Brillos, colas, estampados y corbatas en el bailongo del colegio Alemán

Movía la michi de aquí para allá hasta que logró fijarla bien en el medio de la camisa. Después, Rudolf Schmitz le gritó a su mamá: “¡Estoy listo!”. Noelia Kempff se envolvía en un vestido de ensueño que la hacía ver como una princesa de esas que solo existen en los cuentos de hadas. Antonella Birhuett se miró al espejo y su traje drapeado en rojo intenso le quedaba como anillo al dedo...

Todos ellos completaron el cuadro de 90 jóvenes que se graduaron del colegio Alemán y se fueron a celebrar -como debe ser- al hotel Los Tajibos. Allí Quito Velasco desparramó su hechizo con su decoración y unas 2.000 personas abarrotaron el salón Exhibición.

Las chicas lucieron sus mejore galas con vestidos que llevaron brillos, estampados, cortes en los hombros, escotes y las infaltables colas. Los chicos se vieron guapísimos gracias a la corbata y al peinado de moda.

Después del desfile, los abrazos, las selfis y los nervios, la música tronó a cargo de Poker. En cuestión de segundos la pista quedó repleta y al son de los grandes éxitos todos se movieron hasta la madrugada. La cena estuvo exquisita y el momento especial llegó cuando todos entonaron sus canciones favoritas.