Sociales
SANTA CRUZ
Ellos agradecen a la tierra que los acogió: "El ‘camba’ nace donde quiere"
Bolivianos y extranjeros coinciden al afirmar que Santa Cruz es una tierra de oportunidades y como tal la tratan
Más camba que la yuca, reza un dicho popular que comparten bolivianos y extranjeros que no nacieron, pero viven hace años en Santa Cruz. La calidez de la gente, la hospitalidad, la alegría e incluso sus tradiciones y costumbres son parte del ‘combo’ característico que enamora a los visitantes. A ello se suma, su potencial económico que contra todo pronóstico se renueva y proyecta hacia nuevos horizontes.
De acuerdo con una publicación del Instituto Nacional de Estadística, de hace un par de años, Santa Cruz retiene a su población, pues este departamento presenta el menor porcentaje de emigrantes. Es más, remarca que en el último censo se conoció que cerca de medio millón de la población del departamento de Santa Cruz era migrante y en su mayoría llegaban de Chuquisaca, Cochabamba, La Paz y Potosí; sin contar con extranjeros.
Tal es el caso de Valeriano Tusco (paceño), Raúl Ordóñez (chuquisaqueño), María Primitiva Vides (tarijeña), Rocke López (venezolano), Cristian Cabrera (cubano) y Sergio Peñalver (argentino). Seis ciudadanos que se confiesan enamorados de esta tierra, que habitan hace años y por la que trabajan a diario.
María Primitiva Vides
39 de sus 61 años, es lo que vive María Primitiva Vides en Santa Cruz. Tarijeña de nacimiento, pero cruceña de corazón. “Aquí realicé mis estudios, trabajé y también formé mi familia. Con decirle que vivo más aquí que en mi pago queriu”, dijo.
Para la representante de los residentes tarijeños en Santa Cruz, la esencia del cruceño es que fluye “y todo el que ama está tierra se siente camba. Yo puedo decir cómo chapaca y residente, soy camba pero nací en Tarija”.

Según cuenta su historia, vino a esta tierra a estudiar para tener un futuro y mejores días, que es en realidad lo que todos los migrantes buscan. “Pero encontré un departamento de oportunidades, residentes de diferentes regiones y de otros países. Puedo decir que aquí se realiza un sueño de vivir, trabajar y progresar”.
Para esta residente chapaca, “aquí se vive y se trabaja de lo que se quiere realizar, emprendimientos hay para toda clase social. Lo mejor que puedo decir es que la lucha es constante para lograr objetivos; es una ciudad de progreso de valores y también el ejemplo de lucha, para defender sus derechos”, destacó.
En su hablar y a pesar del acento característico de su tierra natal, se puede notar el uso del famoso ‘puej’ y ‘claro’, propios de los cambas.
María Primitiva considera a los cruceños como un pueblo solidario y de mucha fe. “Desde su llegada, se sintió incluida y en familia con cada una de las personas que conocí”, afirma.
Agregó que “un verso hecho ley con picardía, por cada uno de los habitantes y querendones de esta hermosa ciudad de los anillos y que aplica a cabalidad es que la hospitalidad es norma. Sentir la sensación que te esperan con los brazos abiertos es increíble. Por eso, gracias.... Santa Cruz”.
Sergio Peñalver
Sergio Peñalver se considera ‘más camba que la yuca’, ya cruzó el (río) Piraí, vive en este departamento y además aporta con su trabajo a la economía local. Su nacionalidad dice argentina, nacido en Salta, su acento lo delata, pero su corazón y sus ideales están puestos en tierra cruceña.
Llegó hasta la capital cruceña porque su padre lo trajo, para trabajar en el sector agrícola, pero por diversos motivos terminó solo. Así es que, gracias a un amigo, incursionó en la venta de las famosas empanadas tucumanas con una docena de sabores distintos.

“Al inicio costó mucho, dormía sólo cuatro horas al día, pero gracias a la familia, los amigos y la misma gente de aquí, de Santa Cruz, he podido crecer como empresario. Ahora estamos en dos puntos de la ciudad y apuntamos a seguir creciendo”, adelantó Sergio, mientras mira orgulloso el food truck en el que desarrolla su negocio.
Para Sergio, aunque Bolivia y Argentina tienen muchas similitudes, tienen culturas diferentes. “Las dos son buenas, solo diferentes”, aclaró.
Agrega que, para oportunidades, la ciudad de los anillos es la mejor. “Aquí (en Santa Cruz) hay para todos los gustos y estratos. Si te esfuerzas puedes ganar bien, hay empleo, hay ofertas para todos, es cuestión de trazarse metas e ir por ellas sin descanso”, apuntó el emprendedor.
Asimismo, destacó que a pesar del miedo que todo emprendedor tiene, Santa Cruz brinda espacio y oportunidades a todos, en todos los rubros. “Es cuestión de trabajar”, precisó.
Otro aspecto que pondera de los cruceños es la calidez, humildad y amabilidad con la que trata a sus visitantes. “Las fiestas, el Carnaval de los cruceños es único. He tenido la oportunidad de vivirlo de cerca y es increíble la manera en la que celebran con tanta algarabía”, subraya Peñalver.
Valeriano Tusco Choque
Con la frente en alto, la banda bien puesta y firme a cada paso, Valeriano Tusco Choque asegura sentirse orgulloso y agradecido por todas las ‘bendiciones’ recibidas en Santa Cruz. El presidente de los residentes paceños, asegura que el oriente boliviano le dio una familia, profesión, trabajo y la oportunidad de retribuir todo lo recibido.
Tiene cuatro hijos, una linda esposa, es abogado, pero todavía tiene planeado estudiar sociología. “Yo llegué a Santa Cruz a los 17 años de edad, hoy tengo 49 y me considero un camba más, un cruceño”, manifestó.

El presidente de los residentes paceños aclaró que a pesar de sentirse uno más de esta tierra, “siempre les digo a mis paisanos (paceños) respetar el lugar donde estamos, porque para pedir respeto hay que hacerlo primero. Nosotros somos visitantes de esta tierra bendecida y hermosa que me ha dado todo, entonces no tenemos por qué imponer nada”.
En sus palabras, como residentes tienen de todo. “Desde trabajo, familia, progreso, qué más queremos”.
Tusco afirmó que son parte del Comité Cívico pro Santa Cruz, porque la idea es vivir pacíficamente, compartir. “Cuando yo llegué había menos migrantes del interior, en cambio ahora, hay más diversidad cultural, desde ofertas gastronómicas hasta eventos, como las entradas folclóricas, entre otras”, sostuvo.
Según contó el representante de los paceños, el respeto y agradecimiento por esta tierra atraviesa cualquier diferencia geográfica entre departamento, puesto que la calidez y hospitalidad de los cruceños les brinda la seguridad de expresarse libremente. “Porque es increíble el apoyo y hasta ovación que recibimos cuando mostramos nuestra cultura (de La Paz) en la capital cruceña”.
A ello, se suma las oportunidades que el polo del desarrollo económico del país brinda, tanto a propios como a extranjeros. “Nadie puede decir que está mal en Santa Cruz, porque de ser así no estarían aquí”.
Rocke López
Revela haber recorrido varios países y departamentos del país, pero ninguno se compara con Santa Cruz
Rocke López es un venezolano de 34 años de edad, que todos los días agradece por la suerte de haber llegado a Santa Cruz. “Es un país, con gente tan linda, con energía positiva, humilde, sencilla, cordial, amable, que recibe a propios y extranjeros de una manera tan agradable, que dan ganas de quedarse a vivir aquí”, confesó.

En los tres años que lleva viviendo en la capital cruceña ha conocido a mucha gente, según contó, la mayoría solo lo ha ayudado a trabajar y seguir creciendo como profesional y persona. Él es adiestrador canino, entrenador personal, profesor de natación, entre otros oficios que desarrolla de manera permanente.
“La calidad de vida, por lo seguro que me encuentro aquí, el ambiente natural son factores que hacen de esta ciudad un lugar perfecto para vivir. He tenido la oportunidad de conocer otros países, otras regiones dentro de Bolivia, pero ninguna se compara con Santa Cruz”, asegura Rocke.
De acuerdo con la versión de Rocke, este departamento tiene todas las potencialidades para despegar aún más y sostener la economía del país. “Este departamento concentra gran actividad económica, muestra de ello son los emprendimientos pequeños, medianos y grandes que a diario se generan”, apuntó.
Añadió que parte de las características marcadas de los cruceños está su forma de hablar y que la considera como una manera tierna en diminutivo, como cerquinga, ahuringa, ratingo. “Y aunque no he nacido en esta tierra ocupo estos términos y destaco las maravillas que disfruto con mi familia, que aún vive en Venezuela”.
Raúl Ordóñez
Su nombre es Raúl Ordóñez, orgullosamente chuquisaqueño, pero perdidamente enamorado de Santa Cruz. Tiene 50 años, de los cuales 27 vive en la capital cruceña; estudió, formó su hogar y trabaja en esta tierra que vio nacer y crecer a sus cinco hijos. Es profesional en educación especial, abogado y representante de la Federación de Residentes del Interior.
“Como cualquier persona que viene desde el interior del país, llegué con muchas ilusiones, con una mano adelante y la otra atrás. Pero esta tierra, te da toda la energía y opciones para encontrar trabajo. Comencé desempeñándome como docente, me formé como comunicador social, abogado, aprendí a soldar y tantas cosas maravillosas que me ha dado esta tierra y por las que estoy muy agradecido”, resalta Ordóñez.

Como todo buen ‘camba’ nacido en Chuquisaca, sus platillos favoritos son el majadito y el locro. “Las fiestas, el corso, ir a las cabañas, ya son parte de las actividades que practicamos en familia y de las que nos sentimos orgullosos con quienes nos visitan”, apuntó.
Asimismo, destaca las oportunidades y de crecimiento que significa trabajar en Santa Cruz. “Hasta el día de hoy, hay mucha migración de chuquisaqueños a esta tierra, porque allá no se ve el mismo movimiento económico que se nota acá. Un profesional de cualquier área comienza desde cero y crece; y si se esfuerza, se destaca, desarrolla su potencial y ayuda a otros a que hagan lo mismo”, resalta.
Para Ordóñez las diferencias económicas de su departamento con el que lo acogió son abismales, así como lo son sus costumbres, tradiciones y hasta la manera de expresarse.
“Términos como ‘decite voj’, ‘puej’, ‘cortejos’, entre otros, son parte del habla que contagia y que sin la menor intención se replica”, apuntó.
Cristian Cabrera
Su acento lo distingue del resto, pero su trabajo lo hace uno más de los cruceños que aporta a esta tierra. Cristian Cabrera es un joven cubano, de 27 años, de los cuales cinco vive en Santa Cruz, es un emprendedor y pronto será papá.
Llegó desde Cuba directo a la capital cruceña, se desempeñó como empleado en varias empresas hasta que se lesionó y en medio de la pandemia decidió emprender.
“Me lastimé la pierna y desde la cama diseñé, contacté y hasta ejecuté el proyecto de mi pizzería. En realidad, yo tenía la idea de dedicarme a este negocio en Cuba, pero quería que fuera en otro país, lo que no sabía era dónde ni cuándo”, reveló Cristian, a tiempo de indicar que desde su niñez emprendió varios negocios y de todos aprendió algo.
Cristian llegó hasta Santa Cruz en busca de nuevos horizontes, gracias a las buenas referencias que le dio su familia, pero no fue hasta que comenzó a emprender que conoció a verdaderos amigos, o al menos así califica al círculo de personas que lo rodea y apoya constantemente.

“Es una ciudad colorida, muy linda, tiene una diversidad gastronómica increíble; yo aprendí a hacer pizzas a los 15 años y por eso me decidí a emprender. Llevo más de dos años con este negocio y la aceptación ha sido más que favorable”, aseguró Cabrera.
Para este cubano, la hospitalidad del cruceño es ley y lo ha comprobado. “Más aún si se trata de alguna celebración o fiesta, donde se confraterniza sin distinción alguna”, sostuvo a tiempo de confirmar que su platillo favorito es el majadito y el churrasco, donde se comparte con los amigos.
Cristian, sin dudarlo, afirma que recomendaría a otro extranjero vivir en Santa Cruz, por las oportunidades que brinda y la cordialidad con la que trata la gente.