En su versión más sexi, modeló para su marca de lencería que lanzará la semana que viene. Se casa a fines de este año, alista el show Sin chichis no hay paraíso y responde con dardos sinceramente ácidos

El Deber logo
7 de enero de 2018, 4:00 AM
7 de enero de 2018, 4:00 AM

Tiene lo que popularmente se conoce como ‘cara de mala’; sin embargo, su trabajo es lograr que la gente ría, y lo ha hecho muy bien por 17 años, con su socia Patricia Ovando, desde las Malditas Infieles. Alejandra Áñez Montaño (35) juega con el humor femenino a costa de los hombres, pero se descarta de la lista feminista; es mamá soltera de Jhair (15) y de los gemelos Franco y Leonardo (7). Este 2018 le promete mucho: lanzará su propia línea de lencería, a la que bautizó como Efecto Alejandra, y aunque en sus espectáculos invita a las damas maduritas a buscarse ‘cachorros’, el 31 de diciembre se comprometió con Marco Parada, 20 años mayor que ella.  

¿Cuándo lanzás tu ropa?
La próxima semana haré un open house, aunque mi tienda será virtual, por redes sociales. 

¿Por qué lencería?
Es mi sello, mis diseños, lo que quiero transmitir a la mujer, un concepto de que te querrás como sos, de que trabajés para vos, en vos, no solamente es un tema físico, sino espiritual; que verte bien te lleve adelante, que olvidés las críticas, es lo que yo hago porque soy madre soltera y tengo un espectáculo que se llama las Malditas Infieles, donde les digo a las mujeres que se la hagan a sus maridos, y eso obviamente siempre ha sido criticado.

¿Solo lo decís en broma?
No lo haría, es un guion, una fantasía, un personaje ficticio.

¿La gente no discierne?
No, hay gente pelotuda en la vida que no separa las cosas. Ahora por ejemplo, con la pedida de mano, había comentarios como que yo iba a ponerle cuernos a Marco al ser una maldita infiel. Pobre tipo, digamos, pero por suerte él entiende y disfruta mi trabajo, porque también me ha tocado estar con quienes no quieren mantener relaciones buenas y sanas por estar con celos, por asumir que sos una maldita infiel y no un personaje.

¿Tu humor es feminista?
Es humor femenino, no feminista, porque al final lo que hacemos es reír de nosotras mismas, de la cantidad de boludeces que hacemos por los hombres, de cómo aceptamos comportamientos errados y de cuando despertás y decís ya no más. Entonces es nuestra realidad, las cosas que nadie dice. 

En frío. ¿Es para reír la realidad de las mujeres aquí?
Siempre será para reír, depende de cómo lo mirés. Si yo lo miro para hacer un guion divertido, obviamente le voy a buscar ese lado, pero lo bueno de las Malditas Infieles es que al final te dan ánimo. Terminás sintiéndote poderosa, porque empoderamos a las mujeres desde el show, con que usted puede sola y no se va a morir si no tiene mochila.

¿Cómo es la cruceña?
Hay un cambio sumamente relevante a partir del show.  Cuando empezamos en 2001, los maridos no dejaban salir solas a sus mujeres, no había jueves de ‘frater’ o miércoles de amigas, grupos de zumba o con nombres como Las indomables, Las peligrosas, y para venir al show hacían grupos en los que habían la divorciada, la recién casada, la que no sale sin el marido, la santurrona, la cristiana, hay de todo. Entonces comenzás a tener un espacio exclusivo para vos y ese cambio nos ha llevado a ser mucho más independientes de pensamiento. El hombre siempre ha sido el mismo, el clásico machista que prefiere criticarte antes de preguntarte, el que piensa que porque hablás mal de los hombres sos una infeliz.

¿El humor da plata como para comprar tu propia sede?
Sí, ha sido un golazo. El anteaño pasado y el año pasado han sido muy fuertes, de muchas funciones, sobre todo vendidas. Plata me da hace cinco años, todo lo demás ha sido puro sacrificio, entre criar a mis hijos sola. 

¿Qué tan complicado es ser mamá sola?
Yo lo decidí. No sé cuán fácil será con marido, pero sola sí es difícil. No estaba dispuesta a soportar cosas que no eran buenas para nadie, ni para mis hijos ni para mí. Hay dos opciones, o te callás y seguís para que tus hijos tengan un padre, o que no tengan a su padre, pero formando personas de bien, sin peleas, sin infidelidades.

Nunca te casaste. ¿Por qué ahora aceptaste?

Marco es todo lo que pedí. Es emocionalmente estable; siempre dije que necesitaba una persona menos cobarde que yo en la vida, porque así como he sido valiente para unas cosas, soy cobarde para otras. Cuando vienen y te hablan las cosas como son y no solo las dicen, sino las hacen, entonces me rindo. Es un tipazo, tiene mucho amor a mis hijos, es espectacular.

 Es mayor que vos. Es distinto a lo que digo en el show, donde sugiero que se busquen cachorros.    

¿Hay muchas maduras con menores?
Es una tendencia mundial. Acá pasa mucho, pero nadie lo dice; las mujeres se casan jóvenes con alguien que les da status, pero se pudre eso y, ya separadas o divorciadas, con hijos grandes, conocen gente menor que les da el cariño que el matrimonio no les dio; la mujer siempre se rinde ante eso y ese es el trabajo de los cachorros. En el gym se escuchan charlas espectaculares sobre las que están saliendo con un instructor mucho menor. Hay quienes se sienten orgullosas de haber vencido al matrimonio como si hubieran ganado la guerra a una enfermedad.

¿Machismo y feminismo?
Estupidez.

¿Marco?

Una belleza.

Tenés cara de brava.
Ahora mismo tengo un monólogo de las mujeres que tenemos esta cara, que caemos mal a todo mundo, porque ser sincera en un país donde estás educado para mentir hace que nos vaya mal. Desde que tengo uso de  razón la gente me dice mier... que sos mala, sin conocerme.

Tags