Los originarios de tierras bajas enfrentan dificultades para obtener sus documentos de identidad  por falta de carné no acceden a los programas sociales del Gobierno ni reciben atención en salud

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27 de agosto de 2017, 4:00 AM
27 de agosto de 2017, 4:00 AM

La identidad es uno de los derechos fundamentales consagrados por la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, no solo en términos de las identidades plurinacionales sino también de reconocimiento formal y legal mediante documentos de pertenencia a una comunidad y a un país, como es el caso de la cédula de identidad para todos los bolivianos. 

Para los pueblos indígenas el reconocimiento de la identidad sociocultural en el marco de la pluriculturalidad y el goce pleno de sus derechos, especialmente de carácter económico, social, cultural y político en condiciones de igualdad sigue siendo un derecho inalcanzable debido a que las organizaciones indígenas representativas a través de sus máximas autoridades no han logrado ponerse de acuerdo con las instancias técnicas y administrativas que expiden estos documentos de identidad, como el Servicio de Registro Cívico (Sereci) y el Servicio General de Identificación Personal (Segip).

El obtener la cédula de identidad por primera vez para personas mayores de edad, requiere realizar trámites aproximadamente durante cinco días hábiles en el mejor de los casos, encareciendo  su costo. Generalmente los indígenas son los más afectados debido a que se movilizan desde sus comunidades, muchas de ellas ubicadas en lugares remotos, hacia Santa Cruz de la Sierra y requieren recursos económicos para transporte y alimentación durante el tiempo que demora la obtención del documento de identidad y que debido a la demanda insatisfecha a diario se forman largas filas.

Los requisitos para la obtención de la cédula de identidad cambian periódicamente, los filtros de control son estandarizados para la población en general y excluyentes para la población indígena y que, además los derechos colectivos, no son tomados en cuenta, como la familia extensa, la vida comunitaria y sus formas organizativas.

Entre los requisitos exigidos está el certificado de nacimiento expedido por el Sereci, este documento no es válido para este tipo de trámites, puesto que requiere adicionalmente de una copia legalizada del libro de inscripción de la partida de nacimiento y que genera un gasto económico adicional, pese a que existe un sistema único actualizado a nivel nacional vía internet y al que están conectados Segip y Sereci y en el cual, pueden revisar la autenticidad de la información; esta exigencia demora cuatro días hábiles para ser entregada al interesado. 

Los sistemas implantados que están a cargo de expedir la cédula de identidad son excluyentes para la población indígena, son sistemas estandarizados para toda la población sin tomar en cuenta estas particularidades, un  ejemplo, cuando se tramita cédula de identidad por primera vez para personas mayores, no existe la opción a la identidad cultural, vulnerando este derecho fundamental de los pueblos originarios de Bolivia.  

La mayoría del personal que trabaja en la emisión de la cédula de identidad desconoce la problemática de los pueblos indígenas y no habla ningún idioma nativo, es una barrera que dificulta el acceso a estos documentos; por otro lado, la información de la cédula de identidad es llenada según la experiencia del técnico, como por ejemplo en el caso de mujeres indígenas en la casilla destinada para escribir profesión/ocupación, son identificadas  como ‘ama de casa’ y en la práctica en su mayoría se dedican a la elaboración de artesanías y en el domicilio no figura la comunidad indígena donde viven.

Es bajo el porcentaje de indígenas que se benefician de las políticas públicas del Gobierno boliviano orientadas a la lucha contra la pobreza, como vivienda digna; servicios básicos, agua potable y energía eléctrica; educación y salud, por carecer de documentos de identidad.

La inmensa mayoría de la población indígena boliviana no accede a los servicios de salud, seguros de salud, seguro de vejez ni al bono Juana Azurduy por carecer de documentos de identificación y es el factor que incide en la mayor vulnerabilidad social y, en consecuencia, en una menor calidad de vida. Los niños tampoco acceden al bono Juancito Pinto por falta de cédula de identidad. 

De continuar estas condiciones de bajo acceso a la salud en el mediano plazo puede estar comprometida la sobrevivencia misma de los pueblos indígenas o su marginalidad en condiciones de extrema fragilidad socioeconómica. 

La utilidad social, cultural, institucional, política del documento de identidad, especialmente en cuanto al acceso a los servicios públicos, los beneficios sociales y la participación, es un derecho fundamental y una demanda prioritaria de la población indígena, que requiere de intervenciones que tengan como base el respeto por sus valores, usos y costumbres, centrada en el bienestar de las familias y de sus comunidades.  

Los documentos de identidad están muy lejanos de constituir una sociedad justa y armoniosa, cimentada en la descolonización, sin discriminación ni explotación, con plena justicia social, para consolidar las identidades plurinacionales, todavía continúa siendo una realidad inalcanzable para los pueblos indígenas de Bolivia.