Clásica a morir, no concibe la vida sin el maquillaje

Pomposa nunca, elegante siempre.  Su rostro fino y el timbre apaciguador de su voz combinan a la perfección con su estilo de vestir, al que ella cataloga como clásico. 

Helga Fleig (37) es la discreción andando. El oficio como estilista y su presencia en eventos del sector la empujan a recurrir bastante a las camisas negras y blancas, el ‘must have’ de su armario.

Casada desde hace cuatro años con Luis Javier Vicente, es madre de Inés Menacho, de 14. Estudió Cosmetología en Nueva York (EEUU), hace 17 años que arrancó como emprendedora, montando el salón de belleza que lleva su nombre.

Actualmente es miembro de Intercoiffure Mundial, una gran asociación internacional de maestros peluqueros, con casa matriz en París, y con mucho orgullo dice que es la presidenta de Intercoiffure Bolivia. A eso suma otro logro a su currículum, hace muy poco Wella la nombró embajadora de la marca para Latinoamérica junto a varios artistas de la belleza, gracias a su expansión en redes sociales, con 70.000 seguidores de sus tips en cuanto a corte, color y estilizado.

Debido a su formación y trayectoria, no concibe un look sin imaginar de forma simultánea el maquillaje a combinar en cada salida.
A pesar de ser clásica autoconfesa, se declara monitoreadora de la moda y por eso de vez en cuando rompe sus propios esquemas con accesorios actuales. Debido a su ocupación, que le exige trabajar con las manos, evita los grandes brazaletes.

El rubio la acompaña desde hace muchos años y, al tener peluquería propia, siempre está impecable. Predica con el ejemplo.