El empresario y líder del opositor UN habló de sus inversiones y de su proyecto político. Afirmó que se asentó en Santa Cruz, donde establecerá su centro de operaciones

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15 de octubre de 2017, 4:00 AM
15 de octubre de 2017, 4:00 AM

El miércoles viajó a Nueva York para atender asuntos de negocios. Embarcó con destino a Estados Unidos a las 7:00 en el aeropuerto de El Alto, que sirve a la ciudad de La Paz, y durante una escala que tuvo el avión de American Airlines en Viru Viru (7:55) salió hasta la zona de atención a los pasajeros para conceder una entrevista. La conversación se desarrolló en la mesa de un snack y se extendió por más de 20 minutos; en su retorno a la sala de embarque, Samuel Doria Medina posó con una niña, que solicitó una fotografía, y saludó a las personas que se acercaron a estrechar su mano.  

¿Por qué decidió invertir en Santa Cruz; por estrategia política o por oportunidad de negocio?
Santa Cruz para mí y para miles y miles de bolivianos significa dos valores: firmeza y corazón grande. Y esos son valores que en lo personal comparto. Son valores con los que fui creciendo en la vida. Santa Cruz es sinónimo de firmeza y de perseverancia para trabajar, para producir y para salir adelante. Además, hay que tener en cuenta que Santa Cruz tiene un corazón grande para recibir a las personas que llegan buscando oportunidades. Por eso precisamente vine. También he planteado mi vida desde la firmeza para trabajar y desde un corazón dedicado a la misión de crear oportunidades de crecimiento para la gente. Me identifico con Santa Cruz y sus valores.      

¿Compró el hotel Los Tajibos porque es un ícono de Santa Cruz o lo considera rentable? 
Los Tajibos es una tradición y es un motor de generar una economía donde todos ganan: el país, Santa Cruz, los trabajadores, los inversores, los proveedores, los productores de alimentos en el campo y en la ciudad, los artistas, los técnicos, los profesionales y así, una larga cadena virtuosa. El desafío es modernizarlo, conservando su esencia. Recientemente (la semana pasada) inauguramos el lobby del hotel porque consideramos que necesitaba de una remodelación. En esa obra participaron los mejores profesionales de Santa Cruz, en su mayoría jóvenes, que hicieron un trabajo de primer mundo.

¿Qué otros negocios pretende desarrollar en el departamento?
En Santa Cruz y en todo el país estamos analizando dónde invertir. Pero de entrada es seguro que seguiremos invirtiendo en turismo. Bolivia puede volverse una potencia mundial de turismo.  Tenemos todo para ello; sin embargo, no descarto volver a invertir en la industria, que es un mundo que conozco bien. Una cosa es clara: mi familia y yo nos quedaremos en nuestra patria, en Bolivia. No lo dude. Aquí vamos a invertir como siempre lo hemos hecho.      

¿Compró terrenos en Equipetrol y en otros sectores de la capital cruceña? 
Vamos a construir y a desarrollar una economía que genere servicios de nivel mundial, por ejemplo, en turismo, y para eso hemos comprado, efectivamente, terrenos en algunos puntos de la ciudad. Fíjese el ejemplo de España, un país que recibe grandes cantidades de divisas por la industria del turismo. Acá en Bolivia tenemos mucho potencial en esa área.

Usted tiene dos caras, Samuel el empresario y el político, ¿con cuál se siente más cómodo? 
En ambas tareas siempre me desempeño desde los dos principios que le mencioné anteriormente: desde la firmeza y desde el corazón grande. En la economía, actúo con firmeza para producir por la grandeza del país y un corazón grande para crear oportunidades de empleo y para mejorar las condiciones de vida de las familias bolivianas. Y en la política también actúo con firmeza para frenar los abusos, como el intento de Evo (Morales) de quedarse por siempre (en el poder), y corazón grande para escuchar, comprender y trabajar sobre las necesidades de la gente, como la falta de buenos trabajos, la inseguridad ciudadana y la necesidad de combatir la corrupción.

¿Su condición de político lo afecta en los negocios?
Hasta antes de entrar en la política, nunca me habían puesto un juicio en mi vida. Y desde que entré en política, el MAS me ha iniciado 18 procesos judiciales. Todos basados en acusaciones falsas. A pesar de eso, no me quejo. Aquí estoy, firme, y aquí estaré, haciendo frente a los autoritarios y a los corruptos. Soy el industrial boliviano que más empleo ha creado en la historia de la industria boliviana. ¿Cómo cree que ahora no voy a estar firme en mis tareas, aunque haya dificultades, como la persecución política? Por supuesto que voy a estar aquí y firme. Pase lo que pase, continuaré invirtiendo en mi país.  

¿En qué situación se encuentran los juicios que enfrenta? 
Como usted sabe, hace unos meses intentaron meterme preso por una acusación absurda (por el caso Focas) que motivó incluso que observadores internacionales se pronunciaran contra ese abuso. No lograron meterme preso ni que me vaya de Bolivia. Estoy convencido y preparado porque seguirán intentándolo con nuevos juicios y acusaciones en mi contra. Eso no me debilita, más bien me fortalece y seguirán encontrándome en la lucha, desde el puesto que me corresponda enfrentar esa situación. 

¿Teme que lo inhabiliten políticamente? 
Nuestra lucha tiene una ventaja:  es la causa de la gente. Por ejemplo, la gente no quiere reelección presidencial, y eso está claro. El pueblo lo demostró con su voto en el referéndum del 21 de febrero y que el MAS intenta desconocer. Y si intentan inhabilitarme políticamente, hay millones de bolivianos que seguirán luchando en defensa de la democracia. En el fondo es una causa sencilla: es la causa de construir con firmeza una Bolivia moderna, productiva, exitosa, con millones de emprendedores, una Bolivia democrática, con leyes que todos los ciudadanos respetan y, sobre todo, los gobernantes. Queremos una Bolivia de oportunidades, de progreso y que ofrezca condiciones dignas a los ciudadanos.

En la inauguración del lobby del hotel Los Tajibos se notó la ausencia de algunos empresarios cruceños, así como del gobernador y del alcalde, ¿qué pasó? 
A Los Tajibos, a los Cites, a mi visión de Bolivia y a todo lo que yo hago, todos los bolivianos son bienvenidos. Somos un proyecto de corazón y de puertas grandes. Los que no vinieron ese día, incluso la gente del MAS, siguen siendo bienvenidos cuando gusten.

Aquí no hay sectarismo ni puertas cerradas, hay corazón grande. Cursamos invitación para el gobernador Rubén Costas y hubo un representante de la Gobernación en el evento. También estuvo convidado el alcalde Percy Fernández, pero entiendo que no asistió por razones personales y la presidenta del Concejo Municipal  (Angélica Sosa) se encontraba fuera del país. Existen buenas relaciones, fíjese con lo que ocurrió el martes (con la movilización por la democracia), todos salieron unidos y abrazando una misma causa.

¿Cómo está su relación con los empresarios y políticos cruceños? 
Muy buena. Pero es mejor mi relación con toda la cadena virtuosa que participa de los proyectos amplios y abiertos que son los que me gustan; proyectos como Los Tajibos o los Cites, donde todos ganan: obreros, artesanos, gente trabajadora en los servicios, profesionales, pequeños y medianos emprendedores y otros muchos.

Rubén Costas dijo que llegó el momento de que Santa Cruz asuma el poder político, ¿qué opina?
Santa Cruz y su progreso es uno de los logros más importantes de Bolivia y  Bolivia y sus éxitos es a la vez uno de los logros más importantes de Santa Cruz. No se entiende el país y su avance sin cruceños como Ñuflo de Chávez, como José Ortiz Mercado, como Gladys Moreno, como Azul Azul, como Rubén Costas, como El Diablo Etcheverry, como Pedro Rivero Mercado, como Julio Terrazas y como millones de cruceños y bolivianos que impulsan esta tierra cada día con su trabajo. No hay diferencia entre Santa Cruz y Bolivia. Somos una unidad, una familia, un solo desafío, un solo destino, un solo proyecto, un solo corazón. Aunque también hay que mencionar que en otros países las regiones que mantienen el liderazgo económico no necesariamente tienen el control político, aunque sí mantienen una fuerte influencia.

n el caso de California o Nueva York, en Estados Unidos, que por sí solos tienen economías más fuertes que muchos países. O como San Pablo o Río de Janeiro, en Brasil, que a pesar de su poderío económico no son la capital política de ese país, aunque sus dirigentes son muy influyentes en la política. 

Se evidenció un distanciamiento entre usted, Costas y el alcalde de La Paz, Luis Revilla, ¿cree posible la unión de la oposición para las próximas elecciones?  

Rubén, Revilla, (Carlos) Mesa, Tuto (Quiroga), Víctor Hugo (Cárdenas), yo mismo, compartimos con millones de bolivianos un solo proyecto: construir una Bolivia sin caudillos, sin reelección, y por eso una Bolivia democrática y próspera.

No hay fisuras en ese objetivo donde cada uno aporta con lo mejor que puede: Rubén con su liderazgo cruceño, Mesa con su prestigio académico y su gran capacidad de comunicar, Víctor Hugo con la visión indigenista, Tuto con su experiencia de expresidente y su fuerza internacional, Revilla como líder de La Paz, o yo mismo, muchas veces con la firmeza y perseverancia que alguna gente reconoce como característica de mi modo de hacer las cosas. Todos estamos en una sola estrategia y empujamos el carro desde donde nos toque. Así lo vamos a seguir haciendo. Y en esa gran visión estratégica, no hay diferencias. 

Se menciona a Mesa como posible candidato, ¿qué le parece?

El objetivo de los que no queremos la Bolivia del caudillo eterno y de la reelección es construir una Bolivia democrática y próspera.

En ese objetivo estamos todos los mencionados, más miles y miles de ciudadanos en todo el país. Cualquiera de los que estamos en esta lucha puede empujarla desde una candidatura y lo ideal es que sea de unidad. Pero todavía es muy temprano para hablar de nombres de candidatos.

Hoy es la hora de compartir principios, como democracia y no reelección, como poder limitado, principios como firmeza para trabajar y corazón grande para compartir principios como oportunidades para todos y obedecer a la ley. Principios en suma, que nos digan con claridad las cualidades y las virtudes de la Bolivia que viene después del caudillo. El caudillo Morales es el pasado, está agotado y ya es un peso para la Bolivia moderna que la gente quiere. 

¿Usted será candidato a la Presidencia en 2019 y qué ofrecerá al país? 
Todavía es temprano para hablar de candidatos y, más bien, es la hora de compartir con la gente sobre nuestra visión de Bolivia. La visión de una Bolivia donde no hay reelección ni caudillos y donde hay democracia, prosperidad, oportunidades para todos y leyes que todos obedezcan, incluso los que por un momento están en el poder.  

—¿Santa Cruz se convertirá en su centro político? 
Estoy muy agradecido con Santa Cruz, que, como a tantos bolivianos, nos ha abierto las puertas. Normalmente paso en Santa Cruz la mitad de mi semana trabajando, y mucho de ese tiempo lo dedico a escuchar a la gente y a visitar a la gente de todos los oficios, en distintos barrios y en sus vidas diarias.

Escuchar y aprender es la clave. Tengo una visión de Bolivia donde Santa Cruz es fundamental. Por eso estoy acá con firmeza y corazón, tanto en la economía como en el contacto con la gente. He venido a aportar y se puede decir que he venido a quedarme en esta tierra.