Luchadora. Bailarina y modelo. Sabrina Sempertegui sufrió bullying y dos veces tomó decisiones drásticas. La danza le ayudó a salir adelante

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30 de julio de 2019, 4:00 AM
30 de julio de 2019, 4:00 AM

¡Fea! ¡Nadie te va a querer! Esas palabras retumbaban en la cabeza de Sabrina Sempertegui Jemio. Eso sucedió a sus 12 años. Era producto del bullying y el acoso de algunos de sus maestros en el colegio. En dos oportunidades la modelo y bailarina paceña llegó al límite y quiso terminar con su vida. “No entendía por qué me pasaba eso”, recuerda.

Ahora Sabrina tiene 20 años y aún le afecta traer a la mente esos recuerdos. Pero quiere que su historia sirva para que otras niñas y adolescentes no callen como ella lo hizo durante mucho tiempo. “Quiero que las personas que están pasando por esto se entreguen a Dios y piensen en un mañana”, expresa. Y agrega que mantenerse enfocada en la danza le sirvió como terapia para superar esos momentos.

El bullying

Nació el 7 de diciembre de 1998 en La Paz. Su papá es orureño y su mamá, potosina. Cuando tenía tres años ella y su hermana Evelín (17) se quedaron al cuidado de su mamá, porque su papá se fue a EEUU para buscar una mejor calidad de vida para su familia.

También a sus apenas tres primaveras empezó a practicar ballet clásico. Con el paso del tiempo se hizo toda una experta y participaba de todos los actos escolares; le gustaba sobresalir. Pero, cuando llegó a sus 12 años, comenzó el infierno alentado por sus compañeros de las aulas.

“No les caía muy bien por ser diferente. No tenía amigos. Entraba al baño y me jalaban el uniforme hasta romperlo, y me tiraban mis cuadernos”, cuenta.

Su mamá la cambió cinco veces de colegio. En el trayecto de esta pesadilla se topó con algo más fuerte: el acoso de algunos profesores. “Me callaba para no frustrar a mi mamá, porque ella era sola”, señala.

A sus 15, justo cuando el bullying mutó, perdió a su abuelito y ahí sintió que la vida no tenía sentido e intentó suicidarse. El bullying continuó hasta sus 17. Un día fue agredida por su compañero, se defendió y lo denunció en la Dirección, pero terminó expulsada. “Me sentía tan mal y quise quitarme la vida de nuevo”.

La danza y el modelaje

“Ahora hay varias personas que me dicen: ‘Vos siempre estás feliz, en todo te va bien’, pero no se imaginan todo lo que pasé y lo que hice para sanar”, relata. Una de esas cosas fue entregar su vida al baile. “La danza me salvó la vida en varias ocasiones que me sentía sola. Bailar me desahogaba”, dice. Y completa: “Hasta ahora no encuentro una tranquilidad única como bailar y bailar”.

Sabe danza árabe, pole dance, salsa, bachata acrobática y danza folclórica. Ha representado al país en Colombia, Perú y Panamá, además es parte del ballet folclórico de La Paz. El modelaje también fue una terapia para esos duros momentos y le ayudó a devolverle esa “seguridad que había perdido”.

A sus 17 años fue reina Teen La Paz y princesa Teen Bolivia. Este año ganó la corona de reina del Carnaval de la sede de Gobierno. Actualmente estudia Comunicación Social y confiesa que no tiene proyectos a largo plazo. “No soy una persona que planea, sino que quiero ser feliz y disfrutar a cada momento”, finaliza y se pierde en esa luz donde ella y la danza son uno solo.

Multifacética. Este año fue elegida reina del Carnaval de la ‘ciudad maravilla’. En la foto con el vestuario de chola paceña para el aniversario de La Paz