. Las peleas internas son parte del ADN del partido rosado. Y hoy, sumidos en una crisis, no es la excepción. Luis Eduardo Siles y Erick Morón se disputan el liderazgo nacional de un partido que no se presenta con sigla propia a las elecciones generales desde hace 12 años. 


Siles, que es parte de una generación sándwich del MNR, que había comenzado a probar el poder en tiempos de Goni, pero aún debía esperar para dirigir el partido, confiesa que no haberse presentado a las elecciones de rosado fueron errores garrafales. Le pega a Morón al decir que algunos dirigentes jóvenes aprovecharon su condición de líderes para negociar sus espacios personales en otros partidos. 


Morón, que negoció una diputación como parte de UD, asegura que solo siguió una estrategia de unidad, que comenzó con el Frente Amplio y que mantuvo como alianza con Samuel Doria Medina. Eso sí, cree que su partido estuvo 10 años paralizado, entre 2003 que huye Goni dejando un reguero de muertos tras de sí, y 2013, cuando él asume el liderazgo nacional. 


Mientras Morón apunta por crear otro frente amplio con miras a 2019, Siles cree que la tercera es la vencida, que si no apuntan a presentar una candidatura propia en las próximas elecciones generales estarán firmando el epitafio del otrora partido hegemónico. 


Guillermo Richter, exmiembro del Comité Ejecutivo Nacional del MNR, cree que su partido adolece de liderazgo nacional en una etapa en el que tiene interesantes líderes medios y de base. El MNR gobierna unas 20 alcaldías en todo el país, la más importante, la de Trinidad. También ha vuelto a sacar concejales donde antes estaba borrado, como Potosí. Y hoy tiene una bancada propia bajo las banderas de UD con nueve diputados.