En los hechos, el 37% de los encuestados fue víctima de delito alguna vez. La preocupación por la delincuencia es la segunda inquietud más importante, después de la inconformidad por los malos servicios de salud

19 de enero de 2020, 3:00 AM
19 de enero de 2020, 3:00 AM

¿A qué problema de actualidad nacional le da más importancia el cruceño? La delincuencia siempre estuvo en el imaginario de la gente como una de las preocupaciones más graves. Pero en el último semestre de 2019 la consulta de Captura Consulting a 300 personas entre 18 y 65 años da cuenta de un giro de la intranquilidad ciudadana que de la inseguridad se posó en los malos servicios de salud. “El cruceño ha volcado su preocupación a los malos servicios de salud (20%) dejando de lado temas como la delincuencia (14%) y el consumo de drogas (13%), que en gestiones pasadas eran la principal preocupación. Eso sí, aunque la delincuencia no es el principal problema, continúa siendo considerado el de mayor gravedad para el 66% de los encuestados que estima es muy grave”, comenta Sebastián Arias, del área de investigación cualitativa.

En temas de seguridad ciudadana el índice de victimización, es decir, cuántas personas han sido víctimas de un hecho delictivo, y la sensación de seguridad ciudadana, son los dos factores que importan, en palabras del sociólogo Guillermo Dávalos, que en 2017 fundó y echó a marchar el Observatorio Municipal de Seguridad Ciudadana. “Ambos factores hacen a la calidad de vida (con o sin estrés) e incluso a las inversiones en una ciudad porque cuando se percibe a una urbe como insegura esta deja de ser atractiva”.

En nuestro medio, la sensación de inseguridad supera a la realidad. Se llega a esa conclusión porque en cuanto a sensación de inseguridad, el 75% de los cruceños (siete de cada 10) considera que en los últimos 12 meses de 2019 la delincuencia se ha incrementado. Mientras que en lo que toca al índice de victimización, cuando se es más específico y se le pregunta al encuestado si él fue la víctima solo el 37% (casi cuatro de cada 10) afirmó que lo fue y de ese porcentaje, 20% lo vivió en los últimos 12 meses.

Para Dávalos esta superioridad de la sensación de inseguridad es alimentada por la televisión que en el último tiempo se aferró a una política de farándula y crimen, pero también se debe a una creciente desconfianza en las instituciones llamadas a garantizar la seguridad.

Cabalmente, en la consulta de Captura Consulting, la Policía Nacional, el Gobierno central y la Alcaldía, son las principales instituciones llamadas a actuar contra la delincuencia, ejecutando acciones de control y prevención de la misma, por un lado, y de sanción a los infractores por otro. En cuanto a la calificación de como combatieron la delincuencia dichas instituciones, la Policía cuenta con 48% que considera lo hizo mal. El Gobierno central y la Alcaldía con calificaciones iguales, tienen un desempeño de 43% malo.

Los lugares más inseguros

Los micros (78%), la ciudad (76%) y la calle (69%) son considerados los lugares más inseguros. Las peleas entre comparsas o pandillas es el delito que ha sido presenciado más veces (55%), le sigue el robo con violencia en la calle (42%).

Para el coronel Erick Holguín, comandante de la Estación Policial Integral 9 de Los Lotes, los delitos varían de un barrio a otro. Antes en el Plan Tres Mil el mayor dolor de cabeza eran las pandillas, pero hoy preocupan más los de violencia intrafamiliar, aunque las pandillas se están rearticulando.

Y en Los Lotes, otra populosa zona, preocupa la proliferación de lenocinios que se constituyen en factor de riesgo, así como las rockolas, que por el consumo de bebidas alcohólicas generan inseguridad por riñas y peleas que derivan en lesiones y hasta personas fallecidas. Aunque también han incrementado los robos agravados, con la modalidad de motocicleta.

El vecino debe involucrarse

Un tercer elemento que se identifica como alimentador de la sensación de inseguridad ciudadana, después de la televisión y la falta de confianza en las instituciones llamadas a garantizarla, es el de la cohesión social, elemento que no está funcionando, pues la gente está encerrada en su casa, no conoce a sus vecinos y tiene una actitud apática ante cualquier posibilidad de organizarse, trabajar en equipo e involucrarse.

Para el coronel Holguín el pilar fundamental para generar seguridad es la participación y el empoderamiento de la sociedad en coordinación con la Policía. “De nada sirve cualquier esfuerzo policial de aumentar patrullas y efectivos si existe apatía por parte de la ciudadanía”.

Él viene de una experiencia positiva implementando el Plan Cuadrantes. El mismo consiguió llevar casi a cero la existencia de pandillas, principal flagelo de la zona. Ahora, en la populosa área de Los Lotes, está puesto manos a la obra en emular el plan.

“Este plan en cuadrantes, asimilado de experiencias de Colombia y Chile, consiste en la división geográfica del área de jurisdicción, considerando aspectos como el índice poblacional, características topográficas y sociales, y comisión de delitos por cada una de las zonas (varían de un barrio a otro)”.

En la práctica tiene a su mando 120 policías y 14 movilidades para vigilar una zona en la que habitan 300.000 habitantes. Para ello dividió Los Lotes en siete cuadrantes, a cada uno de los cuales envía unos 12 policías por turnos de 24 horas. “No es lo ideal, pero hemos tratado de optimizar el recurso humano”, reconoce.

Apuesta por un éxito que no está en la cantidad de policías, sino en la comunión que se está logrando con las juntas vecinales, propiciando de que exista organización en los barrios, por cuadras, lo que ha coadyuvando a que disminuyan los índices delictivos. “En la misma zona existen familias de los delincuentes, o vecinos que se dedican a cometer delito, pero la fiscalización del barrio hace que estos no comentan sus fechorías en el área”, agrega.

Para Holguín el trabajo conjunto ayudó a disminuir la sensación de inseguridad y el índice de victimización. “La participación de la gente ha hecho que se den cuenta que la inseguridad en su barrio no había sido tanta como imaginaban y el hecho de que coordinen con su Policía ha logrado que la respuesta de esta sea oportuna”.

También reconoce que, “la mentalidad del policía antiguo era la de ser receloso de su función, pero hoy en día es mejor hacer sentir al ciudadano parte de la seguridad, con la capacidad de dar el ejemplo”. A ello agrega que se debe saber organizar y que puede aprovechar la práctica que dejó el paro cívico, “Que no se desbarate el grupo de WhatsApp, manténganlo activo para conocerse más y coordinar acciones de seguridad”.

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