El ex prefecto de Santa Cruz y ex presidente de la Cámara de Industria y Comercio habla del caso terrorismo, del liderazgo cruceño y de las acciones que se deben tomar para mejorar el país

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9 de julio de 2017, 22:00 PM
9 de julio de 2017, 22:00 PM

¿Cómo afectó el caso terrorismo a su familia y a su patrimonio?
Creo que este caso no solo afectó a mi familia sino a todo Santa Cruz. Esto fue organizado para destruir a la dirigencia cruceña que estaba resurgiendo para asumir el liderazgo en Bolivia, no solo en la parte económica porque éramos líderes, también en lo político.

En esa época (2009) empezaba a pelearse por la autonomía, no solo de Santa Cruz sino de otros departamentos porque no se podía seguir sosteniendo que el nivel central se llevara el 85% de los recursos. Eso se peleaba y el movimiento autonómico estaba extremadamente fuerte porque tenía el respaldo de Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca.

¿Este era un movimiento político o un movimiento armado?
De armado no tenía un carajo. Tampoco era un movimiento político porque se buscaba hacer economía dentro de lo que necesitaban nuestros pueblos. En este movimiento estaban involucrados empresarios, los comités cívicos, las universidades y otras instituciones. En Sucre la lucha era liderada por el rector (de la universidad San Francisco Xavier), además del Comité Cívico; de la misma forma en Tarija y Pando, situación que desesperó al Gobierno.

Para destruir este movimiento, en Pando, por ejemplo, le brincaron a Leopoldo (Fernández) y (Juan Ramón) Quintana le arma la matanza de Porvenir y ahora el tipo está preso desde hace más de 10 años; después hubo La Calancha en Sucre para acabar con el rector y la presidenta del Comité Cívico y luego se inventan el caso terrorismo.

¿Por qué dice que se inventan el caso terrorismo?
Resulta que el 30 de marzo (de 2009) el viceministro (Marcos) Farfán le habla a Boris Villegas (exdirector de Régimen Interior) y a Denis Roda para que elaboren una acusación por terrorismo que iba a suceder en Santa Cruz. Ellos la redactan y la presentan el 14 de abril, llaman al fiscal (Marcelo) Soza, que estaba en Sucre, para que investigue un caso de terrorismo que iba a ocurrir. La acusación es presentada el 14 de abril con el mismo membrete del 30 de marzo, ¡no cambian nada!, y la bomba en la casa del cardenal (Julio Terrazas) la colocan el 15 de abril; la acusación la hacen antes y el caso ocurre después.

En su criterio, ¿qué pasó?
Está claro que esto fue armando. Tanto es así que en marzo colocan una bomba en la casa de (Saúl) Ávalos (entonces viceministro de Autonomías). El atentado fue perpetrado por el ‘Viejo’ (Ignacio Villa Vargas), el capitán Andrade y (Luis) Clavijo.

Al día siguiente Ávalos y su esposa denuncian el atentado en Santa Cruz y eso preocupa al Gobierno porque el plan era sentar la denuncia en La Paz, donde el Ejecutivo tenía una junta consultiva jurídica que ordenaba a jueces, fiscales y abogados que atiendan los juicios que iniciaban ellos.

Después de eso elaboran el otro plan, y el 14 de abril colocan la bomba (en la casa del cardenal); se viene la UTAR en un avión hércules y llega Raúl García Linera a manejar el operativo de la toma del hotel Las América, donde matan a los que estaban hospedado en ese lugar (Rózsa y su grupo).

Todo fue un montaje porque esa gente estaba alojada anteriormente en el hotel Santa Cruz, de donde los sacaron por orden del Gobierno y los llevaron a Las Américas, donde un día antes habían desconectado las cámaras de seguridad, revisaron los cuartos y armaron una maqueta para entrenar como iban a matar a esa gente. El día del ataque en el hotel Las Américas se hospedaron cuatro militares venezolanos, el piloto del presidente Evo Morales, gente del Ministerio de Gobierno y los que iban a ejecutar el operativo. 

¿Este operativo logró eliminar el movimiento autonomista de Santa Cruz?
Claro que sí. A partir de ese momento algunas personas que sabían del caso se fueron del país.

¿Cómo sabían ellos?
No sé, les ‘soplaría’ el Gobierno porque llegan a salir antes de que ocurra el caso; otra gente se quedó, algunos salen después de los hechos y otros nos quedamos acá para enfrentar el juicio. Nadie de Santa Cruz colocó una bomba ni hizo atentados; las bombas en la casa de Ávalos y en la del cardenal fueron detonadas por Clavijo, el capitán Andrade y Marilín, que eran agentes del Gobierno. El testigo del atentado en la casa del cardenal dijo que había una mujer en el vehículo de donde salieron los que colocaron la bomba, pero eso nunca se investigó. En conclusión, la gente de aquí nunca participó en nada, todo lo hizo el Gobierno, pero toda la culpa se la llevan los cruceños.

Hubo varios días de silencio en la dirigencia cruceña, ¿por qué?
Una vez ocurre esto llaman al fiscal Soza y le prohíben que venga a Santa Cruz porque estaba operando gente del Gobierno. En las primeras horas del hecho en Las América había hermetismo, ni siquiera el fiscal del distrito (Jaime Soliz) pudo entrar al hotel porque todo se manejaba desde La Paz. Llegaron forenses de Sucre para maquillar el escenario y elaborar un informe sobre un supuesto enfrentamiento, cuando solo había disparos en una sola dirección. Uno de los cadáveres estaba en posición cadavérica con las manos entrelazadas. Había un charco de sangre que estaba cuadriculada y con líneas blancas, lo que significa que era sangre con anticoagulante, de transfusión.

¿Cómo involucraron a su hijo (Zvonko Matkovic Ribera) en este hecho?
Porque revisan las llamadas telefónicas y mi hijo recibió una de 20 segundos, de Rózsa. Mi hijo nunca devolvió la llamada. Por otro lado, Alberto Melgar, que actualmente está en Uruguay, me habló por teléfono y me dijo que unos periodistas estaban de ida a la Chiquitania y preguntaron si podían pasar por mi propiedad, Rancho Z; los autoricé aunque recomendé que llegaran a una hora prudente porque los portones podían estar cerrados. Ellos se alojaron y se fueron al día siguiente. Sin embargo, la acusación dice que en la propiedad se hacía entrenamiento militar, pero eso es falso porque el 7 de enero de 2009 entregué Rancho Z al Banco Unión por una deuda que tenía, todo está registrado en la notaría 33 de Santa Cruz. Me quedé con la propiedad porque entregué el inmueble y me quedaron los muebles y el ganado de alto valor genético, a raíz de eso nos involucran. Los que no figuran en el caso es porque cumplieron con el pago de las extorsiones.



¿Cómo ocurrían las extorsiones?
Eso lo he denunciado en su momento y cuatro fueron apresados y estoy en camino a meter preso a otros cuatro. Los que estuvieron en Palmasola se declararon culpables, pero ya los largaron. En la casa de (Claudia) Arruda el fiscal Soza me dijo: “El único que puede disminuir o aumentar cargos soy yo, y si quiere que su hijo salga libre tendremos que hablar, arreglar”.

El fiscal, que vestía una polera verde, se marchó a la Felcn y me dejó con una persona que sabía el monto de dinero que me iban a pedir; por supuesto que me siguieron extorsionando pero no tenía plata y ahí está mi hijo (preso en Palmasola). Los últimos $us 200.000 que me pidieron lo hizo un señor Amelunge, no los pagué porque no tenía. 

¿Se arrepiente de haberse presentado en este proceso?
Aquí todo el mundo pudo haber huido, incluso yo. Mi hijo estaba en un curso en Estados Unidos y lo llamé porque nos habían convocado a los dos, nos presentamos y metieron preso a mi hijo. Si nos hubiese dado la gana estaríamos afuera, igual que los otros. Sabemos que somos inocentes y que esto fue armado. No me arrepiento a pesar de que económicamente nos hicieron mierda, menos mal tengo amigos buenos y con plata.

¿Se logró el objetivo de destruir el liderazgo cruceño?
Se logró, porque incluso el vicepresidente (Álvaro García Linera) se jacta de decir que ganaron hasta en la parte armada, pero el único combate que hubo fue armado por el Gobierno. El 9 de marzo Raúl García Linera, que estaba de barba, acudió en una ambulancia a retirar armas de la Octava División para después comprometer a la gente de Santa Cruz.


Esa denuncia la hizo el coronel Cardona, pero después la desmintió
Sí, pero es como cuando meten preso a Boris Villegas y a Denis Roda y después le dicen que para recuperar la libertad tienen que desmentir todo lo que habían declarado, eso es así. Los dos que se fueron de acá (Elod) Tóásó y (Mario) Tadic negociaron su salida, a través de sus embajadas en Perú, porque no colocaron bombas. En el caso de Cardona, él declaró ante el Parlamento Europeo.

¿Está fuerte el liderazgo cruceño?
No, no porque tiene más miedo que fuerza. 

¿Se siente representado por Rubén Costas o por Percy Fernández?
Ellos tienen para asumir funciones políticas, pero no para liderar el movimiento de Santa Cruz. Ninguno se enfrenta al Gobierno para exigir más presupuesto para el departamento ni para la universidad. No tienen fuerza para hacer un paro porque la Gobernación no tiene plata para cubrir los gastos de los hospitales; estamos en el momento en que dicen: déjame no más porque yo veo como sigo. 

¿Qué tienen que hacer?
Tienen que despertar, no puede ser que acá tengamos abandonada a la gente que está exiliada, presa y que ha perdido su patrimonio solo porque el Gobierno  buscaba someter a Santa Cruz. 

¿Usted vislumbra nuevos líderes?
Por supuesto que hay, el liderazgo sale de un rato a otro. 

¿Bolivia necesita autonomía, federalismo u otro sistema?
Bolivia precisa cambiar, no es posible que el 50% del presupuesto del país se vaya en gastos militares y policiales y no se haga nada. Que solo el 7% se dedique a la salud y a la educación, así un país no marcha hacia adelante. No se puede destinar más dinero a canchas de fútbol que a escuelas y hospitales. Cada región debe tener su autonomía total, de manejo de sus recursos y atender sus necesidades. 



¿Está de acuerdo con la reelección de todas las autoridades?
No, esto no es ni califato ni reinados. En los únicos lados donde las autoridades son reelegidas ‘for ever’ son en los gobiernos dictatoriales o en los comunistas y socialistas. 

¿Qué le dice a la institucionalidad cruceña?
Que despierten y que no tengan miedo al Gobierno porque no se los va a comer, pero que exijan lo que realmente nos corresponde, en lo que nos toca participar. No es cuestión de ir a pelear, sino de decirle al Gobierno: ¡Señores sentémonos de verdad a conversar para solucionar los problemas!. Tenemos el poder para hacerlo, porque si Santa Cruz produce el 70% de los alimentos que se consumen en Bolivia, si aporta con el 38% del PIB, si consume el 40% de toda la energía y casi el 50% de los combustibles en Bolivia quiere decir que es el departamento que está generando riqueza, entonces tenemos derechos, aunque también tienen derecho los pandinos, los potosinos porque también tienen riquezas y se tienen que repartir y usarlas.

¿Es posible despertar sin que haya alguna lucha?
Las luchas son con ideas, de sentarse y decirse la verdad unos con otros. Por ejemplo, las inversiones en este país están mal hechas. No puede ser posible que se construya una planta de urea y amoníaco en Bulo Bulo, donde no hay gas. Para que se pueda producir hubo necesidad de construir un ducto desde Incahuasi a Chapare, pero la planta no entra en funcionamiento porque por cada tonelada que se venda de urea o amoníaco se pierden $us 100.