Lleva 19 años en la pantalla chica y va por más; en marzo será el copresentador de la franquicia internacional Factor X, con Ximena Zalzer

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31 de diciembre de 2017, 4:00 AM
31 de diciembre de 2017, 4:00 AM

Aparece mucho en los realities de la Red Uno y muy poco en los escándalos de las constelaciones estelares locales.

Nació en Argentina, llegó con su familia a Bolivia a los 11 años, quedó huérfano seis meses después y trabajó a los 12 vendiendo libros. Estuvo en Chaplin y lleva 19 años en la TV, cinco de ellos en la Red Uno. Ya fue confirmado como copresentador de la franquicia internacional Factor X junto con Ximena Zalzer y, mientras espera el arranque en marzo, disfruta la vida familiar con su esposa, Érika Landívar; y sus hijos, Santino (3) y Valentina (1 año y cuatro meses). 

Siempre logró una prudente distancia entre trabajo y vida privada; sin embargo, los tiempos cambian, tanto que rompieron sus esquemas mentales y lo empujaron a mostrar abdominales y a someterse a la era de las redes sociales. Y así, Carlos Rodrigo Rocabado Dalvia (36), uno de los conductores de TV mejor pagados del entretenimiento, quiere replantear su relación con el público, que lo ha visto convertirse en hombre.

¿Te estás reinventando?
Me reinvento constantemente como persona. Publicar fotos en mi página es todo un desafío y sigo todavía peleando con eso porque no soy de los que sube fotos diciendo: “Aquí comiendo majadito”, “aquí comprando ropa”, etc. Me cuesta demasiado, pero también entendí que a veces la gente lo espera y lo reclama; el mundo es así ahora, por más que a mí no me guste, o por más que yo no quiera, tengo que aprender a hacerlo, sintiéndome cómodo. 

 ¿La TV lo exige?
Mi trabajo es ser una imagen y eso conlleva ser imagen física, espiritual, un modelo a seguir, porque de algún modo tengo influencia sobre la gente. Entonces, si no cuido mi físico, mi salud mental, ¿qué  puedo ofrecer?

¿Alguien te lo sugirió?
No, si alguien me lo hubiera sugerido, tal vez no lo habría hecho; lo hice como un reto a mí mismo.

 ¿Por qué el dilema?¿Privacidad o timidez? 
No sé si soy tan importante como para estar mostrando esas cosas, me da vergüenza sacar una foto… por eso trato de que cada participación en las redes sea importante para mí, real, por eso normalmente mis participaciones tienen que ser de lo que amo, como mis hijos, mi familia, porque la gente también disfruta conmigo y agradece que  comparta. Me da un poquito de pudor poner cosas como que me compré una nueva camisa.

¿Mostrar a tu familia no es exponer lo más íntimo?
Es que mi vida no tiene nada de íntima y sagrada. He crecido aquí, en la exposición, en los medios y, honestamente, sentir el cariño de la gente que me escribe, diciéndome: “Por Dios, qué hermosa tu familia”, etc., creo que me quita cualquier incomodidad.

¿No hay comentarios negativos?
Siempre existe gente que se desahoga a través del Facebook 

¿Cómo administrás eso?
La verdad es que no me afecta. Al principio sí, cuando no tenía mucha experiencia en redes. En mi fan page, mis seguidores son realmente seguidores.

¿Más ‘lovers’ que ‘haters’?
Sí, son bien orgánicos porque como yo no tenía mucha actividad en redes, la gente iba y me buscaba. La comunidad que tengo en mi fan page es rica porque es muy positiva. Yo nunca pagué por tener likes, no me interesan los likes, sino compartir.

¿Por qué Rocabado ocupa un lugar importante en la TV si ha sido retraído en las redes sociales? Hay quienes dicen que sos ‘alzado’.
Me encanta la pregunta y puedo decir que me afecta eso porque no es verdad. Por la forma de trabajar que he adoptado con los años, se genera una distancia dentro de un canal de TV, y eso es lo que hace que yo tenga la familia que tengo, y que cumpla con lo que tengo que cumplir. No ando metido en chismeríos, soy un profesional a la hora de trabajar. Llego y me focalizo, y esa distancia hace que la gente diga: “Este tipo es recontra alzado”, “por qué no se queda a charlar” o “por qué no va a la chupa”. No es que sea alzado, más bien me considero una persona superrespetuosa y enfocada 100% en mi trabajo. A los medios los atiendo, nunca he tenido problema; lo que no me gusta es figuretear, es una pérdida de energía y de tiempo, es no dar al público lo que merece. No soy un figureti y no trato de estar en todos los eventos ni en todas las fotos; cada vez que aparezca para algo, que sea realmente un aporte.

¿No respondés chismes para no alimentarlos?
Todo lo que no tiene sentido lo desecho como un par de zapatos que lastiman. No puedo decir que no me afecta, una vez le pregunte a Mayté Flores, dijo que no le afectaba, y a ella sí le creo. Me da pena que cualquiera diga lo que sea y dañe a otra persona, por más que sea mentira, ya queda instalado algo.

Tu mamá trabajó en la TV muchos años, ¿sos un privilegiado de la pantalla chica?
También me lo pregunto; mi hermano está en TV hace diez años. 
Pero no brilla como vos.

Los dueños de los canales y los productores son empresarios que deben ser muy inteligentes al elegir a una imagen y no ponen el dedo al viento para decidir quién les gusta más. Hay un trabajo serio de encuestas, y por eso el capital más grande que tengo es mi  carrera. Van a ser 19 años que estoy en la TV nacional, de lunes a viernes, haciendo los mejores programas.

 Se sabe que Carlos Rocabado no es un conductor barato.

Sí, pero la vida se mueve así. 

¿Lo vale?
Por supuesto, el año que yo deje de valorarme… empecé ganando 150 dólares, y cada vez me planteaba objetivos de ir subiendo.  Es difícil ponerse precio a uno mismo, pero hay que aprender a negociar la propia imagen y soy experto en eso, en negocios, vendo desde mis 12 años. Nadie mejor que yo puede vender este producto.

¿Qué tan caro es Carlos?
El más caro.

¿Qué son tus esquemas mentales?
Mi debilidad.

Te movés en un determinado ámbito social y en el set estás en medio de mechoneadas. ¿No te incomoda?
Es parte de romper las estructuras y aprender cosas nuevas. A veces los programas con mayor audiencia tienen este tipo de condimentos y situaciones que, al menos en toda mi carrera, son contadas.

Tenés una vida familiar muy tranquila, a diferencia de otros.

No solo elegí a la mujer más maravillosa del mundo, sino que trabajamos para construir algo. No creo en el amor como la palabra comercial, es algo que se trabaja con objetivos, cediendo; hacemos un trabajo muy bonito y, disfrutar los resultados de eso, nos motiva. La felicidad es el mientras tanto; al despertar y también al acostarnos, agradecemos, y eso  enseñamos a nuestros hijos todo el tiempo. A través de la queja uno alimenta la pobreza, nosotros agradecemos. Estoy feliz.

Suena a vida perfecta.
No creo en la perfección, tengo un montón de aristas que limar, pero me encanta la incertidumbre, no saber lo que pasará mañana, la aventura de los negocios, la adrenalina del escenario y el mundo que me falta descubrir.

 

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