Se alista para volar. El músico boliviano se reunió con empresarios en el marco de los Grammy Latinos. Firmó con colombianos y rumanos para que se encarguen de su nuevo CD. Irá a los Billboard

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25 de noviembre de 2017, 4:00 AM
25 de noviembre de 2017, 4:00 AM

El miedo lo embargó. Y no quería abandonar su cuerpo. La invitación, el pasaporte y la visa estaban siendo apretados por sus manos, producto de su nerviosismo... Dos días antes de emprender vuelo al país del norte, Fernando Rivero Góngora le dijo a su mánager que había decidido dejarlo todo. Sí, estaba asustado. Pensaba que nadie se interesaría en él, allí en la monstruosa atmósfera de los Grammy Latinos. Pensaba que un boliviano jamás sería más grande que un colombiano o un puertorriqueño. Pero se equivocó.

Leonardo Monroy, el colombiano que lo representa en EEUU, le jaló las orejas y le pidió que deje de pensar tonterías. Y así ambos se fueron a Las Vegas. Después de eso, el joven músico se armó de valor y caminó con la frente en alto. Llegaron al aeropuerto de la ‘ciudad del pecado’ y sucedió algo extraño. El escáner revisó a ‘Leo’ y al instante se prendió una alarma que lo obligó a sacar todas sus cosas para la inspección. Pero cuando la máquina revisó a Fernando, esta lo aprobó sin ningún problema. Eso, para el boliviano, fue una señal de que las cosas le iban a salir bien, así como cuando fue a La Paz y recibió la visa por 10 años para EEUU. 

Dentro de la magia
Se alojó en el MGM Grand Las Vegas, el mismo hotel donde estaban las grandes estrellas. Y, una noche antes de la alfombra roja de los Grammy Latinos, se encomendó a Dios. Eso es lo que hace siempre. Es devoto. Cree que todo lo que consigue es gracias a una fuerza superior. 

Se puso el traje azul de un botón, le hizo el nudo a la corbata y no se sacó los aros que su esposa le regaló hace tiempo. Sus zapatos, bien lustrados, pisaron la larga alfombra roja y caminó. Pronto se codeó con todos aquellos famosos que estaban nominados a los gramófonos. Él no lo estaba, pero meses antes había recibido una invitación y ese papel le permitía estar ahí.

Pero no solo fue eso. También, por correo electrónico, le comunicaron que estaba siendo nombrado miembro de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación, que organiza los Grammy Latinos. Eso lo convierte en el tercer boliviano integrante de esta firma, los otros dos son Vladimir Suárez y Eddy Navia. ¿Qué más faltaba? Moverse.

Se abrieron las puertas

En la ‘red carpet’ se tomó muchas selfis, que posteó en sus redes sociales, pero antes y después de ese día asistió a todas las fiestas paralelas a la premiación. Fue a todas las que pudo. Y conversó con cantantes de la talla de J Balvin, uno de los hijos más queridos de la región. Se sorprendió por la calidad de persona que resultó ser el creador de Mi gente y ahora, para Código Fher (su nombre artístico), este artista es toda una referencia musical. 

Así siguió su travesía. Y se reunió con grandes productores musicales hasta que logró firmar con un grupo compuesto por colombianos y rumanos para la elaboración de un disco especial. El material comenzará a realizarse desde 2018 y para eso Fher tendrá que viajar a Los Ángeles, Miami y Nueva York, con la posibilidad de llegar a Bucarest, la capital de Rumania. Podrá grabar y filmar los videos. Aún no sabe el nombre que le pondrá a la placa, pero adelanta que tendrá mucha fusión entre cumbia y música urbana. Eso es una recomendación que le hicieron en EEUU.

Después de sus 10 días en Las Vegas, llegó a Bolivia directo a trabajar  y ha ido componiendo canciones. No para. Quiere que sea del gusto de sus nuevos productores y sueña en grande. Sabe que con ese CD podrá promocionarse en el país de Donald Trump y en otros de las Américas. Paralelamente está trabajando en su cuarto CD, Entre amigos. Lo lanzará en 2018 y tendrá 10 canciones, con muchas colaboraciones. 
Sonríe. Ahora tiene 27 años, pero recuerda que cuando tenía 12 daba sus pininos en los escenarios. Dejó su natal Riberalta para quedarse en Santa Cruz. Pronto dejará Bolivia para viajar a las grandes urbes estadounidenses. Cuando estaba por el lobby del hotel se topó cara a cara con la directora de los Billboard Latinos, Leila Cobo. Y esta lo invitó para que asistiera a la premiación en 2018. No cree ser una estrella. “Las estrellas están en el cielo”, dice. Y claro que quiere un Grammy. Será pronto, se repite a sí mismo. Sí, muy pronto.

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