Este pequeño pueblo que recibe a diario a un numeroso grupo de turistas está viviendo ahora una auténtica fiesta de la que Vanitatis ha sido testigo directo

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16 de mayo de 2018, 17:11 PM
16 de mayo de 2018, 17:11 PM

La cuenta atrás empezó. Faltan solo horas para la boda del año y todos los ojos están puestos en Windsor, un pueblo que se encuentra a media hora (sin tráfico y con escolta real) del palacio de Buckingham. Es precisamente aquí donde la reina Isabel vive a tiempo parcial de jueves a martes. El lugar donde pasó su niñez y se refugió durante la segunda Guerra Mundial; donde recibió a los Reyes eméritos en 1986 en visita de Estado; y el escenario que ahora acogerá el enlace del príncipe Harry y Meghan Markle.

Windsor siempre ha tenido fuertes vínculos con la familia real británica, de hecho después de la primera Guerra Mundial cambiaron su apellido -por aquel entonces Saxe Coburgo Gotha- por el nombre de este pueblo. Tanto Guillermo como Harry se educaron en Eton College, que queda a escasos 10 minutos a pie del castillo, lo que les permitía en su momento ir algún domingo que otro a tomar el té con su “granny” cuando estaban internados ahí.

Este pequeño pueblo que recibe a un numeroso grupo de turistas al día ansiosos de conocer la segunda residencia de Isabel II está viviendo ahora una auténtica fiesta. Te contamos cómo está preparando Windsor la boda real del año.

Los escaparates, llenos de Harry y Meghan

Como ya es habitual, los negocios locales se han volcado con este enlace. Desde tiendas de lencería hasta zapaterías quieren felicitar a las novios en su día especial y lo anuncian en sus escaparates. Las tiendas de souvenirs, que están viviendo su agosto, también tienen a Harry y Meghan en primera fila y ofrecen una verdadera colección de artículos: tazas, caretas de los novios, paños de cocina, posavasos, imanes, cajas de té, e incluso los mismísimos Harry y Meghan, eso sí, hechos de cartón en tamaño real.

Seguridad como en un aeropuerto

Windsor cuenta con 30.000 habitantes y recibe unos 10.000 turistas a diario. Sin embargo, se esperan hasta 100.000 visitantes para el 19 de mayo. El ayuntamiento ha habilitado 6.000 plazas de aparcamiento extras. Los servicios de tren también se doblarán para acomodar a toda la gente que quiera ser participe de la boda.Todos ellos serán sometidos a los más rígidos controles para poder entrar en el recinto nupcial, que se encuentra totalmente vallado. Se instalarán scanners como los que vemos en los aeropuertos y los bolsos y mochilas serán rigurosamente chequeados por la Policía.

Carruajes para imitar a los novios

A una semana de la boda, las calles están llenas de turistas que se pasean en carruajes siguiendo la misma ruta que harán los recién casados tras darse el 'sí, quiero'. Ya se ha comunicado que un gran número de calles permanecerán cerradas desde día 17 hasta después de la boda. La grúa se llevará cualquier coche que siga aparcado dentro de esas fechas.

Un récord Guiness

Busy Buttons, una compañía basada en Windsor que ofrece clases de diseño para niños, tiene preparada una tarjeta de felicitación. Harry y Meghan quieren que sea la tarjeta de boda más larga del mundo. Se han instalado en pleno centro de Windsor para amasar el máximo número de firmas con la intención de poder regalarales la postal a los recién casados y, de paso, entrar en el libro Guiness de los récords.

Más de 162 millones de espectadores

Se esperan que más de 162 millones de espectadores de alrededor del mundo vean la boda a través de la televisión y por eso están construyendo en Long Walk, en pleno centro de Windsor, unos estudios temporales para la prensa extranjera para que puedan emitir en directo. Se espera, en particular, una audiencia estadounidense más abultada de lo normal, ya que ese día será una chica californiana la que se convertirá en Su Alteza Real, como si de una película se tratase.