¡Grande, señora Rosita!

Qué mejor esta fecha de su cumpleaños para renovar nuestros sentimientos de cariño y admiración a Rosita Jordán viuda de Rivero, símbolo de este Diario Mayor EL DEBER, que cimentó y edificó a puro pulmón, junto a su entrañable compañero ausente. Es aquí, en esta casa periodística, donde la señora Rosita dejó sus mejores años dando cátedra de esfuerzo, perseverancia y trabajo. 

Servidora social  por añadidura, su generosidad no se dosifica a la hora de extender la mano al más desvalido, al más necesitado, amén de ser una devota hija de Dios, cuya fe y principios cristianos ha sabido transmitir a su descendencia. Por todo esto y mucho más, la señora Rosita seguirá figurando  en la galería de las mujeres grandes de esta tierra.

Batimos palmas por ella y le auguramos una felicidad más merecida que nunca.