Las cancelaciones se empezaron a notar una semana antes del referéndum independentista que realizaron los catalanes. Tres cruceros decidieron cambiar su escala en Barcelona por otras ciudades

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15 de octubre de 2017, 4:00 AM
15 de octubre de 2017, 4:00 AM

La inestabilidad política en Cataluña ha frenado también el crecimiento turístico de Barcelona. Fuentes del sector hotelero aseguran que las reservas para octubre han caído entre un 20 y un 30%. 

Las caídas, según estas fuentes, se notan sobre todo en viajes de grupo organizados por empresas o congresos. Además, tres cruceros han decidido cambiar su escala en Barcelona por otras ciudades.

La historia de éxito de la industria turística de Barcelona no ha cesado desde 2009. Los hoteles de la ciudad pasaron por un pequeño bache al principio de la recesión, pero desde entonces el motor del turismo no ha dejado de tirar, sumando cada año cientos de miles de viajeros. Los atentados en La Rambla y Cambrils de agosto implicaron una caída de las reservas que apenas duró dos semanas. Según varias fuentes del sector, la capital catalana se recuperó de ese trance más rápido que otras ciudades que también habían sufrido ataques yihadistas, como París o Bruselas.

Las cancelaciones, sin embargo, empezaron a notarse la semana antes del referéndum del 1 de octubre, suspendido por el Tribunal Constitucional, y se acentuaron después. El gremio de hoteles aún no ha dado cifras oficiales, pero el sector sostiene que la caída es de entre el 20 y el 30%. 

Estas fuentes explican que en especial se han visto tocados los viajes organizados para grupos y corporativos. Barcelona se había convertido en los últimos años en uno de los principales destinos para el turismo de congresos y de eventos de empresas. “Si una empresa tenía que elegir una ciudad para celebrar su reunión anual, optaba por Barcelona. Y hemos visto cancelaciones y cómo este tipo de reservas ha bajado”, explican desde una cadena hotelera.

La patronal catalana Fomento del Trabajo va más allá y, en un comunicado, esta semana sostenía que la ocupación de los establecimientos catalanes había caído a la mitad, “respecto a sus niveles habituales”.

Este mes, además, Barcelona ha visto cómo dos cruceros que debían hacer escala en la ciudad decidieron hacerlo en Valencia y otro la aplazó para evitar posibles incidentes. Los dos que cambiaron de ciudad trataron de sortear el 1 de octubre y la huelga del día 3. El otro debía atracar el jueves, pero para evitar posibles problemas aplazó la visita hasta el día 20. Además, la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria de Europa (Eurochambres) suspendió su congreso en la capital catalana por el clima de inestabilidad política.

Ante la inquietud que han notado entre los clientes, muchos hoteleros han dejado una carta en las habitaciones en la que les explican que la ciudad funciona con normalidad, que es segura y que puede gestionar eventos mundiales.

Por otro lado, la agencia de calificación financiera Standard and Poors (S&P) apuntó el jueves al riesgo de una “recesión” en Cataluña si la crisis con Madrid se prolonga. “No prevemos una independencia de  Cataluña a pesar de la declaración unilateral de independencia suspendida posteriormente” el martes por el presidente catalán Carles Puigdemont, explica Moritz Kramer, responsable de calificación de S&P, en un comunicado que difundió la AFP.

“El riesgo crediticio más importante que vemos en este contexto es que las tensiones entre Cataluña y el Gobierno central, si no son reconducidas, puedan llevar a una caída continuada de la confianza de las empresas y los hogares, y a una perturbación de los negocios”, advierte Elena Iparraguirre, analista en S&P Global Ratings.