Son utilizadas como plataforma para incentivar la cacería de animales. Hay un proceso contra una internauta por difundir fotos de un jaguar muerto

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14 de enero de 2018, 4:00 AM
14 de enero de 2018, 4:00 AM

El 21 de agosto de 2014, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua formalizó una denuncia jurídica en contra de A.E.V, una mujer que vive en el municipio de Warnes de Santa Cruz y a la que se le acusaba de haber publicado en su cuenta de Facebook imágenes de la muerte de un jaguar. Según la denuncia ministerial, la involucrada había cometido el supuesto delito ambiental tipificado en el artículo 111 de la  Ley 1333 y en el artículo 223 de la Constitución Política del Estado. 

Esta es solo una muestra de que las redes sociales también son un caldo de cultivo que incentiva la matanza de los jaguares -coinciden varias autoridades de medioambiente del país- porque a través de ellas se promociona la compra y venta de los colmillos del animal para luego enviarlos al mercado chino.

Rubén Laime, director de Medio Ambiente del municipio de Riberalta, dice, por ejemplo, que es a través de las redes sociales que en el país está proliferando el tráfico de las partes del jaguar.

Teresa Pérez, directora de la Dirección de Biodiversidad y Áreas Protegidas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, enfatiza en que el uso de las redes sociales para fines de tráfico de animales silvestres está penado por las leyes bolivianas. 

Las estrategias de los traficantes primero empezaron difundiendo mensajes a través de papeles colocados en fachadas de casas y en postes de tendido eléctrico de los pueblos cercanos a las selvas, mediante los cuales ofrecían comprar colmillos a buen precio. Después acudieron a mensajes radiales de poblaciones amazónicas y también apostaron a las redes sociales para masificar sus anuncios. 

Un oficial de la Policía Forestal de Trinidad cuenta que gracias a esa red social dieron con un cazador que quería vender los colmillos de un tigre que él había matado. 

A través del mismo Facebook se entró en contacto con él. Vivía en el municipio de Baures (Beni). Se lo citó en Trinidad y cuando llegó a la plaza principal se le incautó todo lo que traía: la cabeza con los dientes completos y también el cuero. Era boliviano, eso fue a comienzos del 2017, cuenta el policía.

El uniformado  dice que el cráneo, los dientes y el cuero se los utiliza en las campañas de educación que se imparten en los centros educativos de Trinidad, con el fin de crear conciencia por la defensa de la vida silvestre. 

Todas estas noticias que dan cuenta de que las autoridades han identificado que las redes sociales están siendo utilizadas para fines del tráfico de animales, también han puesto en alerta a los involucrados, a tal punto que prefieren crear cuentas privadas de WhatsApp o con identidades falsas con el fin de no ser rastreados. 

Los mensajes que se difunden no solo tienen como objetivo el tráfico de colmillos de jaguar, sino también la oferta de aves exóticas, que son ofrecidas por dinero o incluso para ser intercambiadas por celulares de última generación.

Pero también las redes sociales son utilizadas por los defensores de los animales como una herramienta para luchar contra el maltrato y la muerte de las especies en Bolivia y el mundo.