El 14 de abril se estrenará la última temporada de la serie Game of Thrones y, previamente a este gran suceso, sus dos grandes protagonistas, Emilia Clarke y Kit Harington, hicieron importantes confesiones sobre el gran peso de la fama que les cayó con GOT.

Emilia contó al periódico The New Yorker que después de la primera temporada de la serie le diagnosticaron una hemorragia subaracnoidea, un accidente cerebrovascular potencialmente mortal y causado por un sangrado en el espacio que rodea el cerebro.

Emilia fue sometida a una cirugía para calmar la hemorragia. Después de la tercera temporada, Clarke fue intervenida dos veces consecutivas por su segundo aneurisma. “¿Me afectaría a la concentración? ¿A la memoria? ¿A la visión? Ahora le digo a la gente que lo que me causó fue perder el buen gusto por los hombres. Pero nada de esto parecía divertido en ese momento”, bromeó la actriz.

Para Kit Harington, ser Jon Snow en la serie le ha traído alegrías, pero también alguna que otra frustración. El actor dijo en una entrevista a la revista Variety que durante la segunda y tercera temporada de la saga necesitaba saber qué opinaban los demás de él. “Me sentía increíblemente preocupado por si tenía talento siquiera para actuar”, dijo Harington.

También relató que a lo largo de las ocho temporadas de la ficción nunca terminó de estar del todo satisfecho con su trabajo.

“Acabé dándome cuenta de que lo importante era concentrarme solo en mi trabajo”, finalizó.