Desirée Durán, presentadora de El Mañanero (Red Uno), fue la invitada al cierre de un congreso en la iglesia Casa de Oración. Allí abrió su corazón y confesó que por muchos años sufrió depresión. 

La fama, el dinero y los lujos nunca llenaron el vacío que sentía Desirée. Ella lloraba todo el tiempo y siempre reclamaba por todo lo que le pasaba. A esto se sumó un embarazo de una pareja que no era divorciada. "Todos comentaban sobre eso", dijo.

Cuando Desirée pensó en abortar a su hijo más pequeño conoció a Efraín. Él le reveló que tenía que tomar en cuenta que su decisión iba a ser para peor y Dios no la iba a rescatar de allí. 

Luego de un año de haber asistido a la iglesia sintió un cambio en ella. Pidió perdón, renunció a muchas cosas en su vida y dejó entrar a Dios en su corazón. "Aprendí a depender de él. Cuando me quedé sin trabajo, me dio todo", agregó Durán. 

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