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14 de mayo de 2017, 4:00 AM
14 de mayo de 2017, 4:00 AM

Su artículo Cultura de la violación: práctica e incitación a la violencia sexual contra las mujeres fue publicado por la Revista de Estudios Feministas. Es filósofa de la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul. Así respondió a EL DEBER. 
 

_ ¿Usted analizó los motivos (heteronorma, machismo, patriarcado) que empujan a un hombre (o una mujer) a cometer violación. ¿Qué políticas públicas sugiere para desmontar este sistema?
La mayoría de los órganos públicos apelan al endurecimiento de la pena, generalmente como consecuencia de algún caso de violación muy grotesca que atrae a los medios. Las medidas como esta no buscan tratar la fuerza generadora del problema, ya que el violador no violenta porque la ley es blanda o rigurosa. El violador lo hace porque cree tener algún tipo de derecho de hacer esto sin respetar el derecho y la dignidad de la víctima. La adopción de programas de concienciación dirigidos a la prevención y el debate sobre la violencia de género, en este caso, específicamente enfocada en el problema generado por la cultura de la violación, son una buena forma de resolver este tipo de problema desde la raíz. En sociedades donde la sexualidad es debatida solo para fines religiosos o de salud pública, los adolescentes cada vez más se informan sobre el sexo a través de pornografía y por medios disponibles sin ninguna responsabilidad o compromiso con los derechos humanos.
 

_ ¿La escuela brinda herramientas a los niños para alertar a otros adultos frente a una posible violación?
No siempre. Se nota por parte de algunos profesores alguna iniciativa de debatir ese asunto en el aula, así como otros asuntos dirigidos a la violencia de género. He sido llamada por escuelas para debatir con los alumnos sobre la cultura de la violación a petición de los propios alumnos. Y debo decir que fueron debates muy productivos y con mucha participación de alumnos y profesores. Lo que hay son iniciativas localizadas de instituciones particulares o por militantes feministas que promueven protestas y ciclos de debates. Pocos son los hombres que participan de esos debates, por incomodidad o por ignorar la importancia del tema, aunque la mayoría aplastante de las violaciones son cometidas por hombres (2,5% de violaciones son sufridas por hombres). El debate sobre violación sexual exige también discutir los papeles de los hombres y de las mujeres dentro de la sociedad, sus relaciones de poder y el papel de la sexualidad tanto en el sentido público como en el sentido privado. No hay otra forma de explicar la importancia del respeto a la dignidad de la persona sin abordar el machismo, el patriarcado y sus consecuencias negativas y tóxicas sobre la sociedad.
 

_ ¿Es posible rehabilitar a un violador? 
Un hombre que lo hizo con su propia esposa contra su voluntad, violó. Un novio que lo hizo con su novia borracha o inconsciente, violó. Un hombre que fuerza la relación sexual con una desconocida o conocida mediante coacción moral o física, practicó la violación. Si alguien desistió de tener relaciones sexuales durante el acto y aún así la otra parte continuó, hubo violación. No todos los violadores pueden ser rehabilitados.