Su energía latina la llevó por toda Bolivia y traspasó fronteras. En una década de trabajo se ganó un espacio privilegiado como DJ, productora y ‘event manager’ en el país y el extranjero

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2 de diciembre de 2022, 21:01 PM
2 de diciembre de 2022, 21:01 PM

Exitosa, hermosa y, encima, DJ y productora. Ella es la paceña Yohana Henry Blacut (31), conocida como Nina Schatz en la escena ‘underground’ y una de las primeras mujeres en tomar el control de las mejores fiestas electrónicas de Bolivia.

En una década, su energía latina hizo vibrar los nueve departamentos y viajó por Argentina, Perú, Colombia, Chile, México, Panamá y Reino Unido. También suena en Spotify y otras plataformas digitales con más de 30 producciones grabadas con sellos independientes de países de Asia, Europa y América. Ella nos cuenta su historia.

¿Cómo empieza tu historia con la música?
Se inicia en 1996, cuando di mis primeros pasos en la danza clásica y me formé como bailarina por una década. Ese fue mi contacto directo con la música al principio, hasta que a los 21 años me reencontré con los escenarios desde otra posición.

¿Cuál fue tu escuela?

Unos amigos me guiaron, mostrándome las primeras cosas sobre ‘djing’, y luego conocí a DJ Mero Mero, que me introdujo de manera oficial al mercado y a la escena electrónica.

¿Qué implica ser DJ?
Es una combinación de arte, técnica y dedicación. Debes tener oído musical, gusto y, sobre todo, entendimiento de la gente, el lugar y el momento en que se ejerce la mezcla.

¿Cuál es tu estilo?
Mi estilo se guía por las melodías y cadencias de distintos sonidos musicales; me gusta la energía latina, las percusiones y los movimientos tribales, pero también los sonidos con progresiones melódicas y atmosféricas.

¿Qué te inspira?
Diferentes momentos de la vida y experiencias, así como también la música de artistas que sigo.

¿A quiénes seguís?
Antes de ir a fiestas electrónicas ya seguía al dúo francés Daft Punk, y en mi etapa más adulta, al trío británico Above & Beyond, que hasta hoy es mi mayor inspiración musical.

¿Cuál es la alegría más grande que te dio la música?
Es difícil mencionar una sola, porque me dio la posibilidad de conocer todo mi país, viajar por el mundo y vivir de este maravilloso arte. Así que lo más hermoso de esta aventura es llevar un estilo de vida lleno de experiencias únicas.

Ser mujer en este mercado, ¿ventaja o desventaja?
Es un poco de los dos. Al principio fue desafiante ingresar a un medio
dominado por varones, muchas veces recibí comentarios de “por
ser chica tienes ventajas”, pero, con el tiempo, logré validarme y
ganar un lugar en esta escena.


¿Cómo está la movida electrónica tras la pandemia?
La primera etapa pospandemia fue difícil, pero, después de recuperarnos en esos meses, la gente tiene más participación y ganas de apoyar la movida. Creo que en todo caso nos hicimos más fuertes.

¿Cómo ‘leés’ y conectás con el público en un evento?
La energía que emanas es la fuente más grande de comunicación y el conducto es la música. Por ende, transmito esa energía y amor, y la gente lo recibe de gran manera.

¿Qué caracteriza al público boliviano?
Es muy variado y diferente en cada ciudad. Siempre recibo amor
en distintas expresiones.

¿Y al cruceño?
El cruceño es apasionado y entregado. Santa Cruz de la Sierra es una de mis ciudades favoritas y lo que recibo es realmente único.

¿Con qué soñás, en lo artístico y lo personal?
En la música, crecer con proyección intercontinental y hacer carrera en Europa o Asia; y, en lo personal, seguir disfrutando y viviendo de mi
pasión, creando nuevas experiencias y dejando un impacto positivo
en las personas que me rodean.

¿Te ves en Tomorrowland o el Ultra?
Definitivamente me gustaría ser parte de alguno de esos festivales.