Esteban Giménez se hizo conocido porque le tomaron una foto, en su puesto de trabajo, que se hizo viral

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7 de septiembre de 2018, 4:00 AM
7 de septiembre de 2018, 4:00 AM

Sonríe tímidamente y juega con sus manos. Nunca le habían preguntado detalles de su vida, pero llegó el momento. Se hizo conocido de un momento a otro por una foto, que le tomaron en el trabajo, y que circuló en WhatsApp, y ahora Esteban Nicolás Giménez quiere alzar vuelo como maniquí (y tiene todo para eso).

Un día el joven, de 26 años, llegó a un colegio particular (donde trabaja desde hace un mes), se puso el uniforme de guardia y salió a hacer su ronda. No se dio cuenta de que una persona le tomó una foto al descuido y la compartió a sus amistades.

Esa imagen fue suficiente para hacer popular su porte de modelo. Su piel morena, sus brazos musculosos, su barba tupida y sus ojos que hipnotizan a cualquiera le valieron varios memes. “Me enteré de la fotografía, pero no pensé que tendría tanta repercusión”, cuenta.

El hombre, de 1,80 m, llegó a Bolivia de su Córdoba natal hace siete meses. Está acá para trabajar. Hizo un casting para ser un gladiador de Calle 7 y clasificó en una de las pruebas, pero no logró ingresar. Después fue invitado a una ‘batalla de barberos’, donde lo ficharon para trabajar como modelo en una campaña. Ahora es imagen de una cervecera.

Dice que el modelaje es esporádico, por eso está dispuesto a dedicarse a cualquier oficio.

Un camino difícil

Tenía 14 años cuando dejó el seno materno para vivir con María Sol, una de sus tres hermanas. La situación en su hogar se había vuelto “insostenible”. Desde entonces trabaja de ‘todo’. Se aventuró en la construcción, la mecánica, las ventas, la peluquería canina, el modelaje y hasta es masajista profesional.

Está convencido de que el camino del éxito es la perseverancia. “Hago de todo, siempre y cuando sea digno, pero no elevo castillos sobre las nubes”, expresa y confiesa que recibió varias propuestas para ser bailarín en un club nocturno. Las rechazó.

Tenía 16 años cuando conoció a su padre. Este falleció por una enfermedad terminal apenas dos días después de su encuentro. “No me siento afectado, porque uno debe sacar un aprendizaje de cada situación difícil. Eso te hace una persona optimista”, dice.

A los 18 se independizó. Ya en Bolivia se encontró con el modelaje o este lo encontró a él. Ha desfilado en algunos eventos, pero le falta mostrarse más. Cree que nada cae del cielo. Él se las bate solo. Y dice que un modelo jamás debería quejarse del trabajo, porque “hay que hacer lo que sea”. Solo se trata de buscar.

Nuevos proyectos

Está solterito y concentrado en su trabajo. Vive solo, en una habitación en el Plan Tres Mil. Habla con todo el mundo. Es bromista y carismático a morir.

Trabaja de 18:00 a 6:00, pero se da tiempo para leer, modelar, ir al gimnasio y dormir lo necesario. No bolichea. Frijolito, su perro, es su gran amigo.

Tiene fan page en ‘Face’ y su Instagram es @esteban. gimenez.33. Posó para EL DEBER a través del lente de Sergio Chuquimia. Sabe que, gracias a sus cualidades, el modelaje lo llevará al éxito. 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Es lunes y se corre en el cerro

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