Linda. La modelo, de 19 años y estudiante de Comercio Internacional, es uno de los nuevos rostros de las Magníficas. Su estatura, 1,68, no fue impedimento para ‘arrasar’

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21 de diciembre de 2018, 4:00 AM
21 de diciembre de 2018, 4:00 AM

De ojos verdes. Rubia. Delgada. Toda una estampa heredada de sus padres, Miluska Arteaga y Avir Rivero. Sí, hermosa. Pero una belleza, según ella, ‘en miniatura’. Con 1,68 m de estatura y 19 años, tiene una actitud arrolladora en las filas de las Magníficas. Ella es María Fernanda Rivero Arteaga.

Luchadora

Se enamoró del modelaje a los ocho años, cuando fue parte de la pasarela de la entrañable firma infanto-juvenil Gallery. Ahí conoció a la top Andrea Herrera y ella se convirtió en su inspiración.

Hizo una pausa obligatoria en su aspiración por cuestiones familiares; se mudó a Beni desde los 10 años hasta el bachillerato y luego a Cochabamba, donde se tomó un año sabático para “definir dónde vivir y qué era lo mejor” para ella.

Santa Cruz y el modelaje la llamaron con más fuerza y así regresó a su tierra dispuesta a correr hacia su meta: ser una magnífica.

Su amiga Nicole Campos, de la agencia, la llevó donde Pablo Manzoni, que no dudó en reclutarla. Era 2017 y, para su sorpresa, lo había logrado.

Siempre pensó que su baja estatura sería un impedimento para ingresar al mundo del modelaje, pero ella se encargó de derribar esos estereotipos con su actitud. “Soy una petisa con aspiraciones altas”, bromea.

Ya enlistada en la soñada agencia, tenía que estar a tono, perdió 12 kilos, tonificó su figura y en el Magníficas Ferial del año pasado sorprendió con un ‘cuerpazo’, que volvió a mostrar en el BoMo primavera-verano 2018.

“Yo sé que la belleza se acaba y hay que pensar en algo para el futuro”, dijo la ‘new face’, que asegura le sacará el jugo a las pasarelas y que también desea graduarse y ejercer en el Comercio Internacional.

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