Gabriela Justiniano Abella, (27) la joven que compartió su batalla contra el cáncer en las redes sociales, reaparece para anunciar que está sana. Quiere tener un hijo y ayudar a pacientes con este mal

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15 de agosto de 2018, 4:00 AM
15 de agosto de 2018, 4:00 AM

Han pasado dos años desde aquel terrible día en el que sintió que se derrumbaba su vida y con ella todos sus planes personales y profesionales. Gabriela Justiniano Abella, aquella joven que se hizo conocida por hacer pública su lucha contra el cáncer en Facebook, a través de la página Soy Gabriela, logró superar su enfermedad y hoy se presenta como una mujer invencible, que quiere ser una inspiración para las personas que enfrentan este diagnóstico.

Ya no lleva la pañoleta en la cabeza, ese símbolo de su lucha y fortaleza cuando se enfrentaba a los efectos secundarios más visibles de la quimioterapia. Hoy luce una saludable melena y abundantes pestañas y cejas, el marco perfecto para una enorme sonrisa que delata su felicidad. Y cómo no estarlo si volvió a nacer y hoy tiene una nueva oportunidad en la vida para ser una profesional exitosa y, si Dios lo quiere, una mamá.

El horror

Todo empezó en 2016, cuando, mientras se duchaba, descubrió una pequeña prominencia en uno de sus senos. Se asustó mucho, le contó a su madre y a sus amigas que, no lograron, afortunadamente, tranquilizarla. Necesitaba despejar sus dudas, estaba aterrada, y buscó ayuda profesional.

Luego de chequeos médicos y múltiples estudios, llegó esa terrible noticia de la que sospechaba, pero que pedía con todas sus fuerzas no escuchar: padecía un cáncer agresivo y de rápido avance en el seno derecho.

No aceptó ese diagnóstico y buscó una segunda opinión, pero el resultado fue más desolador, los pacientes con este diagnóstico tienen una esperanza de vida de seis meses.

Estaba en shock, su familia entera entró en shock. Fue entonces cuando sintió que todo se vino abajo y que su vida se acababa.

“El médico me dijo que tenía dos opciones: no hacer nada y morirme o morir luchando. Yo elegí la segunda, pero gracias a Dios estoy viva”, expresa.

Guerrera

Cuenta que le realizaron 18 quimioterapias, cuando en casos similares lo normal son entre cuatro y seis sesiones. En este trance se le cayeron el cabello, las cejas y pestañas. Llegó a sentirse tan mal que decidió tirar todos los espejos de su casa.

Recuerda que no se veía como una mujer y hasta se preguntó si no era mejor morir. Pero fue una crisis pasajera, pronto reaccionó, decidió encontrar el propósito a lo que le estaba pasando y ese fue contar su historia en Facebook, donde creó una página que bautizó bajo el nombre Soy Gabriela, para mostrar las etapas de la enfermedad, el tratamiento e inspirar a otros a vencer cualquier adversidad. Pronto la seguían más de 6.000 personas, que la alentaban y hasta le mandaban consejos.

Se mantuvo activa mientras tuvo fuerzas, pero en noviembre del año pasado, después de su última quimioterapia decidió poner en pausa sus publicaciones, pues quería recuperarse y asegurarse de que estaba sana para darle la noticia a los internautas.

Así, hace unos días, los seguidores de Soy Gabriela se enteraron de que estaba limpia del cáncer.

Hoy solo debe realizarse chequeos rutinarios cada tres meses, pero eso es lo de menos, se siente una mujer invencible.

Cree que el mejor remedio para la enfermedad fue una mezcla de esperanza, positivismo y nunca darse por vencida. “Fueron días de mucha tristeza, de malas noticias, de miedo, pero nunca dejé de sonreír. El cáncer es como un monstruo que se alimenta de las energías negativas y del dolor que sienten las personas que lo padecen, quien se da por vencido pierde”, manifiesta.

Dice que, lamentablemente, en nuestro país, los recursos económicos juegan un rol muy importante para que las personas con cáncer vivan o mueran. “Mucha gente quiere luchar, pero a veces el dinero no alcanza para llegar a la meta”, asegura la joven que gastó más de $us 100.000 en recuperar su salud, monto que logró reunir sacrificando sus ahorros y vendiendo su auto y una casa de su familia, y, además, con donaciones que realizaron personas que solo conocían su historia, no así a la protagonista.

Un mensaje de esperanza

Gabriela seguirá activa en las redes, quiere llegar a las mujeres y hombres que enfrentan situaciones similares y que quizás no ven una salida al mal.

“A esas personas que se sienten desesperanzadas, quiero decirles que el cáncer no es una sentencia de muerte, es una sentencia de vida, porque te ayuda y te empuja a luchar y a no darte por vencido”, les transmite.

Actualmente trabaja como operadora de turismo en una agencia de viajes y en sus tiempos libres se dedica a dar charlas motivacionales a pacientes con cáncer que le piden ayuda a través de su página. “Quisiera sumarme a algún voluntariado para llegar a más personas que necesitan apoyo y trabajar ante todo en la prevención”. Pero tiene un sueño más grande, ahora quiere ser mamá. “Después del cáncer hay una nueva vida, yo quiero comprobarlo”, complementa.