El publicista de modas Carlos Hugo Valdés comenta la primera noche del Bolivia Moda. Un punto de vista valioso 

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9 de mayo de 2019, 14:54 PM
9 de mayo de 2019, 14:54 PM

El escenario del BoMo se transformó en una imponente fortaleza de metal en memoria de los  invulnerables cimientos establecidos en sus 15 años. El monumental escenario estuvo intervenido por monumentales anillos flotantes, que hablaban del devenir infinito de la imaginación y creatividad, que en su primera noche fue pintada en prolífera policromía de intensos tonos, por las propuestas de los diseñadores que auguran el invierno más entusiasta, colorido y brillante de la historia. Y nos preguntamos: ¿Quién hizo mi ropa? Y ¿en qué condiciones?

Con el afán de dar respuestas a esta inquisidora pregunta, la fría atmósfera escenificada por las industriales murallas del mágico refugio pospostapocalíptico del BoMo advirtieron las devastadoras consecuencias si se obvia el mensaje lanzado por Liliana Castellanos “de compromiso de la moda con el ecosistema y la equidad laboral”. Este estuvo presente en su colección Ética, teñida con vivos y profundos tonos de tintes orgánicos, en nobles materiales renovables como la baby alpaca, usada en sus memorables mantas que envolvían a damas eco-cosmopolitas, que al suave y agraciado vaivén de sus esplendorosas polleras susurraban "Etical is the new black" y coreaban que el “slow fashion con impacto positivo”, al cual siempre ha sido fiel la marca, llegó para quedarse. 

El estallido de colores se intensificó con vibrantes tonos en una mágica sinfonía donde dialogaban los emblemas más sofisticados de dos décadas; las fluidas y libres maxifaldas plisadas y estampas geométricas de los 70. Los lujosos estampados tipo pañuelos de seda y las poderosas hombreras de los 80, propuesta de la casa Schütt & Schütt, que venía a decirnos con su colección denominada: "Donde tú quieras" que "más es más" y "nada es demasiado" otorgándole un arriesgado giro ecléctico y maximalista de 360 grados a la marca, pero sin renunciar al gen más importante de su ADN: la elegancia.

Pero el maximalismo y eclecticismo se elevó más con el Espíritu de Ramona, una colección de los Hijos de Ramón que apeló al toque exclusivo, relajado e inspirador del movimiento indie (independiente), que apuesta por la plena libertad de alejarse de la moda (mainstream), interpretado por este dueto a través de la mezcla de trabajos artesanales y brillos.

Pero si de brillos se trata… María René Antelo nos mostró su lado más glam exhortando a la mujer a resplandecer sin miedo, encandilando con paso audaz, empoderado y festivo, dejando una inolvidable estela de Shine, nombre de su colección cuajada de lentejuelas, gritel y armada con poderosas hombreras que hacen gala del "I' am" distintivo de este BoMo otoño-invierno 2019.

Sobre el autor

Carlos Hugo Valdés nació en Santa Cruz de la Sierra hace 52 años. Estudió Comunicación Social y tiene una maestría en Marketing. Se dedica a la publicidad y producción de campañas de moda desde 1996. Es apasionado con la expresión cotidiana de nuestro rico mundo interior y el momento vivido; y obsesionado con erigir matrimonios perpetuos entre marcas de moda & fashion-lovers.