El terreno del presidente tiene un cocal reducido y está a punto de ser cultivado. No hay maleza en el lugar y la choza de dos pisos está intacta. El mandatario tiene en mente construir un restaurant cuando deje Palacio Quemado. En Chapare lo apoyan

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6 de agosto de 2017, 4:00 AM
6 de agosto de 2017, 4:00 AM

Evo Morales llegó por primera vez al trópico cochabambino cuando iniciaba la década de los 80. Su papá, Dionisio Morales, había comprado un terreno en el sindicato San Francisco de la central 14 de Septiembre, en el municipio de Villa Tunari. Ahí construyó una choza sin paredes y dormía en el segundo piso. Ese predio sigue igual y una whipala vieja flamea en su techo. Evo desea convertir ese chaco en un centro turístico cuando deje el poder.      

El terreno está a 26 kilómetros de Villa Tunari. Una carretera asfaltada —con una parte empedrada— hace que el viaje sea más cómodo. Se atraviesa Villa 14 de septiembre y a pocos metros está el chaco de Evo, que ahora solo tiene un pequeño cocal y mucha vegetación que obstruye la vista al horizonte. 
El chaco está bien cuidado y para nada está abandonado. El sindicato San Francisco se hizo cargo del terreno y de los cultivos del mandatario, que visita el lugar, por lo menos, una vez al mes. 

Asensio Picha es uno de los vecinos de Evo Morales. Relata que el chaco del presidente está bajo cuidado del sindicato debido a que en una asamblea se decidió “ayudar a Evo con sus cultivos”. El terreno está limpio, tiene energía eléctrica y una pila expulsa gotas de agua a pesar de tener un tapón.    

La idea del negocio  
La coca de Evo está brotando y está a un mes de ser cultivada. El mismo mandatario admitió que en ese lugar quiere montar un restaurante con los exalcaldes Carlos Brú, de Yacuiba, y Edwin Castellanos, de Cochabamba.  

Los platos estrellas serían una parrillada y las diversas especies de pescados. Evo planea atender al público y los exalcaldes que cocinen, El presidente quiere cobrar barato por la comida, pero por la fotografía engordaría sus ingresos. 

La propuesta está aplazada por el momento. Evo anunció que iba a su chaco en 2020, pero ahora no descarta postularse a la reelección, a pesar de que lo impide la Constitución Política del Estado.
Julio Salazar es amigo de Morales. Lucharon juntos en la defensa de la hoja de coca durante los gobiernos de Hugo Banzer, Jorge Quiroga y Gonzalo Sánchez de Lozada. Salazar fue senador y apoya al jefe de Estado en instalar su negocio en kilómetro 21 y medio de Villa 14 de septiembre, pero no es el momento, dice. “Que lo haga después del 2025”, sentencia con una sonrisa tímida. 

Evo se forjó políticamente gracias a ese chaco. El presidente recuerda que las noches en ese terreno eran a veces insoportables, ya que lo despertaban los murciélagos que llegaban a la choza por no tener paredes. Además, las ratas subían al piso donde dormía Evo escapando de las víboras que abundaban en el lugar.    

Zona alejada  

La zona no tiene negocios cerca. La tienda más cerca está a unos dos kilómetros y comercializa abarrotes al mismo precio que en Villa Tunari. Al lado de la carretera se ven pocos cocales y de pequeña extensión. Muchos comunarios optaron por cultivar yuca, arroz y palmitos. Algo similar hizo Evo Morales en su época.   

El presidente asumió en el sindicato San Francisco su primer cargo dirigencial. Fue secretario de deportes gracias a su capacidad para jugar fútbol. Luego pasó a la central 14 de septiembre y de ahí a las seis federaciones cocaleras del trópico de Cochabamba. 
Picha cuando habla de Evo no quiere ser interrumpido, se molesta. Está dispuesto a cuidar el chaco del presidente hasta que se mantenga en Palacio Quemado. “Cuando Evo viene acá se pone a recordar y valora lo que se logró”, dice.