El psicólogo Kirk Honda estudió a cinco de los personajes más emblemáticos de la serie como si fueran pacientes reales. Este es su diagnóstico

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17 de julio de 2017, 10:12 AM
17 de julio de 2017, 10:12 AM
El invierno ya está aquí. La séptima temporada de Juego de Tronos ya se estrenó, por eso te mostramos un análisis del psicólogo Kirk Honda, quien  de alguna manera dedujo la 'salud mental' a partir de su carácter, su personalidad y sus acciones de Cersei, Ramsay, Jeoffrey, Sandor y Theon, los personajes más emblemáticos de la serie de culto de HBO.

Cersei Lannister

Diagnóstico de Cersei: psicopatía y trastorno de personalidad antisocial. Con muchas de sus decisiones Cersei ha demostrado que, para ella, el fin sí justifica los medios. Y el fin queda definido por una de sus frases más emblemáticas: “En el juego de tronos, o ganas o mueres”. Intrigante y ambiciosa, en su mundo no hay espacio para las medias tintas, los titubeos o la blandura del que se presta a hacer concesiones por una razón distinta a la estrategia, y mucho menos por amor. Cersei juega a ganar. No se detiene ante nada para cumplir sus objetivos. Hará lo que tenga que hacer. En sus actos y su actitud, Honda ve signos de un trastorno de personalidad antisocial. Para el psicólogo, ese trastorno probablemente tenga que ver con su condición de mujer obligada a hacerse respetar en un mundo de hombres.

Sandor Clegane 

Diagnóstico de Sandor: trastorno por estrés postraumático.
A primera vista, Sandor podría pasar por un psicópata de actitud amoral que cumple las órdenes sin rechistar. Sí, suele hacer gala de un comportamiento hosco y a veces abusivo. Pero en más de una ocasión le hemos visto expresar remordimientos por sus actos. A la luz de esos rasgos, a los que habría que sumar su miedo irracional hacia el fuego, Honda cree que la violencia de 'El Perro' podría estar motivada por un trastorno por estrés postraumático. El origen estaría en los abusos a los que fue sometido por su hermano mayor, aún más grande, fuerte y violento que él, cuando ambos eran pequeños. La violencia y la sangre serían su refugio y su forma de calmar su tormento interno.

Ramsay Bolton

Diagnóstico de Ramsay: trastorno de personalidad sádica, trastorno de personalidad antisocial y trastorno de sadismo sexual. Ramsay no sale bien parado del análisis de Honda. En él ve al perfecto ejemplo del psicópata sádico. A lo largo de la historia demuestra repetidas veces cómo disfruta haciendo daño a los demás, torturando, sin sentir remordimiento ni vergüenza por sus actos. Ramsay demuestra una ausencia total de empatía, es manipulador, egocéntrico y sexualmente depravado. Para Honda, su comportamiento podría estar relacionado con su complicada infancia. El carácter de su padre, Roose Bolton, que exhibió comportamientos similares, tendría mucho que ver.

Theon Greyjoy

Diagnóstico de Theon: síndrome de Estocolmo. Honda ve en el personaje de Theon Greyjoy un posible caso de síndrome de Estocolmo. Probablemente tenga que ver el hecho de que fue criado por Eddard Stark como uno más de sus hijos. Theon busca a lo largo de su vida la aprobación de los Stark, pero siempre es consciente de que jamás será uno de ellos. Para el psicólogo, la confusión y la sumisión de Theon vendrían determinadas por la tensión entre lo que soportó en casa de su severo padre, donde le trataron de inculcar la idea de la necesidad de ser despiadado, y el más alto sentido moral de los Starks. Por eso Theon se pasa la vida buscando su hogar, siempre preocupado por lograr la aprobación de los demás.

Jeoffrey Baratheon

Diagnóstico de Joffret: trastorno de conducta y trastorno de personalidad sádica.
Si eres fan de Juego de Tronos, hay un alto índice de probabilidad de que detestes a Joffrey. El joven Rey de los Siete Reinos ha sido uno de los personajes más vilipendiados por los espectadores desde el principio de la serie. Tanto que hasta HBO se sumó al juego del insulto con su campaña Roast Joffrey.
Esa animadversión tiene que ver con su carácter entre pusilánime y malvado. A juicio de Honda, existen signos que evidencian un trastorno de personalidad de carácter sádico. Concretamente, uno conocido como sadismo tiránico.
El terapeuta lanza su diagnóstico con cautela, porque, según comenta, ese tipo de trastornos solo deben diagnosticarse en adultos. Además, Honda explica que ese tipo concreto de trastorno de la personalidad de tintes sádicos desapareció del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales en su tercera edición. La edición actual es la quinta (DSM-5), y lleva vigente desde el 2013. Es decir, que el diagnóstico hace un buen puñado de años que cayó en desuso.