Brasileña. Gabriela Soares es modelo, mamá y soberana de los Fanfarrones

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6 de febrero de 2019, 4:00 AM
6 de febrero de 2019, 4:00 AM

Atravesó Brasil y llegó a Bolivia. De eso hace cinco primaveras. Quería estudiar y buscar mejores días para ella y su pequeño, Dylan, de ahora tres añitos. Jamás pensó que este país la cobijaría en sus brazos. Con una belleza ‘despiadada’ y una figura de maniquí internacional, Gabriela Soares Clementino se abre camino silenciosamente al triunfo.

En pocos meses pasó de ser mesera en un restaurante a figura de televisión y recientemente reina carnavalera. Tiene 23 años y encabezará la comparsa Fanfarrones Jakaira en este Carnaval.

Rompiendo esquemas

En shock. Así se quedó cuando los comparseros le dieron la noticia. No imaginaba que podía ser reina, siendo mamá y extranjera. “Me sorprendió mucho (la elección), porque sabía que la tradición de las comparsas es elegir a mujeres cruceñas. No dudé en aceptar y agradecerles por esta oportunidad”, expresa.

Ahora espera, con ansias, la cuarta precarnavalera, donde empezará su contacto con el pueblo. “No veo la hora de estar arriba de un carro (alegórico). Si algo tenemos en común los cruceños y brasileños, es la alegría”, dice.

Bella e inteligente

Tiene un rostro angelical y un cuerpo escultural, que la hacen desbordar mucha sensualidad. Pero no se considera sexi. “Prefiero describirme como una mujer alegre, carismática y respetuosa”, mejora la idea.

Alza la voz para que la sociedad deje de encasillar a la mujer brasileña, que se hace conocida por ser voluptuosa y osada al menos en Santa Cruz. “No es ni mi caso ni el de mis compatriotas. Somos mujeres hermosas e inteligentes, que luchamos por salir adelante, estudiando y trabajando. Nuestra magia es nuestro carisma y amabilidad”, enfatiza.

Con las metas claras

Cursa el quinto semestre de Medicina en la Udabol y piensa especializarse en Cardiología o Cirugía Plástica. En un principio se costeaba los estudios gracias a su trabajo como mesera en el restaurante de una tía, que radica en Santa Cruz y que la acogió para que persiga sus sueños. Pero hace tres meses, a sugerencia de una amiga, acudió a un casting para participar del programa El pasaporte, de la televisora PAT, donde fue aceptada para defender al equipo Esmeralda.

No se marea con la fama y, aunque disfruta de trabajar en la TV, sus metas están bien definidas. “Trabajar en la tele es mágico. Me abrió muchas puertas. Y estoy feliz por ello, pero mi gran sueño es salir profesional en Medicina”, indica.

Con esto tampoco descarta seguir brillando más tiempo en la ‘caja boba’. “Nunca sabemos lo que nos depara el futuro. Por eso vivo el momento y ahora mi felicidad está en Santa Cruz y en Bolivia, que me han dado más de lo que imaginé”, comenta. Ya tiene seguidores en las redes sociales. No soltará el modelaje publicitario. Quiere la cumbre. Y ya está cerca.