Vuelve a la rutina, después de protagonizar una telenovela nacional. Ahora está satisfecha de haber sido la elegida y regresar a su propia piel. Ana María ya fue 

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4 de noviembre de 2018, 7:00 AM
4 de noviembre de 2018, 7:00 AM

Esta semana acabó su primera aventura novelera de 70 capítulos, la misma que la dejó con la mente en blanco y muda cuando le dieron la noticia de que sería la protagonista, con el papel de Ana María en Despéiname la vida.

Satisfecha y orgullosa de retomar sus raíces con la actuación, la Grisel Quiroga de esta etapa se muestra madura, serena, selectiva estricta con sus amistades, defensora de su paz y madre por encima de todo. El indiscutible patrimonio de Unitel finalizó sus duras jornadas de grabación de 14 horas y, mientras tanto, se concentrará solo en La Batidora.

¿Conducir o actuar en novela?

Amo actuar y quería hacer algo con drama porque siempre hice comedia, no quería encasillarme en el humor. Son cosas distintas, la conducción es bonita porque sabes que en ese momento llegas a la gente, ves los mensajes y hay una retroalimentación instantánea, pero interpretar a otra persona que no eres, otra vida, es también maravilloso. Amo las dos cosas, si puedo hacer ambas, soy feliz.

Acabó la telenovela, bienvenida a la rutina...

Extrañé mucho La Batidora porque es mi programa querido. Es más cómodo, yo pensé que era terrible el tema de los horarios hasta que hice la novela. Estoy entusiasmada de volver porque entiendo que la vida son etapas.

¿Por qué crees que te eligieron para la novela?... Es rol protagónico.

Desde el año pasado sabía, me preguntaba lo mismo cuando me habló nuestro querido Alberto Marangón que ahora está en el cielo, nuestro jefe de producción. Él me dijo: “Cuando vuelvas hablaremos del gran proyecto del año, no te la vas a creer, te gustará mucho, quiero que estés ahí, pero no te voy a adelantar nada. Habrá un antes y un después en la TV nacional con eso”.

Yo juraba que sería un programa estelar, una franquicia, qué más podía ser, no pasaba por mi cabeza una novela Cuando me dijo, con todo el preámbulo, “haremos una novela, quiero que seas la protagonista”. No la podía creer, hasta ahí escuché la reunión y me perdí el resto. Al principio sentí miedo por la presión, la responsabilidad, pero también alegría. Él me dijo: “El personaje está basado en lo que pienso de ti, en cómo te vemos, refleja el tipo de mujer que eres”. No es la típica buenita de las novelas, que un poco más y la gente la escupe. Ana María era una mujer sencilla, tranquila, con batallas en la vida, pero también con carácter, se defendía. Alberto quería identificar a la mujer boliviana, me dijo: “Eres trabajadora, humilde, luchadora”. Cuando él me describió al personaje, dije: “Wow, eso piensa de mí, tantas virtudes, y me sentí muy halagada y lo acepté con la mayor humildad y miedo porque era algo grande. Al final me contó que Ana María era el nombre de su madre.

¿Marangón falleció antes de que empiece?

Infelizmente no la pudo ver, ni el primer capítulo, pero dejó todo listo.

Tenías una amistad con él más allá del trabajo?, Le dedicaste posts muy emotivos

No teníamos una amistad fuera del canal, pero aprendí mucho con él y lo admiraba. Soy muy agradecida por las oportunidades que me dio, si no fuera por ellas, quizás no podría mostrarme. Le tenía mucho cariño y respeto, lo quería con el alma. Uno tiene como su padre, el líder de la familia en la empresa y uno se siente amparada.

No te parecés en nada a Ana María.

Me cuesta hacerla, no era graciosa, la gente decía que le faltaba chispa, no es Grisel. Quería que sea muy distinta, teniendo valores con los que mucha gente se puede identificar, es más calmada, seria. Ahí estaba el desafío de mi actuación; fui encontrándole matices para que no sea aburrida.

A ustedes los miden... ¿Qué tanto quieren a esta figura, o a esta otra?

Si lo hacen no lo sé, no me lo hacen saber. Me imagino que sí, toda empresa debe hacerlo, pero las decisiones no pueden basarse solo en eso, más aún cuando hay una exigencia sobre cómo actuar, un riesgo así en la televisión, y una inversión tan alta. No solo se trata de ser ‘querido’ en las redes, sino de estar a la altura del desafío.

¿Tu retroalimentación es solo por las redes?

Tampoco ando tan pendiente de las redes, pero me imagino que hoy en día uno no puede no verlas sin ser consciente. No soy de buscar qué dijeron, de ver los comentarios, pero sí en mis redes personales, lo que yo publico. Imagino que obviamente las personas que trabajan en las empresas tienen que ser conscientes de lo que haces, de lo que provocas, si gustas.

¿Hay una especie de farandulización de las figuras? ¿Hasta a las de roles más serios hacen show?

En cierta medida puede ser bueno, pero hay que cuidar hasta qué punto. Te deja mostrarte más tú mismo, todos tenemos un personaje, ya sea un político con un protocolo que mantener, al acto al que va no puede mostrarse como en su casa, lo mismo pasa con ciertos conductores. La gente pide saber cada vez más cómo es esa persona en esencia, ya no quieren saber lo evidente, la gente tiene un voyerismo de saber cómo será en su casa, cómo habla, cómo se expresa, si tiene familia, por eso pienso también que surgen los realities y está bueno que tengas un mecanismo para mostrarte así, sensibiliza a las personas, pero hay que cuidar hasta qué punto mostrarse, porque si cruzas la línea delgada puedes perder credibilidad o mostrarte de una forma contraproducente, hay que tener mucho tino.

¿Cómo hace una celebridad para mantener su vida en reserva?, por ejemplo tu hijo Lucas ya no sale en TV como antes.

Es una decisión, no lo expongo, pese a que la gente me lo pide, y creo que lo entienden. Es cuestión de perfil, hay gente que es perfil más bajo, otros que exponen todo. Respeto a cada quien, pero yo soy un poco celosa con mi intimidad.

¿Por qué?

Es lo único que me queda, lo demás, toda tu vida, tu ser, están expuestos en la tele, en las redes, todo el mundo puede comentar de vos, decir, apreciar, incluso como si supiera más que vos. Si yo no cuido lo que me queda privado, después puedo sentir vacío.

En entrevista solo hablás de trabajo...o es parte del costo mostrar tu vida?

Es el costo, entiendo que la gente quiera saber y a mí también me pasa cuando admiro a alguien, me llama la atención una nota personal. No está mal, pero a estas alturas de la vida la gente sabe casi toda mi vida.

Eso demanda inteligencia...

El que se enoja pierde, tenemos que ser conscientes de que somos figuras públicas y está bien que cuidemos nuestra vida, pero tampoco podemos enojarnos con la gente o con el reportero porque quiera saber más. Si te sacó algo, hizo bien su trabajo, y si vos supiste salir airoso, bien por vos, es un juego, un tira y afloja, hay que tener juego de cintura, es lo que demanda el showbiz.

¿Vende la fórmula Ronico-Grisel?

Espero que sí, ambos vendemos. Creo que la gente está consumiendo por la chispa que ofrecemos y por nuestro trabajo, más que por lo otro, que ya lo superamos y solo falta que la gente lo supere, y los periodistas. Espero que cada vez se trate más de la dupla que funciona en pantalla, lo otro no puede ser sustentable. Para nosotros es tan normal trabajar juntos, lo venimos haciendo hace años.

Cuando empezó la novela hubo comentarios. ¿Qué se pudo hacer mejor?

Poco he visto, no soy de buscar los comentarios. Cuido mucho de lo que me alimento en todo sentido, la información que recibo, he aprendido con el tiempo a cerner mucho en mi vida; amistades, relaciones y hasta lo que veo en internet.

Obviamente sé de algunas opiniones porque nosotros mismos las podemos charlar, uno debe ser crítica con su trabajo, todos estábamos aprendiendo. Soy autocrítica y cuando las sugerencias son con altura y tienen razón, las analizo.

Ahora que acabó la novela, ¿sentís que marcó un antes y un después?

Estoy segura de que somos parte de algo muy grande, ahora es cuestión de que las empresas apuesten porque el mercado hay, los bolivianos tenían necesidad de una ficción propia, con nuestras peculiaridades, con nuestra cultura que es tan rica. Que Unitel lo hiciera es muy loable. Dentro de todo lo bueno y malo que se dijo, alguien eligió no poner un enlatado en un horario prime time, que era la fórmula más fácil. Se arriesgó, se quiere construir una industria.

¿Qué tiene Unitel que genera una cierta lealtad en su gente?

Como toda relación, se basa en la reciprocidad, es mentira que uno da sin pensar en recibir, yo creo que es lo más falso. Unitel es una empresa en la que te sientes protegida en varios sentidos, por lo que representa en la TV nacional, el profesionalismo con que trabaja, hay una línea ética de trabajo y aparte un agradecimiento porque apoya que uno crezca.

A mí particularmente me permitió desafiarme. Ellos confiaban en mí sin que yo todavía lo haga. Esa certeza de que si te lo piden es porque podías hacerlo, así tú mismo dudes. Es una empresa que no te expone, es como los padres que controlan y después uno lo agradece.

La tele te come la vida... ¿lo vale?

Depende de cada persona y cómo maneja su tiempo. Sí lo sentí en la novela porque había cosas que sí o sí hacía con mi hijo que no podía hacer, pero era temporal y trataba de compensarlo, le doy calidad, me parto en mil para que no sea así, mi meta es ser buena madre, después viene lo demás.

¿La TV es una prueba para que una pareja funcione?

Dificulta y es una gran prueba para ver si la persona que está a tu lado va a bancar lo que te apasiona. Es muy probable que algunas personas salgan corriendo, pero qué vas a hacer, es el precio de hacer lo que uno ama, y cuando haces lo que amas quieres que alguien respete eso.

¿Tu fama asusta?

Digo lo que pienso y dicen que puedo intimidar, pero la persona tendrá que darse el trabajo de conocer cómo soy realmente, porque también soy una mujer muy sensible, que desea alguien bueno que le haga mimos que la conquiste. No por ser Grisel de la tele voy a querer algo diferente.

No se puede decir lo que se piensa a cualquiera...

Con los años y la madurez, llega un punto en que no te importa, te vas volviendo más selectiva en todo sentido. No quieres mostrarte de otra forma, te da flojera cuidarte, te rodeas de gente que te conoce, te ama y te acepta como eres, no quiere decir que no te vas a corregir o que te vale el mundo, yo me rodeo de personas que me suman.

Foto: Fernando Calvimontes